El director deportivo del Valencia, César Sánchez, está preocupado por la situación crítica que atraviesa el Mestalla esta temporada en el grupo III de Segunda División B. El filial se encuentra en puestos de promoción de descenso a Tercera División a falta de once jornadas. El equipo de Chema Sanz está un punto por debajo de los puestos de permanencia que ocupa la SD Ejea, pero solo dos por encima del colista Orihuela CF. Lo peor de todo, más allá de la clasificación, es que el Mestalla está instalado en una dinámica negativa durante los últimos meses que no invita al optimismo. El tema preocupa y ocupa a los máximos responsables deportivos del club. La categoría del filial del Valencia está en juego.

Los números confirman las malas sensaciones del equipo en el mes de febrero. El Mestalla ha encadenado trece partidos consecutivos sin ganar. Hay que remontarse al Valencia-Orihuela de la jornada 14 disputado el 24 de noviembre de 2019 para encontrar la última victoria del equipo. Desde entonces, seis derrotas contra Andorra, Cornellà, Lleida, Castellón, Sabadell y Nàstic de Tarragona y siete empates frente a la Llagostera, Barcelona B, Ebro, La Nucía, Olot, Espanyol B y Badalona. Cuatro de ellos en los últimos cinco partidos. El Mestalla es el equipo que más empata (13) del grupo. Muchos son los puntos que se han dejado en el camino.

El equipo no encuentra el equilibrio. Cuando ataca bien es a costa de conceder ocasiones en defensa y cuando es contundente en su área propia pierde alegría ofensiva y produce menos peligro. El resultado es un equipo al que le penalizan mucho los errores y que tiene que producir el doble que otros para ver puerta. El balance defensivo del filial tampoco es tan sangrante. 32 goles en contra en 27 partidos Hay siete equipos peores. El problema es que existe un déficit de contundencia, se pierden más duelos que se ganan y demasiada inseguridad a balón parado o en centros laterales. La lesión de Javi Jiménez tampoco ha ayudado a potenciar un centro de la defensa en el que Hugo Guillamón ha sido el mejor.

La verdadera herida está en la finalización. El equipo elabora fútbol, sobre todo cuando están Vicente Esquerdo y Koba Koindredi, es dominador en muchas fases de los partidos, pero tiene problemas a la hora de dar el último pase, filtrar pases a la espalda de la defensa y acabar jugadas. No hay profundidad y como consecuencia no hay pegada. El Mestalla es el cuarto peor equipo a nivel ofensivo del grupo. Un dato que llama poderosamente la atención tratándose de un filial. Ha marcado 26 goles en 27 jornadas. Menos de un gol por partido. Solo Orihuela (25), Prat (22) y Badalona (17), los tres últimos de la clasificación, tiene peores registros. El equipo está acusando la sequía goleadora de sus dos delanteros titulares Jordi Sánchez y Sergio Moreno y tampoco ha encontrado aportación realizadora de Jordi Escobar desde el banquillo. Chema Sanz los necesita. Uno de los nombres propios a los que se aferra el filial ahora es Yunus Musah. El internacional inglés es ahora el jugador más en forma y está llamado a ser un jugador importante en el tramo final de la temporada. El Mestalla está obligado a reaccionar y el escenario no puede ser mejor esta jornada. Valencia-Ejea en el Antonio Puchades de la ciudad deportiva de Paterna. Ganar significaría salir de los puestos de descenso y afrontar la última fase de la temporada con algo más de confianza.