«Hay que ser positivos con él. Todos queremos que vuelva porque es diferencial». Es el sentir de los pesos pesados del vestuario del Valencia sobre Gonçalo Guedes. Los capitanes están haciendo todo lo posible para cuidar al portugués y rodearlo de un ambiente de positividad que le ayude a rendir mejor y recuperar su mejor versión en beneficio del equipo. Los ‘capos’ de la plantilla tienen claro que necesitan al portugués para ser más fuertes en estos tres últimos meses de competición. Saben que el ‘7’ es un futbolista capaz de marcar las diferencias y que con su aportación de goles y asistencias será más fácil alcanzar los objetivos de la temporada. Cuidar a Guedes se ha convertido en una obligación para los ‘jefes’ del vestuario. Por él y por el equipo.

Los capitanes del Valencia llevan trabajando en este sentido desde que Guedes reapareció a principios de febrero en Granada después de superar un tortuoso proceso de recuperación por su lesión en el tobillo derecho. Los jugadores importantes del vestuario todavía han estado más pendientes del jugador la última semana después de que Guedes se quedara sin minutos contra la Real Sociedad en el banquillo del Reale Arena y fuera suplente contra el Real Betis. El gesto de José Luis Gayà y Gabriel Paulista en la celebración del gol de Kevin Gameiro simboliza a la perfección esa especial atención que tienen los ‘capos’ del equipo por recuperar al mejor Guedes. Corría el minuto sesenta. Justo después del golazo de Gameiro que abría el marcador en Mestalla. Todos los jugadores formaron una piña para celebrar con rabia el gol. Era la fotografía de la unidad que se invocó en la reunión de los capitanes con el presidente Anil Murthy del martes en Paterna y la posterior cena de equipo en un restaurante de la ciudad. El motivo de la conjura. En esa celebración de todo el equipo faltaba Guedes. Gayà y Paulista se dieron cuenta y su preocupación, más allá del gol, fue llamar a Guedes con gestos ostensibles con las manos y hacerlo partícipe de ese momento. Era una forma de reconocerle que el gol también había sido obra suya y que juntos, como equipo, son más fuertes y pueden competir contra cualquiera. Ferran Torres, consciente de lo que estaba pasando, le abrió las puertas de la piña tendiéndole la mano derecha bajo la atenta mirada de Gayà. Ya con Guedes en la piña, todos los jugadores se fundieron en un abrazo con carantoña incluida en la cabeza del portugués. Fue más que una celebración.

La buena noticia es que ese intento por recuperar al mejor Guedes de la plantilla estuvo acompañado por una buena respuesta del portugués en el campo. El ‘7’ cuajó sus mejores minutos ofreciendo una cara distinta al de las últimas fechas. Dejó destellos del jugador que deslumbró en su primera temporada, generó problemas en ataque y tuvo actitud en defensa.

Aplausos: otro refuerzo más

El público se lo agradeció. Por primera vez en mucho tiempo hubo química entre Guedes y Mestalla. Los aplausos de la afición el sábado también han significado un inyección de confianza más para el jugador. Guedes, para bien o para mal, es un futbolista que depende mucho de su estado anímico y el de ahora es óptimo. Todos, empezando por él, están poniendo su granito de arena para que Guedes sea el jugador diferencial que necesita el Valencia. Si sonríe Guedes, sonreirá el equipo. Los capitanes lo saben.