El colegiado Soto Grado señala el final del partido. La mayoría de jugadores se lanzan al césped extenuados por el esfuerzo sobrehumano contra Chelsea y Villarreal en cinco días. También se arrodilla Vicente Esquerdo. Pero el canterano no está cansado. Mira al suelo, suspira, se da cuenta de lo que ha conseguido, junta las manos y da gracias a Dios y a todos los que estuvieron a su lado tanto tiempo. Llevaba desde los 14 años soñando con debutar en el primer equipo. El sábado lo consiguió. Nunca lo olvidará. Para el equipo fue una noche de sufrimiento con recompensa. Para él, «una noche mágica» para toda la vida.

Salió en el 82' por Francis Coquelin con el '34' a la espalda. No se lo creía al principio. Albert Celades le dijo que jugara al fútbol, que se olvidara de su debut y que defendiera a muerte. Lo dio todo y aún así dejó alguna pincelada del talento que tiene en la pierna izquierda. Sus padres se fundieron en un abrazo cuando saltó al campo. Lloraron de alegría. Como su abuelo. Para él iba dedicado el debut. Le llevaba al fútbol con cinco años y fue la primera persona que le inculcó la pasión por la pelota. La camiseta del debut es suya. «Me voy a acordar toda la vida, cumplí mi sueño de debutar en primera división y lo pude hacer en Mestalla con los míos. Solo tengo palabras de agradecimiento para mi familia, mis amigos que llevan conmigo desde el principio y que siempre han estado apoyándome en las buenas y en las malas».

Lo normal hubiera sido salir a celebrarlo con la familia y los amigos, pero no fue así. Esquerdo llamó a técnico del filial y le comunicó que quería jugar a pesar del debut. El de Calpe se subió al final del partido a un coche junto al preparador físico y Javi Jiménez y puso rumbo a Riudellots de la Selva, el hotel cercano a Llagostera donde estaba concentrado el equipo. 431 kilómetros a la espalda. Esquerdo llegó pasadas las tres de la madrugada al hotel y solo durmió seis horas. Aún así brilló. Fue titular y ayudó al filial a sumar un punto. Chema Sanz, que vio el debut por televisión junto a sus futbolistas, se deshizo en elogios. «Para la Academia es una gran alegría. Estamos muy contentos por su debut y por esa mentalidad de debutar ante 40.000 personas y ser capaz de coger un coche, dormir seis horas y competir en un campo pequeño de hierba artificial, con frío y dejarse el alma. Esa es una mentalidad ganadora, de élite», aseguró.

Espigado, zurdo, con mucha calidad para asociarse, imaginación, buen golpeo de balón, mejor desplazamiento en largo, llegada desde segunda línea y gol. Esta temporada maneja el 'tempo' del filial en la posición de '8'. Es uno de los futbolistas con más talento de la generación 1999. El área de captación de José Jiménez lo pescó con 14 años procedente del Benidorm, Rufete le hizo su primer contrato profesional y el club lo tiene atado hasta 2021. Celades lo conocía de su paso por la selección -sub-16 y sub-17- y el destino ha querido que sea su 'padre' deportivo en el Valencia. Controlar su evolución es el siguiente paso. «Lo conocía de la selección y está jugando muy bien al Mestalla. Está subiendo a entrenar y creemos que nos puede ayudar, está preparado. Tiene que seguir su evolución y su mentalidad, pero es un aviso para los demás, estamos muy pendientes de lo que hay abajo», dijo.