Bien es sabida la trayectoria futbolística de Regueiro, sin embargo, es ahora cuando se han dado a conocer los detalles del por qué de su retirada. Mario Ignacio Regueiro Pintos, natural de Montevideo (Uruguay) es un centrocampista que sueña con triunfar en el mundo del fútbol y empieza a tocar profesionalmente el balón en la temporada 1996/1997 en el Club Atlético Cerro, con apenas 17 años.

Tras varios años jugando en latinoamérica, viaja a España para sudar la camiseta del Racing de SantanderRacing de Santander. Entre las temporadas 2005-2006 y 2006-2007 jugó como extremo izquierdo en el Valencia de Quique Sánchez Flores, donde fue un jugador intenso y agresivo en banda. Vistió la camiseta blanquinegra durante 48 partidos, 30 de ellos como titular y marcando un total de 6 goles en su historial valencianista. Después de ser cedido, disputó en la liga griega con el Aris Salónica y volvió a su país de origen para ser un refuerzo top en el Nacional, el Lanús y el Racing argentino.

Tragedia familiar

El delantero parecía resplandecer en lo futbolístico cuando de repente la vida le dio un giro de 180 grados del que tardaría reponerse. Su sobrina había fallecido debido a un accidente de tráfico, y su madre -hermana de Regueiro-, al no poder hacer frente a la muerte de su hija, decidió poner fin a su vida en el año 2013. Estos dos terribles acontecimientos sumergieron al jugador en una profunda depresión que le obligó a recibir terapia.

En una reciente entrevista al Diario Olé, el uruguayo recalca lo necesario que fue para él ir al psicólogo. "Estuve dos años y medio con la depresión y fue muy profunda. Me costó mucho salir, se me hizo muy difícil en su momento y, gracias a Marcelo Roffé y a los psiquiatras que tuve, pude salir de esa situación. Arranqué el tratamiento en la Argentina, estando en Racing, y me hicieron muy bien. Ellos junto a mi familia", comenta Regueiro.

Fue en esa complicada etapa cuando decidió que no quería seguir en el mundo del fútbol, y, tras varios meses en el Cerro, el equipo que le vio nacer, colgó las botas. A día de hoy vive en Montevideo y trabaja con su mujer en una tienda de juguetes llamada Toy Feliz. "Era un proyecto que siempre tuvo mi esposa y que por cuestiones de mi carrera, los tiempo y demás, nunca lo había podido concretar. Y, bueno, cuando me retiré y me recuperé de mi enfermedad, nos pusimos a estudiar la zona y vimos que faltaba un lugar así. Así que aprovechamos y abrimos frente a una escuela" recuerda en la entrevista con Diario Olé.

Y es que ahora, totalmente recuperado, se sincera y admite que está en un gran momento y es muy feliz con la vida que tiene alejado del fútbol.