Un grupo de valencianistas alquilaron un piso en Madrid para vivir juntos porque estudian y trabajan allí y tuvieron la feliz idea de poner un escudo del Valencia CF. Hasta ahí todo normal... salvo que la imagen valencianista por excelencia se encontraba situada en la cara externa de la puerta de la vivienda.

Hubo una Junta Urgente de vecinos y les obligaron a quitar el escudo al romper una supuesta armonía estética del resto de puertas del edificio. Pues ahora resulta que no hay manera de quitarlo...