La plantilla del Valencia CF en un conocido restaurante de la ciudad de València. Una reunión, exclusivamente, de jugadores con la que fortalecer los vínculos y el compromiso de todos con vistas a los dos partidos cruciales que se avecinan, Real Betis y Alavés en la Liga y la vuelta de los octavos de final de la Champions, ante la Atalanta. Dos de ellas, citas en Mestalla, el escenario donde más fuerte se está sintiendo el equipo.

Esta cena, planificada horas después de la humillación vivida en San Sebastián (3-0), sirve para que los capitanes trasladen al grupo las conclusiones de la reunión mantenida este martes al mediodía con el presidente, Anil Murthy, y César Sánchez, director de Fútbol en la Ciudad Deportiva. En las últimas semanas una serie de amargas y abultadas derrotas han golpeado el ánimo al límite de un grupo que ya de por sí viene castigado en el aspecto físico y las lesiones.

Como hizo a principio de temporada, tras la inesperada destitución de Marcelino por parte de la propiedad, el grupo de futbolistas está dispuesto a no bajar los brazos con tal de luchar en las 13 jornadas de Liga que restan por una plaza en la próxima edición de la Champions. Las distancias, a cinco puntos de Atlético y Sevilla, no son ni mucho menos insalvables. Eso sí, el club debe dar también el paso de reforzar una defensa que se ha quedado tocada con la grave lesión de rodilla de Ezequiel Garay.

En un ambiente distendido y de hermandad, los jugadores reflexionaron, sin la presencia de los técnicos, en busca de soluciones a la delicada situación que vuelve a vivir el Valencia de Peter Lim. En 2020 el Valencia sólo ha ganado cinco de los 12 partidos disputados, sumando seis derrotas y cayendo en las competiciones de Copa y Supercopa ofreciendo una mala imagen.