La victoria por la mínima en Las Gaunas no esconde el decepcionante inicio de año. El amago de reacción contra la humilde UD Logroñés no es suficiente. El Valencia necesita recuperar sus señas de identidad perdidas y reencontrase con el ADN competitivo que le convirtió en un equipo capaz de ganar a cualquiera. También al Barcelona de Leo Messi en aquella final de la Copa del Rey del Benito Villamarín. Los de Albert Celades necesitan enterrar de una vez los fantasmas de Mallorca y Arabia Saudí y volver a ser un equipo intenso y reconocible con niveles de actitud y concentración innegociables desde el primero al último minuto. El cuerpo técnico y su plantilla tienen claro que ése es el único camino para aspirar a una de las cuatro plazas de Champions la próxima temporada. Los capitanes Dani Parejo y José Luis Gayà ya avisaron en Son Moix en plena borrasca de dudas. «Hay que juntarnos más y ser más solidos en defensa, porque de no ser así va a ser difícil conseguir los objetivos». No hay mejor partido para revertir la crítica situación del equipo. En Mestalla y contra el nuevo Barça de Quique Setién. Este Valencia quiere y puede reaccionar a lo grande. Necesita dar la talla.

El tren de la Liga de Campeones no espera a nadie. El Valencia desaprovechó la semana pasada la posibilidad de ponerse a un punto del Atlético de Madrid y Sevilla. Los dos rivales directos perdieron y será complicado que se repita la historia esta jornada. Ambos juegan en sus estadios contra el Leganés y el Granada respectivamente. El margen de error cada vez es más pequeño. Como más grande es la necesidad del Valencia por sumar. Dos victorias de los equipos del Cholo Simeone y Julen Lopetegui, unidas a una derrota del Valencia en Mestalla, significaría quedarse descolgado con una preocupante brecha de siete puntos de desventaja. Demasiado peligroso a las puertas del mes de febrero y la exigente eliminaria contra el Atalanta italiano.

Con Mestalla a favor

A favor del Valencia juega su racha en Mestalla. Ni el Real Madrid ni el Sevilla pudieron ganar. Los de Celades cerraron la primera vuelta sin conocer la derrota en casa. Un privilegio solo al alcance de Barcelona y Real Madrid esta temporada. Los números invitan a la esperanza: 5 victorias, 5 empates con 16 goles a favor y 9 en contra. El contexto en el que llega el Barça también beneficia. Mestalla será la gran prueba de fuego del Barcelona de Quique Setién. El cántabro ha implantado un estilo de juego de toque que, de momento, se traduce en pocas ocasiones de gol y dos victorias muy sufridas contra el Granada en inferioridad numérica (1-0) y la UD Ibiza en tiempo de prolongación. «Mi primer examen fue contra el Granada, el segundo, grandísimo, en Ibiza, y de este no espero menos». Setién sabe lo que se le puede venir encima. No obstante este grupo de jugadores del Valencia, confeccionado en el verano de 2017 de la mano de Mateu Alemany y Marcelino García Toral, nunca ha perdido contra el ahora técnico del Barcelona. Seis partidos contra su Betis con cuatro victorias y dos empates.

[Alineaciones probables del Valencia CF - FC Barcelona]

El problema del Valencia es que, más que al Barça, tendrá que ganar a la baja de Dani Parejo. El capitán se pierde el primer partido de la era Celades. El vestuario sabe que cualquier posibilidad de victoria pasará por saber sobreponerse a su ausencia. Setién, en cambio, recupera a su columna vertebral. Leo Messi, Gerard Piqué y Sergio Busquets descansaron en Copa y llegarán frescos a Mestalla. Igual que la línea de cuatro titular defensiva del Valencia. Daniel Wass, Ezequiel Garay, Gabriel Paulista y José Luis Gayà tampoco jugaron ningún minuto en Las Gaunas. Habrá batalla. En contra del Valencia también está la estadística. El conjunto blanquinegro no gana (2-1) al Barça en casa en Liga desde febrero de 2007. «Hace muchos años que no ganamos al Barcelona en Liga y es un reto más. Tenemos que intentar mantener la racha de la primera vuelta en Mestalla con la ayuda de la afición, esperamos tener un buen ambiente y a partir de ahí un buen final final». Jugar con el corazón como aquella noche del 25 de mayo de 2019 es el primer paso. Sí se puede y sí se debe.