El trabajo sin balón también será fundamental. Soler tiene que atacar, pero también echar un cable para frenar a su par y limitar las maniobras de Hakim Ziyech, que puede pasar del centro a la banda derecha, donde hizo mucho daño en Mestalla. Aquella jornada no estuvo Gayà. El lateral izquierdo descansó en el Derbi. El de Pedreguer tiene un reto tremendo: atar en corto al futbolista más peligroso del Ajax, al mejor jugador del fútbol holandés durante los últimos dos años. No es un extremo, pero tiene vértigo, asociación, personalidad y pegada. Siete goles y 15 asistencias lleva esta temporada, dos más cuatro en Champions.

En el 4-4-2 es clave dar amplitud al campo, para ser efectivos deben darse más desdobles, más superioridad, en pasillos laterales. Ahí es donde emerge la misión doble de Gayà. Defensa -sobre todo- y también atacante, ante Dest o Mazaraoui pasando por encima de Ziyech, que es una anguila en ataque, pero no defiende con la misma intensidad. Soler también puede lanzar y proyectar a Gayà. La sociedad promete en banda. La mezcla de perfiles encaja: Carlos apoyando en el centro y Gayà profundizando.

La sospecha de los grandes

El marroquí (26 años) tiene todo para funcionar en un contexto superior en exigencia al neerlandés y lo ha demostrado en Champions. Viéndolo competir sorprende que ningún grande haya apostado por él, de verdad. Puede que sus pecados de juventud y la etiqueta de bad boy haya pesado... aunque hace tiempo que quedaron enterrados por su juego, desde la mediapunta, en banda, como interior. El Ajax no ponía su salida imposible hace unos meses, pero Ziyech tenía claro que si dejaba el Johan Cruyff Arena era para jugar en una súper potencia. Ahora suena para el Chelsea, al que ha hecho sufrir y bien en esta Champions.