El pasado 11 de septiembre el presidente del Valencia CF, Anil Murthy regresaba de una reunión urgente en Singapur con el propietario del club Peter Lim y un mandato bajo del brazo: oficializar el cese de Marcelino García Toral como entrenador del conjunto de Mestalla. La salida de Marcelino tuvo un primer efecto devastador sobre los aficionados que, incrédulos, no terminaban de digerir tan drástica e inmediata decisión, pero a larga decía más cosas. Peligraba el proyecto que había hecho campeón de Copa al conjunto de Mestalla en el año de su Centenario.

Y con el cese de Marcelino llegó el nombramiento de Albert Celades como nuevo técnico blanquinegro, y en todo ello poco, o mejor dicho nada, había tenido que ver Mateu Alemany, director general del Valencia CF. Alemany llegó al club con poderes en la parcela deportiva y aquello era la gota que colmaba el vaso después de un verano en el que el propietario había decidido, sin previo aviso, que cambiaba el modelo de gestión y que él se implicaba en la toma de decisiones. En este sentido, Lim llevó las riendas de la operación que en teoría debía haber llevado a Rodrigo al Atlético de Madrid por sesenta millones, operación que finalmente quedó en nada.

Previamente, a principios de agosto, el propio Mateu estuvo con Lim en Singapur en un encuentro en que debían quedar claros los nuevos roles dentro del club y la nueva manera de gestionar la parcela deportiva. El director general fue allí dispuesto a salir del Valencia CF si era necesario porque no se estaba respetando su capacidad ejecutiva, pero Lim le dijo que no tenía ninguna intención de desprenderse de él. Tiene contrato en vigor hasta junio de la temporada que viene y una cláusula de tres millones de euros a pagar si es él quien lo rompe. Y ese es en estos momentos el único ligazón entre el club y Mateu.

Pero volvamos a las primeras semanas de septiembre. Al día siguiente del cese de Marcelino y el nombramiento de Celades, Alemany habló con el presidente del club, Anil Murthy para hacerle ver su intención de abandonar el Valencia CF de manera ordenada puesto que era evidente que no se contaba con él para decisiones vitales como el cese o el nombramiento de un entrenador, a pesar de que suyas habían sido las decisiones que desembocaron en que el club ganase la Copa del Rey y se metiera dos temporadas consecutivas en Liga de Campeones, con lo importante que es esta circunstancia para las finanzas del Valencia CF. La intención de Mateu era salir de manera elegante y sobre todo pactada, y para ello hasta pidió a Murthy que quería hablar con Lim con el ánimo de zanjar su adiós.

Semanas después de esto, concretamente el 21 de septiembre, el Valencia CF anuncia la salida oficial de Pablo Longoria, hasta ese momento Jefe del Área Técnica, y sobre todo, los ojos de Mateu en el mercado. Fue él quien apostó por el fichaje de Longoria y su salida no hacía más que empujarle a precipitar la suya. Por ello Mateu volvió a apremiar a Murthy para concertar ese encuentro con Lim en el que, en teoría, se debía fraguar el pacto entre ambos por el que dejaría de ser director general, ya que una vez 'finiquitado' Longoria, el club se tomaba unas semanas para ordenar el caso Mateu cuando llegara el parón liguero, es decir, a partir del domingo día 6 de octubre, ya que el equipo juega en Mestalla el sábado ante el Alavés.

De por medio, el Valencia CF jugó el sábado 28 de septiembre en San Mamés ante el Athletic y Mateu, no viajó con el equipo. Días después volvió a apremiar al club para saber de su futuro y ante la imposibilidad de tener una reunión con Lim ahora, habló con él a través de mensajes de texto con el teléfono móvil. Y obtuvo la misma respuesta que en agosto: Lim no quiere que Mateu deje el club ahora.

El siguiente paso por tanto, y dado que por encima de todo está su trabajo y su intención de salir de manera elegante, era reincorporarse a las labores de un director general. Fue en una reunión en la ciudad deportiva con Murthy. Mateu se comprometió a trabajar hasta que finalice su contrato y a tratar de darle normalidad a la situación en favor del club pero pidió dos cosas: respeto a su trabajo y volver a ser el máximo responsable de la parcela deportiva, teniendo claro, que hay decisiones de alto calado que toma el propietario.

Tras ello hay dos cosas que sirven de punto de inflexión en la nueva faceta de director general de Mateu, acudió a la comida oficial del pasado miércoles con el Ajax -recuérdese que no estuvo con el equipo en Bilbao-, y ejerció de portavoz del club -cargo que también ostenta- minutos antes de que comenzara el encuentro de Champions. De momento es un intento de darle normalidad dado que el Valencia CF no tiene intención de afrontar la contratación de un sustituto de Mateu en el medio plazo.

Ahora, Alemany tiene deberes como son afrontar algunas renovaciones -ahí se podrá calibrar hasta qué punto tiene poder ejecutivo o es solo un potavoz- pero lo más inmediato es ponerse a trabajar con Celades, un entrenador que no fichó él. De ellos depende todo y la semana que viene será clave para que puedan avanzar. En un futuro próximo tendrá con Peter Lim la reunión que queda pendiente, y comparecerá en rueda de prensa para explicar la nueva situación del club. Hablar ahora de proyecto y de futuro a medio plazo en el Valencia CF de nada sirve, el foco está en el partido del sábado ante el Alavés. Partido a partido. En los próximos meses, se consumará la transición hacia el nuevo proyecto en el que parece difícil que Mateu tenga algo que ver.