Lo ocurrido en la Supercopa de España admite reciclaje en positivo. La derrota fue muy dolorosa, pero insistió en cuestiones fundamentales en la identidad del equipo que pueden sumar en el futuro inmediato. Una de las conclusiones más relevantes es la importancia que ha adquirido Maxi Gómez. El uruguayo es imprescindible en la mejor versión del Valencia; por cualidades específicas, por personalidad y por evolución. Naturalmente, no llega a la significación de Gayà, Gabriel, Parejo o ParejoRodrigo, pero ha conquistado una trascendencia determinante en pocos meses. La sensación es que estamos ante un delantero realmente importante y la etiqueta de killer de área puede quedarse escasa.

Maxi está multiplicando sus soluciones y su capacidad para intimidar. No es fácil ejercer esa presión sobre los rivales y no es fácil conseguir esa mejora. Claro que era buen futbolista en el Celta y claro que había demostrado su fuerza en LaLiga, pero el Valencia supone un salto que implica soportar un listón más alto en todo: presión, impacto, nivel competitivo, responsabilidad. Lo ha superado. Maxi Gómez ha resuelto la primera vuelta con nota alta y haciendo goles importantes, por ejemplo, ante el Eibar, con un remate de cabeza perfecto. También produciendo fútbol con valor añadido, por personalidad, hambre y por unión con Rodrigo. La pareja, está cada vez mejor ensamblada y está destinada a elevar la dimensión del ataque en la segunda vuelta; será determinante en los objetivos, empezando por el desafío de cruzar los octavos de final de Champions

La asistencia en el 1-0 ante el Villarreal: el uruguayo vino a recibir, arrastró a la defensa -abrió un espacio- y de primeras puso un pase que lanzó al hispano-brasileño mano a mano. Ante el Eibar, fue una maravilla ver como conjuntaban y agitaban movimientos. Y con Gameiro En esa direcció, el francés confesó, tras caer ante el Real Madrid, que lo había echado de menos. La entrada de Maxi y el cambio al 4-4-2 en el segundo tiempo produjeron una mejora en el Valencia, que es difícil de calibrar porque en esa fase el equipo de Zidane ya había activado el modo ahorro.

Más imprescindible sin Rodrigo

La tendencia, al alza, está ahí. La referencia, también. Sin Rodrigo, lesionado ante el Mallorca, la figura de Maxi será todavía más importante. Su adaptación se ha completado con éxito después de unas primeras semanas donde le costó cuadrar con sus compañeros, donde no parecía encontrarse cómodo dentro del plan de Marcelino, donde no era él. Necesitaba tiempo también, sin hacer de menos la mano y el plan de Celades, al contrario. El gol ante el Barça fue testimonial para el marcador, pero no en la confianza del delantero. Para Maxi fue un punto de inflexión. El uruguayo ha marcado territorio, por nivel de juego y por carácter, se ha hecho respetar, se ha hecho con su espacio en el vestuario y su gesto desprende hambre, contundencia competitiva. Maxi domina el área, es clave en el juego directo y suma en las distancias cortas. Mejora con Rodrigo, como le suedía con Aspas, pero cada vez es más autosuficiente, también hace mejor al resto. Maxi es el nueve, nivel Champions, que la plantilla reclamaba para dar otro salto.

Las claves de la progresión

La opinión de De Los Santos

"Es un futbolista que allá donde le levanten buenos centros hará goles porque tiene un don, un remate de cabeza formidable. Además, tiene un doble ritmo que lo hace muy difícil de parar producto de su gran tamaño y potencia de gemelo; eso lleva a que no sólo utilice su poder de brazo sino también su poder de piernas..."

El análisis completo de Gonzalo de los Santos