El Valencia CF recibe este viernes al Atlético de Madrid en Mestalla en un partido en el que ambos pelearán por uno de los dos puestos de Liga de Campeones que quedan vacantes. Y esa es precisamente la novedad, que el conjunto colchonero, después de muchas temporadas peleando hasta el tramo final de la Liga por el campeonato, ahora se las tiene que ver con el Sevilla, el Getafe y el Valencia para estar la temporada que viene en la Liga de Campeones. Es evidente que hay una bajada en el nivel competitivo, tan evidente, como que pese a todo es un rival temible para aquellos que se juegan con él un puesto de Champions. Las causas del bajón competitivo son diversas, pero hay que le está haciendo daño al equipo por dentro.

El Atlético de Madrid del Cholo Simeone ha perdido fiabilidad. Ahora es capaz de perder en Ipurua por no poner intensidad y al poco caer eliminado de la Copa del Rey ante la Cultural Leonesa después de ir ganando 0-1. Por primera vez desde que llegó a entrenar al conjunto colchonero, Simeone no controla al equipo. Ya no puede garantizar qué harán sus futbolistas. En fútbol nadie puede garantizar victorias, pero el Atlético del Cholo garantizaba entrega y pelea hasta el final. Ya no.

Y las causas de esta ‘deserción’ del equipo al ideario cholista hay que buscarlas más allá de los fichajes y las ventas, aunque es evidente que no es lo mismo tener a Griezmann que no tener a Griezmann. Para empezar algunos de los que han formado su guardia pretoriana durante años optaron por marcharse sin mirar atrás. El Cholo exprime mucho y lo hace a diario y no es fácil aguantar esa presión una temporada tras otra. Pero hay ‘deserciones’ con Simeone y su método que son más profundas y están haciendo más daño. Germán el Mono Burgos, que ha sido el ayudante de campo del técnico argentino desde la etapa en el Catania de Italia, en 2011, se marcha. La primera noticia de la ruptura entre ambos apuntaba a la posibilidad de que el Mono Burgos esté valorando la posibilidad de convertirse en primer entrenador, pero de fondo asoma que la relación entre ambos se ha desgastado: "Son 25 años que nos conocemos, es un amigo, llevamos 19 años trabajando juntos y, cuando tenga que responder y explicar todo lo que deba de lo que sienta y necesita, lo hará él mismo", dijo Simeone cuando se le preguntó en rueda de prensa.

Lo cierto, es que no se hablan desde hace meses y que por profesionalidad tratan de llevar la relación hasta final de temporada con la intención de que no afecte al equipo. Pero afecta. El ambiente interno en el vestuario no es el ideal y la consecuencia es que el discurso del entrenador ya no cala como en temporadas anteriores. Y eso sobre el terreno de juego se refleja de una forma evidente: unos días muerden y otros no. Como el Valencia CF.

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