El Valencia CF cerró el título de Liga con la practicidad de una máquina, la que había creado Rafa Benítez, y con la precisión de un reloj. Pasada la media hora, para que nadie de entre los 3.000 valencianistas presentes en La Rosaleda se impacientase más de la cuenta, Roberto Fabián Ayala comenzó a poner 'tierra santa' de por medio en Málaga con un gol imperial. Un cabezazo, elevándose por encima de cualquier mortal con el que abrió, no solo el marcador, sino la senda hacia un campeonato que el Valencia no levantaba desde hacía 31 años.

Pablo Aimar, al que hacía poco la hinchada había bautizado como otro pibe inmortal al igual que Mario Kempes o 'Piojo' López, tomó el mando de las operaciones para empezar a zarandear a la defensa del Málaga. Fue a los 34 minutos cuando cayó ese primer gol, ese primer paso a una gloria olvidada desde que la tocó el equipo de Di Stéfano en 1971. A la salida de un córner, Ayala remató adelantándose a Fernando Sanz y enviando la pelota a las redes de Contreras. El gesto del 'Ratón', bajando las palmas para pedir calma a la eufórica afición a la que buscaba con la mirada mientras Rufete y David Albelda se aproximaban para abrazarlo, quedó desde entonces y para siempre en la memoria colectiva de todo el valencianismo.

A las puertas de la jornada 37 el Valencia tenía cuatro puntos de ventaja sobre el segundo, el Real Madrid. El empate del Real Madrid en el Santiago Bernabéu, sin goles, con el Mallorca permitía a los de Benítez hacer historia con una victoria a falta del último partido en casa, a la postre, una victoria por dos goles a cero ante el Betis en Mestalla. En definitiva, una fiesta de los campeones con su afición que, al mismo tiempo, valió para que Jocelyn Angloma se despidiera por la puerta grande.

El duelo con el Málaga arrancó los andaluces intentando cercar el área de Santi Cañizares. Los locales, liderados por un torbellino uruguayo de nombre Darío Silva, se mostraron como un rival mucho más molesto de lo que se preveía. La seriedad que Benítez había forjado en el Valencia, no obstante valió para agazaparse atrás aguardando su momento. Y ese momento llegó una vez que al Málaga se le acabaron las balas de fogueo. Un par de minutos antes del vuelo de Ayala dio el primer aviso a Contreras con un disparo que salió lamiendo el poste.

Después del primero, el Valencia, vestido ese 5 de mayo de 2002 de taronja, se lanzó como un huracán a por el segundo, a por la seguridad de sentirse campeón de Liga. La que consiguió justo antes del descanso. Una preciosa pared entre Vicente Rodríguez y Aimar terminó con el balón en la maravillosa zurda de Fábio Aurélio en el interior del área y en posición ideal para sellar el triunfo con el segundo tanto... y así lo hizo el joven brasileño con un disparo a la escuadra. El gol estuvo rodeado de incertidumbre después de que el colegiado Pérez Burrull dijera primero que era fuera de juego y, tras cuatro minutos de justificadas protestas, rectificase señalando el centro del campo.

Los cánticos de los 3.000 valencianistas se apoderaron del estadio malacitano. La segunda mitad apenas tuvo euforia, sólo emoción y alegría contenida por parte de una afición valencianista que había esperado demasiados años, más de treinta para poder celebrar el quinto título de Liga. Ahora podía hacerlo gracias a un entrenador del que uno de los consejeros de Paco Roig, Marcelo Safont, se burló a su llegada diciendo que tenía nombre de «torero». El Valencia CF de aquel modesto técnico que había dirigido al Extremadura o ascendido al Tenerife se impuso al Real Madrid de los 'Galácticos': Raúl, Figo, Zidane, Roberto Carlos y compañía. La Rosaleda fue invadida por senyeras y la Avenida de Suècia poblada por 20.000 valencianistas.

5 de mayo de de 2002, jornada 37 de Liga

Málaga: Contreras, Josemi (Leko, 77'), Fernando Sanz, Litos, Valcarce, Musampa, Romero (Rojas, 39'), Miguel Ángel, Zárate (Manu Sánchez, 69'), Dely Valdés y Darío Silva

Valencia: Cañizares, Curro Torres, Ayala, Pellegrino (Djukic, 89'), Fábio Aurélio, Aimar (Carew, 80'), Vicente, Albelda, Baraja, Rufete y Angulo (Mista, 74')

Goles: 0-1, m, 34: Ayala; 0-2, m. 44: Fábio Aurélio.

Árbitro: Alfonso Pérez Burrull (Colegio Cántabro). Amonestó al local Fernando Sanz y a los visitantes Fábio Aurélio y Baraja.

Estadio: La Rosaleda de Málaga, ante 28.963.