El Valencia CF está tocado, pero no hundido. La derrota en Zubieta, sumada a otras siete jornadas sin ganar, ha hecho daño, obviamente. Desde fuera, la situación lleva a la duda, con mayúsculas, pero el equipo insiste en que está más entero de lo que parece. El paso de los días ha servido para cargar pilas y reciclar todo lo bueno que han dejado los últimos partidos ante Depor y Real Sociedad. Ha habido tramos buenos de juego y se ha competido ante dos de los mejores adversarios del campeonato. Además, Berta Pujadas, Natalia Gaitán y Mari Paz entraron directas al once la semana pasada, después de superar distintas lesiones. Son jugadoras importantes en posiciones clave: central, mediocentro, delantera. Mapi tiene un rol capital, por impacto en el juego y en la seguridad del grupo, por capacidad para intimidar. En contra está la sensación de que los errores pesan mucho más que los aciertos. El vestuario es muy mental y el estado de ánimo es una pata trascendental, pero por la cabeza de nadie pasa otro escenario que no sea ganar bien al Espanyol.

Es la jornada para dar un paso al frente todas juntas, para que las líderes den un golpe de mando y el equipo confirme que tiene las ideas claras, que está en progresión. Es la jornada para demostrar que este proyecto tiene trabajo y talento suficientes para no refugiarse en la fe. El Espanyol, colista, ha hecho tres puntos, en tres empates. No ha ganado a nadie y no te pueden ganar. Menos todavía en el Puchades. La gente del Valencia CF Femenino es un extra siempre y el sábado va a ser más jugador número 12 que nunca. Esa sinergia se hizo sentir ante el Depor y es clave para normalizar el paso del equipo en la segunda vuelta. Llegar a Lezama con tres puntos es vital para quebrar la dinámica de no resultados, disfrutar de la victoria, coger impulso, recuperar la autoestima y, sobre todo, liberarse, descargar tensión antes de la visita del Betis, otra fecha tremenda a la que conviene llegar sin el cuchillo en la garganta. No hay peor sensación que esa. La clasificación presenta el peligro de caer en la zona de descenso; manejarse en un contexto en el que se pierde mucho más que se gana es complejo. Por eso, es fundamental trabajar -y se está trabajando- el optimismo. Por eso, nadie baja los brazos, como se ha demostrado siempre.

Despejar el drama es básico, pero competir desde la madurez y la responsabilidad lo es más. El Espanyol va a exigir el máximo en acción e intención, como demostró ante el Levante hace unas pocas semanas. No es fácil escapar de los arbitrajes y de las ocasiones falladas (como en Zubieta), tampoco de las lesiones, pero es lo que toca.

Los golpes han condicionado la temporada y la última en caer ha sido Ale, varias semanas fuera por una fractura en la mano. La buena noticia es que Marta Carro está cerca de volver e Irene puede formar un once -casi- ideal. La portera Enith vuelve a la lista tras lesión.