Mientras el Valencia CF va a seguir blindado de su entorno como prevención contra el coronavirus, en las próximas fechas la actualidad del club vinculada a esta epidemia, que afecta con mayor peligro a personas mayores de 70 años con problemas respiratorios, se centrará en el partido de vuelta de octavos de final de Champions del 10 de marzo frente a la Atalanta. El equipo de Bérgamo, ciudad donde los positivos por el virus rebasan los dos centenares, organizaba el apoyo en las gradas de Mestalla de 2.400 aficionados.

En este sentido, la Atalanta vivió el domingo en la Serie A el último desplazamiento previo al partido de Liga de Campeones en Mestalla. La distancia con Lecce, la menor repercusión de la cita, la psicosis y el clima de confusión que vive Italia, que en 24 horas aumentó en 50 % el número de contagiados hasta 1.577, con 34 víctimas mortales, hicieron que la cantidad de aficionados fuese mucho menor que las previsiones hechas para el Valencia-Atalanta. Sin embargo, las medidas de control llevadas a cabo por las autoridades político-sanitarias en Lecce sí podrían extrapolarse a encuentros futuros con presencia masiva de seguidores procedentes de zonas donde el nuevo virus haya entrado con mayor incidencia.

El encuentro Lecce-Atalanta fue uno de los cinco no aplazados en Italia. En los aledaños del estadio Via del Mare sanitarios de Cruz Roja tomaron la temperatura a las más de 20.000 personas que entraron al espectáculo deportivo, entre ellas, 50 procedentes de Bérgamo. Bastantes menos de los 150-200 que se esperaba en la capital de Apulia, región localizada en ‘el tacón de la bota italiana’, a más de 1.000 kilómetros de Bérgamo.

Lo cierto es que los termoscanners presentes para vigilar a los aficionados de la ‘Diosa’, residentes en la región con más casos de COVID-19 en Europa (984), la Lombardía, refuerza la postura de alerta con la que el Valencia CF se reunió el pasado viernes en el centro de Salut Pública en la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana. De hecho, la comunicación de los responsables sanitarios en València ha fluido ya hacia el Ministerio de Sanidad en Madrid. Además, la presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), Irene Lozano, confirmó en el descanso del Clásico a los micrófonos de Movistar + que ya «se está pidiendo a los italianos que sus aficionados no viajen» a los acontecimientos deportivos que están previstos en España. Los más inminentes serán en València: El 5 de marzo Valencia Basket-Milano, donde apenas se esperaban fans italianos, y el Valencia-Atalanta.

De hecho, la conclusión principal con la que José Luis Zaragosí, consejero del Valencia, y el jefe de los servicios médicos salieron de la cita con la directora y subdirectora de Epidemiología y Vigilancia de Sanitat fue la de que la Conselleria estará muy pendiente del desarrollo del coronavirus en Bérgamo. La evolución «diaria» de la neumonía de Wuhan en la ciudad-sede de la Atalanta -y en menor medida en València, donde los casos no pasaron de 15, buena parte importados del desplazamiento a Milán para el partido de ida- resultará clave para determinar las condiciones en las que se jugará la vuelta el 10 de marzo. A día de hoy, todos los escenarios están abiertos a estudio en función del desarrollo de virus. Incluido, la puerta cerrada. Si bien, fuentes de Sanitat indicaban que, «a día de hoy, no hay razón para suspender ningún acto o cerrar sus puertas» al estar aún en fase 1 de contención.209 positivos en Bérgamo

Después de la reunión en Salut Pública de la Generalitat, el Valencia quedaba a la espera de que las autoridades valencianas recalcaran al Ministerio de Sanidad lo aconsejable de frenar o limitar el desembarco de cerca de 2.500 habitantes de Bérgamo y alrededores, enclaves donde se registran 209 positivos por coronavirus. Este domingo las palabras de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del ministerio, abren la puerta a esa medida intermedia, más consecuente con el contexto que se vive a nueve días del partido. Simón consideró que «no es necesario aumentar el nivel de alerta» con decisiones de contención drásticas. «Cancelar eventos no debe de ser una medida generalizada, pero hay que tener cuidado», subrayó antes de catalogar de «bastante extraño» que personas que viven en zonas de riesgo pretendan venir a España a disfrutar de fiestas o del fútbol. El Gobierno central, a instancias de Sanidad y en contacto con el ejecutivo italiano, es el único con potestad para impedir la llegada a València del elevado número de tifosi. La medida unitaria entre ambos países permitiría no cerrar fronteras unilateralmente, algo que sólo es factible por razones excepcionales, como son las de salud pública, y muy acotadas en el tiempo, ya que en la Unión Europea existe el derecho a la libre circulación de personas en virtud de los acuerdos de Schengen.

El pánico con el incremento de casos en el corazón de Europa han provocado que Suiza prohiba actos públicos con más de 1.000 personas y haya parado las ligas de primera y segunda división, mientras Francia, con más de un centenar de casos positivos, suspende las concentraciones de más de 5.000 en espacios cerrados, dejando el resquicio para que la Ligue1 siga activa y ayer se jugase el derbi Lyon-Saint-Etienne con 50.000 espectadores en el Parc Olympique Lyonnais. El mismo escenario en el que días atrás la presencia de 3.000 tifosi de la Juve generó gran controversia.

Miedo y tensión en Italia

La OMS elevó a «muy alto» el riesgo de esta amenaza vírica. La mayor inquietud en Europa se posa sobre Italia. El hecho de que sólo se aplazasen cinco partidos que en un primer lugar iban a jugarse sin público en el norte, permitiendo los viajes de los seguidores del Torino y la Atalanta a Nápoles y Lecce, ha suscitado una gran polémica. Michele Emiliano, presidente de la región de Apulia, criticó con dureza que no se suspendiera para el 13 de mayo «toda la jornada». «La decisión de permitir que los aficionados de la Atalanta viajen a Lecce no es compartida por la región, supone un riesgo innecesario de contagios. Comparto la declaración del alcalde, Carlo Salvemini. La decisión del Ministerio de Deportes, la Federación Italiana de Fútbol y Comité Olímpico Nacional es difícil de comprender», dijo el líder del Partido Demócrata, quien anunció la vigilancia sanitaria del día siguiente en el estadio con sistemas de medición de temperatura similares a los de los aeropuertos.

Por último, los periodistas de Bérgamo que deben cubrir el partido del 10 de marzo y la actualidad de la Atalanta en València desconocían todavía si podrán viajar, aunque son conscientes de que parece difícil por la explosión en su región del COVID-19. El desplazamiento de prensa y tifosi está completamente en el aire.