La situación es difícil, pero Irene Ferreras sigue. La entrenadora va a continuar al frente del Valencia CF Femenino y el punto de mira ya está puesto en el partido de Lezama ante el Athletic. La plantilla está con ella y líderes con un peso específico tremendo como Mari Paz han defendido públicamente el trabajo del cuerpo técnico. Esa es la gran diferencia respecto a otros momentos de crisis, en otras temporadas. El martes por la mañana hubo reunión en la ciudad deportiva de Paterna entre los responsables de la sección y las jugadoras; no se trataba de abrir un juicio sumarísimo, sino de ser realistas y saber que se puede y se debe dar más... todas y todos. El compromiso vestuario-entrenadora tiene vida y es la clave.

La confianza en Irene se mantiene, pese a la preocupación que existe. Lógica extensible al equipo. Ya son nueve jornadas de Primera Iberdrola sin ganar, la clasificación advierte del peligro del descenso y el sábado se empató ante el Espanyol, el adversario ante el que no se podía fallar, el colista. Lo peor fue la sensación de colapso mental y emocional. Todo eso, unido a la falta de victorias, es lo que promovió la asamblea con las jugadoras. La intención era cuadrar el diagnóstico, encontrar la solución adecuada, saber cómo están y qué está sucediendo. Sin desmerecer al adversario, el no resultado del sábado en el Puchades supo a derrota -por el fondo y las formas, más todavía después de ponerte 1-0- y cortó la sensación de progresión experimentada tras igualar ante el Deportivo o caer ante la Real Sociedad, porque hubo tramos de fútbol donde se hicieron méritos para justificar el empate. Perder dando esa imagen en Zubieta puede entrar en los planes, pero la segunda parte ante el Espanyol fue un salto hacia atrás fuera de guión. En zona mixta, Irene Ferreras no puso excusas. La entrenadora asumió el impacto de la errata, fue analítica con la situación y autocrítica: "El partido nos ha podido. La máxima responsable de lo que pasa en el campo soy yo".

Imagen de unión, todo potencia

Cuerpo técnico y jugadoras -todas, también las lesionadas- se juntaron sobre el césped el sábado. No fue una pose. Mari Paz dejó un mensaje en redes sociales para reforzar el momento: "Aunque la situación es difícil y hay que trabajar más que nunca, tengo claro que de este barco no me bajo. Confío en este grupo de jugadoras y a muerte con vosotros y vuestra forma de trabajar". Lo hizo citando a Irene y su cuerpo técnico. El siguiente apoyo habrá que darlo sobre el césped de Lezama, donde debe quedar claro que se ha tocado fondo, que la reacción es posible y que rendirse no es opción.