El Valencia CF se sobrepuso a dos golpes casi letales para imponerse con todo merecimiento al Granada CF y sumar tres puntos que lo vuelven a situar en el mapa de LaLiga. Primero la lesión de Kondogbia en la primera mitad y después el golazo anulado a Parejo en el minuto 56. ¿Qué más le podía pasar a un equipo que afrontaba el choque con siete bajas y poco descanso tras el último esfuerzo en la Champions? Nada pudo frenar el ímpetu y la convicción que tuvieron los de Celades para llevarse este partido y sumar tres victorias consecutivas después de muchísimo tiempo.

Contra todo, el Valencia CF se sacaría sin duda el partido más completo de la temporada en Mestalla, con intensidad desde la salida en lugar de la empanada habitual, con soluciones para todas las situaciones que se dieron en los 97 minutos y un liderazgo de Parejo que desmontó el orden del conjunto visitante, al que prácticamente hasta los minutos finales no concedió ocasión alguna que se pueda considerar de auténtico peligro para la portería de Cillessen.

Salió el equipo con energía, buscando golpear primero y llevar el partido a su terreno. Con una presión adelantada que dificultaba la circulación al Granada, y con una primera ocasión a los diez minutos en la que Maxi Gómez estuvo cerca de inaugurar el marcador. Era un partido dinámico, de alternativas y de mucho desgaste. Quizá por eso, después de veinte primeros minutos de mucho correr el equipo echó un poco el freno y fue el rival el que se hizo con el control. Posesión, pero con nula presencia en el área del Valencia CF.

Apenas el equipo volvió a recuperar el mando, en el 35 se producía la lesión de Kondogbia, despedido con cánticos y aplausos tras el primer shock que produjo su lesión. Celades, obligado a mover a Wass al medio, optó por la veteranía y la seguridad de Jaume Costa en lugar de jugársela con Thierry. Los dos movimientos resultaron determinantes, el danés cumplió perfectamente en su labor y además acabó marcando el gol que ponía al Valencia por delante, Parejo crecía a su lado, se hacía el dueño del terreno de juego y el equipo se volcaba en busca de la victoria, y además apenas sufría las temidas contras del Granada, con un esfuerzo descomunal en los costados tanto de Ferran como de Manu Vallejo, enorme en su primer partido como titular.

Después de una primera mitad no especialmente buena pero sí mejor de lo que el equipo acostumbra, el cero a cero en el electrónico era cuanto menos inquietante. El Valencia CF, sin embargo, resolvió pronto las dudas. Volvió a salir con determinación, volcado en busca del gol, aunque no tardaba en llegar un nuevo contratiempo. Tras recibir un golpe en el costado, Rodrigo Moreno se marchaba y era sustituido por Gameiro.

En el 56 llegaba el segundo golpe de la tarde, una excelente combinación entre Ferran, el propio Gameiro y Parejo en la que el capitán terminaba incrustando el balón en la red, con clase, buscando la base del palo corto. Un golazo que anularía el árbitro después de consultar la jugada en el VAR. Las imágenes de televisión muestran a Maxi Gómez en posición de fuera de juego posicional, se supone que obstaculizando la visión del portero, aunque por delante suyo había dos defensas del Granada también en la trayectoria de la pelota. La cuestión, por tanto, quedaba a la interpretación de Estrada Fernández, que decidía anular el tanto y devolver el empate a cero al marcador.

El Valencia acusaba el golpe, pero quería ganar y lo que se estaba viendo en el campo invitaba a pensar que la victoria no se podía escapar. Así, en el 73 Wass cazó un balón al área de Gameiro al que no había llegado Maxi Gómez para fusilar a Rui Silva. Otra vez con suspense, porque el VAR revisó una posible posición adelantada una vez más de Maxi, aunque esta vez el tanto subió al marcador.

Quedaba, sobre el papel, sufrir el acoso del Granada, que apenas había tenido en cuenta atacar en todo el partido, Soldado de hecho fue un espectador más, pero que se volcó en esos minutos finales metiendo balones al área casi siempre resueltos por Cillessen y los centrales, con más sensación de peligro que remate, excepto un toque de espuela de Domingos Duarte que sacaba casi bajo los palos Wass. Otra vez el danés.

El Valencia CF sufrió en los siete minutos de añadido que determinó Estrada Fernández, no habría sido justo recibir un gol que enturbiase una victoria tan importante y trabajada. Con la defensa del Granada totalmente desguarnecida, la primera contra no fue gol porque Kang In se durmió al dar el pase y la jugada, que acabó con gol de Gameiro, incurrió en fuera de juego. Por eso, cuando Ferran cogió la pelota en la siguiente, ya no la soltó hasta que, viendo que nadie le entraba para quitársela, acabó encarando al portero y colocándola allí donde tampoco la llegó a oler hace unos días el portero del Lille. No podía hacer más justicia el 2-0 al esfuerzo y la fe del equipo.

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