Cada cierto tiempo la sabiduría popular nos recuerda que «el diablo sabe más por viejo que por diablo». Un refrán que no es más que un alegato al valor de la experiencia. Claudio Ranieri, nacido en Roma en 1951, es una de las personas del mundo del fútbol que con más autoridad puede hablar en lo referente a la crisis mundial del COVID-19. A sus 68 años, el entrenador más experimentado de la Serie A, vive además la crisis de cerca en la Sampdoria, donde llegó para dirigirla desde el banquillo el pasado octubre. El equipo genovés, con 15 positivos entre su plantilla, es uno de los más golpeados por la incontrolada expansión del virus en Italia. El recorrido, la madurez y el conocimiento directo de la situación cargan de peso el consejo del ex míster del Valencia durante dos etapas: De 1997 a 1999 y en el curso 2004/05.

Claudio Ranieri asume el concepto que le plantea el periodista de La Gazzetta dello Sport escrito en una carta abierta y premonitoria del siglo XIX en la que se vaticinaba que después de vencer en una «batalla colectiva, no individual, como equipo, descubriremos nuevos matices que antes parecían banales y superfluos». «Así es, debemos comportarnos como equipo, respetar al entrenador y sus reglas. En este momento el entrenador es el Gobierno, que da las instrucciones: los italianos debemos aplicarlas. Es la estrategia para ganar el partido. Son reglas claras: permanecer en casa con todas las precauciones de higiene posibles. Nuestro enemigo es silencioso, furtivo. Por primera vez en nuestras vidas nos enfrentamos a un desafío como este y para vencer es necesaria la contribución de todos. Debemos hacerlo por nosotros, por el prójimo y por los que ocupan el frente: médicos, enfermeros y demás personal sanitario. La mejor manera de agradecerles su esfuerzo es cumplir las normas», argumenta en términos prácticamente de emergencia bélica.

El discurso del hombre que levantó un título con el Valencia CF la Copa del Rey de 1999 camina acorde con la fuerza con la que el coronavirus está golpeando a Italia. Los transalpinos superaron el número de muertes registrado por China por culpa de la pandemia. Ya son cerca de tres millares y medio de fallecidos y más de 33.000 contagios, razones por las que Giuseppe Conte decretó que se alargue el confinamiento hasta el próximo 3 de abril. Para Ranieri, el presidente del Consejo ministerial, «está gestionando bien una situación dificilísima», y añade: «En el inicio del problema desde el extranjero comentaban con ironía las medidas aprobadas en Italia... Ahora somos modelo a seguir». Ranieri confía en que el dolor deje un aprendizaje para el futuro en políticas sanitarias: «Aquí el nivel sigue siendo de los mejores, a pesar de que el sur no está equipado como el norte. Espero que el virus no se extienda a las zonas meridionales porque sería una dificultad grande el combatirlo. Esta historia será una lección para todos, necesitaremos estar precavidos y equipados. La estructura de Protección Civil es importante, pero debe ser reforzada».

Génova, en la costa norte del mar de Liguria, está siendo una de las regiones donde el COVID-19 más daños provoca en el país. Claudio habita allí confinado en casa junto a su esposa Rosanna y el personal de servicio. El resto de la familia se halla en Roma, donde la «emergencia no es total». «Usamos 'Skype' para vernos con mi hija, mi yerno y los nietos. Allí fue importante poner nuevas estructuras como el hospital Columbus... yo lanzo una propuesta, reabramos el Forlanini, mejor hospitales regenerados que los campamentos», propone desde las páginas de La Gazzetta. Reclutado en el hogar, pasa el tiempo con crucigramas y rompecabezas, «un buen entrenamiento mental». «Por lo demás, leo periódicos, hago fisioterapia para recuperar mi rodilla y veo la televisión para estar al día... ver las imágenes de los ataúdes y los boletines diarios genera un dolor enorme», agrega con pena.

El técnico que ha entrenado en cuatro de las cinco ligas más importantes de Europa siente orgullo por cómo el mundo muestra señales de solidaridad con Italia. «Es un placer ver lugares simbólicos del mundo con los tres colores del país. El mundo nos quiere porque, con todos nuestros defectos, somos un pueblo extraordinario», asegura antes de centrar el objetivo en la lucha sanitaria. «La economía será otra batalla a afrontar, ahora prima la salud. Respetando las reglas superaremos la tragedia. Miremos a China, lo ha superado cerrando todo», comenta el romano, que ve como «inevitable» y «sensato» el aplazamiento de la Eurocopa a 2021. «La decisión de UEFA permitirá reanudar la actividad en las ligas sin prisa y bajo las normas sanitarias. Jugaremos en verano, pero lo haremos con una sonrisa. El regreso del fútbol será una señal de que la vida vuelve a la normalidad», pronostica don Claudio.

Aparte de vivir la cuarentena en el norte, Ranieri también conoce perfectamente València, ciudad afectada en España por los efectos víricos del COVID-19. «He entrenado al Valencia. En la ciudad tenía lugar habitualmente por estas fechas una fiesta popular, las Fallas, como aquí el Carnaval de Vareggio. Ver en València a tanta gente en las calles, cuando el coronavirus estaba ya difundiéndose en Europa, me alarmó. También jugar el Liverpool-Atlético a puerta abierta fue un error. España tendrá ahora que seguir el camino emprendido por Italia. El virus no tiene fronteras, no lo paras en las aduanas», valora.

El martes 11 de marzo la Generalitat Valenciana aplazó hasta el verano la celebración de las Fallas, si bien hasta ese días se celebraron varias mascletàs multitudinarias en la ciudad, así como el partido de fútbol con público a puerta abierta del Levante-Granada del 8 de marzo ante más de 16.000 personas.

Por su parte, el magnífico campeón de la Premier en 2016 al mando del modesto Leicester FC se refirió a las formas laxas con las que Boris Johnson afrontó la crisis hasta hace días. «Es una nación anglosajona, otra cultura y modo de afrontar las cosas. Me sorprendieron las imágenes de los sitios públicos llenos de gente o que la Premier se suspendiera sólo desde el viernes. La emergencia es global e, incluso, en Inglaterra están cambiando el tiro», concluye.

La Sampdoria, golpeada por el virus, dona 100000 euros a un hospital

En Italia hay equipos de fútbol con más contagios por COVID-19, que los registrados en el Valencia CF. El centrocampista checo de la Sampdoria Jakub Jankto señaló en un medio de su país, Sport.cz, que «15 jugadores dieron positivo» en los controles, aunque después se retractó. «No hay idea exacta de cuántos somos, si ocho o más... Yo mismo no sé si he contraído el virus, pues nunca pasé el test».

Preguntado por cómo ha vivido la situación en uno de los clubes transalpinos más afectados por la pandemia, Ranieri responde: «La primera reacción fue de alarma. Me asusté. Después, sin embargo, hablando con los jugadores y al ver que estaba bajo control me tranquilicé». Massimo Ferrero, presidente de la 'Samp', con la ayuda de la plantilla de jugadores, técnicos y médicos de la entidad, han donado al hospital genovés San Martino 100.000 euros para luchar contra la emergencia del coronavirus.