El Mestalla ha rodado a siete juveniles en lo que va de temporada y el número sigue abierto. Jesús Vázquez, por ejemplo, ha entrado en lista ante Sabadell y La Nucía. El lateral izquierdo (2003) es uno de los proyectos más importantes de La Academia y no tardará en hacer su debut en Segunda B. En el marco del fútbol español, sólo el Atlético de Madrid hasta esta segunda semana de febrero. Los rojiblancos están en un momento de efervescencia en ese apartado y suman nueve. El Valencia está en el segundo escalón, un paso por delante del Sevilla. Después, aparecen Betis, Osasuna, Espanyol, Real Madrid o Barça. No es un asunto sin importancia en un club cuyo leitmotiv es producir futbolistas y presume de Gayà; tanto, que la cuestión fue una de las causas centrales en la crisis con Marcelino.

El filial sigue prisionero de la eterna disyuntiva: ¿formar o competir? La respuesta en este caso es formar sin renunciar a competir. La partitura guionizada por el club pone el foco en producir talento, pero los responsables de la cantera consideran que se puede alimentar el rendimiento y cuidar los procesos sin necesidad de renunciar a los números, los puntos o el alto rendimiento. Ahí es donde la figura de Chema Sanz

Una fase para hacer puntos

El Mestalla está en una posición delicada, en zona de eliminatoria de descenso. Después de un inicio de año difícil en puntos y complicado en términos de calendario, donde el equipo se han enfrentado a rivales de promoción de ascenso o en la lucha -Cornellà, Lleida, Castellón, Sabadell-, el objetivo es volver a sumar y en el desplazamiento a La Nucía se sumó. La dinámica tiene que elevarse ante Olot, Espanyol B y Badalona, con el Puchades como gran aliado en busca de la permanencia. Este próximo mini ciclo es fundamental. En ese sentido, el filial está en las manos adecuadas. Chema Sanz ha demostrado tener la experiencia, la sensibilidad, la capacidad didáctica y la pizarra para mezclar aspiraciones de proyecto y soluciones prácticas.

Sufrir, perder y rehacerse

Chema Sanz tiene valor añadido tal y como está concebido el Mestalla. Claro que el funcionamiento de la cantera admite mejoras, pero en lo que ocupa al segundo equipo, el míster tiene los apoyos internos, la confianza del grupo y el vestuario está mentalizado para la lucha. En la primera vuelta, la situación era peor y terminó interpretando un mes de noviembre tremendo, con tres victorias y un empate. Se ha visto una línea y está viva. El filial ha demostrado que es capaz de sufrir, jugar a cara de perro y bajar al barro -que en este grupo significa competir en ratoneras de césped artificial- en Llagostera o en Badalona y de dar un plus en escenarios grandes como Miralcamp, Castalia, el Rico Pérez o la Nova Creu Alta.

En el mercado de invierno se ha fichado en delantera (Manzambi), medio campo (Sebas Moyano) y defensa (Pol Valentín) con la intención de reforzar posiciones con jugadores de rendimiento inmediato y condiciones para la categoría, sin renunciar a que Pablo Gozálbez, Hugo González, Koba o Yunus Musah y sean importantes. Sin renunciar a recuperar activos como Jordi Escobar.

Ganar y recuperar a Escobar

Escobar está entrando en dinámica después de una fase en la que estuvo prácticamente apartado. El delantero, internacional Sub-18, estuvo en el Mundial Sub-17 y durante mucho tiempo ha estado perdido sin nadie preocupado por el cómo y el porqué. Chema está intentando recuperar y encauzar una de las apuestas más fuertes que el Valencia ha realizado por un cadete. Ese es uno de los retos más importantes que afronta.

Cuidar los pasos de Esquerdo

La presencia de Vicente Esquerdo con el primer equipo es otro triunfo compartido con Celades Hay un trabajo de fondo para que el centrocampista aproveche para avanzar con el Valencia y se mantenga como un elemento determinante en el Mestalla. Por encima de todo, la misión es que se consolide.

Más maduro, más recursos

Chema Sanz heredó un equipo metido en una espiral de nervios de la que no sabía salir. El entrenador les quitó los miedos. Su forma de trabajar le ha servido siempre para tener el respeto y la estima de los jugadores. Esa capacidad para conectar con los jóvenes, para tenerlos metidos, motivados y enchufados es clave en lo que viene. Si el primer equipo tiene un problema grave en el eje de la defensa tras la lesión de Garay no es responsabilidad de Chema. El míster ha apostado fuerte por Hugo Guillamón -campeón de Europa Sub-19 como central- y mantiene a Guillem Molina como protagonista en la rotación, los dos son nacidos en 2000, como Pablo Jiménz, Carlos Pérez o Pascu, pieza multirrol. Si no hay un central de primer orden es cuestión de captación, cuestión generacional o de apuesta, como sucede con chicos que van a terminar contrato en el mes de junio.

El informe de Juanjo Sánchez (@jjsv81 en Twitter), especialista en fútbol de cantera y categorías inferiores de la selección española, refuerza el trabajo con valor añadido del cuerpo técnico del Mestalla dentro del proyecto. Los números tienen fondo. Pablo Gozálbez, Joseda Menargues, Hugo González, Jordi Escobar, Koba Lein Koindredi, Noha Ndombasi y Yunus Musah -todos en edad juvenil- son futuro. No todos van a llegar al primer equipo y algunos deben dar un salto para encontrar su sitio en la élite, pero marcan una intención y dejan un mensaje de enorme importancia. Los pasos de Gozálbez, Menargues y Hugo González amotiguan las deficiencias y ponen sobre la mesa las virtudes de una cantera que admite mejoras.