La gravedad de la crisis que atraviesa el Valencia CF se refleja ya sobre toda realidad posible: datos, impresiones y hechos. Los de Albert Celades -con un 4-2-3-1 como plan preestablecido- entraron al césped del Reale Arena decididos a competir de tú a tú. Incluso, Kevin Gameiro pudo haber dado el primer golpe de la tarde, si hubiera afinado el punto de mira y, al mismo tiempo, haber evitado caer en fuera de juego, un despropósito que al francés le pasó hasta cuatro veces en el partido. La Real Sociedad, sin embargo, tardó poco en acomodarse sobre los espacios y tirar hacia atrás la volátil línea de presión del Valencia. La sensación de equipo uniforme apenas duró algo menos de un cuarto de hora.

A los 13 minutos, los donostiarras abrieron una brecha que terminó con otros tres goles en contra lejos de Mestalla. Una humillante derrota, la séptima en la Liga. El mismo número que las registradas durante toda la pasada campaña en 38 jornadas. Precisamente, en ese curso 2018/19 los blanquinegros construyeron su remontada hacia las plazas de Champions desde la solidez defensiva. Un objetivo, a día de hoy, que se antoja ciencia ficción. No sólo por las bajas de pilares fundamentales como Gayà, Gabriel Paulista y, sobre todo, Garay -ausente para todo lo que queda- sino por el desastroso trayecto defensivo que los valencianistas han recorrido como bloque esta temporada. A falta de 13 jornadas para la conclusión de la Liga, el Valencia actual ha recibido ya más tantos (37) que los 35 en el casillero con el que acabó la pasada liga en la cuarta plaza.

El equipo se desintegró con el tanto inicial de Mikel Merino, que remató en el oasis en el que se ha convertido el área blanquinegra. Mangala había despejado sin criterio y posibilitó a la Real generar un centro desde el extremo izquierdo. Diakhaby basculó en exceso y el medio navarro remató a placer cerca de Jaume. Desde ese momento los de Celades desaparecieron: las líneas se fracturaron y las distancias entre defensas y jugadores de ataque se agrandaron. Problema físico, mental y táctico. La Real encontró cada vez más espacio para desplegar su juego de apoyos. Afortunadamente, tampoco disfrutó de un día excelso. En el saque de un córner las atenciones volvieron a fallar en cadena y Monreal anotó el 2-0 en el 46’. Nada más empezar el segundo acto, Januzaj cerró la triste película con un disparo lejano ante la pasiva mirada visitante.

A la postre, la variación táctica de colocar a Soler como enganche resultó insignificante. Nadie lo encontró. La sangría continúa. El Valencia encaja 2.2 goles de media por partido en la Liga como visitante. Tras 36 partidos oficiales, el equipo ha visto perforado su portería 53 veces. Cifras impropias de la solidez competitiva necesaria para pujar por las plazas de Champions. La Real siguió con la tónica de Madrid, Mallorca, Getafe o Granada disparando al Valencia por encima de su media (12) con hasta 19 remates. En ataque tampoco hubo Valencia.