El reloj alcanzaba las 12:16 del mediodía cuando en Nyon se desdobló el papel que escondía el nombre del rival del Valencia CF en los octavos de la Champions: la Atalanta de Bérgamo. Tanto la afición valencianista como el propio club respiraron tranquilos, habían esquivado las dos posibilidades más temibles: Tottenham Hotspur y Borussia de Dortmund. El emparejamiento con los italianos fue el tercero en conocerse. Más tarde, la bola del deseado Olympique Lyonnais -sin los lesionados de larga duración Depay y Reine-Adélaïde- le tocó en gracia a la Juventus. No obstante, aunque con cautela, los blanquinegros reciben con optimismo los efectos de un sorteo que aumenta las opciones de alcanzar los cuartos de final de la competición de clubes que reina en Europa.

Albert Celades tiene ante sí la posibilidad de seguir rompiendo algunas de las barreras que han perseguido al equipo durante la segunda década del siglo XXI. Si con él, el Valencia por primera vez en siete años se ha clasificado para la ronda de octavos, o logró una victoria antes inaudita en Stamford Bridge, el siguiente reto será el de volver a vivir los cuartos de la Liga de Campeones. Circunstancia que no ocurre desde que el conjunto dirigido por Quique Sánchez Flores lo consiguiera dejando en la cuneta a otro adversario italiano, el Inter, entre febrero y marzo de 2007. Precisamente, lo alcanzó tras un buen empate en San Siro. Posteriormente, el club cayó en sus intentos frente al Schalke con Unai Emery en 2011 y de la mano de Ernesto Valverde ante el PSG en 2013. En las otras tres ocasiones en las que el murciélago avanzó hasta cuartos fue a través de un segundo grupo de clasificación: 2000, 2001 y 2003. Las dos primeras aventuras acabaron en las finales de París y Milán y la tercera, eliminado por el Inter.

La cautela de Celades y Arias

A pesar de la condición de favorito, el Valencia pretende continuar por el camino de la humildad que tan buen fruto le ha dado en el grupo H para clasificarse por delante del Chelsea y enviar a la Europa League al Ajax. Los holandeses, que se creían superiores a los de Mestalla, se las verán ahora en el segundo torneo europeo con el Getafe. «A los entrenadores todos los equipos nos parecen difíciles. La Atalanta lucha por posiciones europeas, es el máximo goleador de la Serie A. Tiene un gran potencial ofensivo y nos pondrá en dificultades... como no puede ser de otra manera cuando uno llega a estas alturas de la Champions», avisó Celades poco después de acabar el sorteo. Directamente desde Nyon el embajador del club, Ricardo Arias, también apostó por un discurso modesto. «El Valencia está en condiciones de competir con cualquiera, contra la Atalanta y con el resto de los 14 equipos. Si ellos están ahí es por algo, así que hay que respetarlos porque están en el mismo sitio que nosotros, además tienen una ventaja porque juegan liberados», dijo el mítico '4'.

Uno de los condicionantes que dan ventaja al Valencia es el factor campo gracias a haber terminado la fase de grupos como líder. El equipo ha potenciado al máximo la química que existe con los aficionados desde aquella remontada al Getafe. En este enfrentamiento, oficialmente inédito, la ida se jugará el miércoles 19 de febrero a las 21:00 horas en Italia y la vuelta el martes 10 de marzo en València a la misma hora. El único precedente que existe con la Atalanta es el Trofeo Taronja de 2017. El 11 de agosto de ese año el Valencia perdió en casa por dos goles a uno con el conjunto de Lombardía, región del nordeste de Italia. El gol valenciano lo anotó Rúben Vezo mientras que para los de Bérgamo marcaron Rafael Tolói y el 'Papu' Gómez. Este escurridizo argentino de 31 años y apenas 1,64 de altura es la principal estrella de una humilde escuadra que lleva dos años plantando cara a los grandes del Calcio, conducida por un entrenador valiente, Gian Piero Gasperini. Escorado a la izquierda, el 'Papu' hace jugar a toda la Atalanta. Participa, combina, traspasa líneas y llega al área con la calidad de un definidor notable.

La espina de Milán

Cabe subrayar que el 19 de febrero el Valencia disputará el duelo que abrirá las hostilidades en San Siro (Milán). No en Bérgamo. La propia Atalanta pidió a la UEFA. En el Giuseppe Meazza -nombre oficial del estadio que comparten Milan e Inter- el número se dispara hasta los 80.000. Una cifra, sin embargo, imposible de abarcar para una entidad de la dimensión de la bergamasca, ubicada en una localidad de 120.00 habitantes. Desde la década de los 70' hasta hace pocos años la Atalanta ha sido un equipo ascensor entre la Serie A y la Serie B.

Curiosidades del destino, los blanquinegros volverán a jugar en una ciudad y un estadio que dejaron una 'espina' en el corazón valencianista. En mayo de 2001 el Valencia de los Cañizares, Albelda, Baraja o Carboni terminó en los penaltis y entre lágrimas la final de una Copa de Europa que se llevó el Bayern. Desde entonces, los blanquinegros jugaron tres partidos más en Champions frente al Inter en el Meazza sin poder ganar, aunque el 2-2 de 2007 valió para pasar a cuartos. Aquel 21 de febrero los goles de Silva y Villa obraron un dulce empate. En poco más de dos meses tendrá lugar un nuevo desafío para el Valencia de Celades, el de vencer en San Siro por vez primera, ante la revelación italiana: la Atalanta.