La Atalanta llega con todo. El Valencia va con lo justo y con lo necesario: experiencia, categoría y carácter para encontrar su mejor versión en los grandes partidos. Los italianos están pletóricos y las estadíticas -coléctivas e individuales- advierten del mejor momento bergamasco. En ese apartado barren, aunque el contexto de la Serie A y LaLiga son distintos, con diferentes rivales también, señalizan tendencias. El Valencia tiene los números en contra, pero un techo de rendimiento superior. Pese a las bajas de futbolistas determinantes en posiciones importantes, pese a la ausencia de miembros básicos en la columna vertebral como Coquelin, Garay, Gabriel o Rodrigo, el equipo lo ve todo al cincuenta cincuenta. Buena señal cuando los jugadores sienten que la iniciativa es suya.

Más allá del foco de presión sobre Mangala y Diakhaby, Jaume llega bien, Gayà está en plan alfa, Kondogbia está mejor, Ferran vuela y Soler siempre aporta un mínimo alto. El gobierno de Parejo ante De Roon es buena parte de la eliminatoria, lo mismo que reducir al Papu. Es un partido de máximos, juego de palabras que insiste en la importancia de Maxi ante Tolói o Palomino, que han sufrido ante Lukaku, Lautaro, Sanabria, Pinamonti, Cutrone, Petagna o Dzeko. El uruguayo no puede ser menos.

El partido de Gonçalo Guedes

Lo mismo que Guedes, que tiene el difícil reto de hacer de Rodrigo, con sus características, con su velocidad en carrera y potencia... con las buenas sensaciones que ha dejado en su regreso. Ante un adversario que defiende alto y presiona a todo campo, Guedes es básico para sacar a los centrales de zona y atacar los puntos débiles de la Atalanta, la espalda de los centrales. Por eso, también se espera una versión más práctica y calculada en el bloque de Gasperini. «No tenemos que dejar espacios, no debemos cometer errores. Hay ser un equipo. En estos partidos no tienes que conceder espacios y aprovechar las ocasiones», asegura Ilicic. La consigna está calcada en la pizarra de Celades.

Trabajo de 'equipo pequeño'

Los puntos débiles de la Atalanta coinciden con los puntos fuertes del Valencia y viceversa. La Atalanta es un equipo completo, te domina, tiene una llegada animal por banda, tiene la salida directa de Duván, pero necesita coger velocidad, sino, se atasca. Por eso, ha pinchado ante Bolonia, Spal o Genoa. El Valencia debe competir con el compromiso y los valores de un equipo pequeño -en positivo- y explotar su magnitud de equipo grande, como sucedió en Londres o Ámsterdam. Djimsiti es punto firme de la zaga, Ilicic está en plenitud, Duván está creciendo, De Roon y el Papu son un seguro... luego está el poso, saber jugar estos partidos. El control emocional juega, no todo son números.