El estado de alarma decretado por el gobierno español a raiz de la expansión del coronavirus, la plaga de positivos por COVID-19 dentro del vestuariola plaga depositivos por COVID-19 y la obligación de confinarse en casa en plena cuarentena explotó justo cuando Albert Celades atravesaba por su momento más crítico como técnico del Valencia. Eliminados de la Champions con una losa de ocho goles en contra a manos de la Atalanta, clasificados en LaLiga en una pobre séptima posición por detrás del Sevilla, Real Sociedad, Getafe y Atlético de Madrid y convertidos en un equipo vulnerable lejos de Mestalla. Jeddah, Mallorca, Getafe, Milán, San Sebastian y Vitoria. La lista de decepciones como visitante empezaba a ser demasiado larga.

El estado de ánimo y los niveles de confianza del Valencia no eran los mejores. Los futbolistas se encontraban en horas bajas en su inmensa mayoría, muchos de ellos al límite físicamente, y la figura del entrenador estaba más tocada que nunca. En medio de estas dudas se suspendió la competición y se entró en un nuevo escenario para la plantilla. Aislados en sus casas y con la incertidumbre de saber cuándo pasará la pandemia y volverán a competir.

Celades diseñó un plan de trabajo específico para cada jugador con el objetivo de que no perdieran la forma. Sin embargo, su labor como entrenador va más allá. El entrenador está telefoneando a los jugadores desde su casa para intentar salvaguardar la idea de grupo y para intentar que no se rompa el vínculo técnico-jugadores. El técnico desconoce cuando se reanudará la competición si es que lo hace esta temporada. De lo que sí está convencido es de la necesidad de hacer grupo más que nunca por las condiciones extraordinarias que están viviendo cada uno de ellos y por el contexto de dudas que generaba el equipo hace apenas dos semanas. Es hora de intentar estar juntos y la única forma de hacerlo es vía telefónica.

Celades, con sus virtudes y sus defectos, ha demostrado desde el primer día que es una persona dialogante y siempre ha mantenido un vía comunicativa abierta con los jugadores. El propio entrenador ha reconocido en ruedas de prensas que era una tónica habitual en los entrenamientos que mantuviera conversaciones con sus jugadores que no necesariamente tenían que girar siempre en torno al fútbol. Celades ha hablado siempre de temas extradeportivos con sus jugadores y sigue haciéndolo a pesar del confinamiento. Cree que seguir interactuando con el grupo en una buena forma de reforzar la idea de equipo y afrontar con más unión si cabe el resto de la temporada si es que la hay. De momento, no se volverá a jugar al fútbol en España hasta que el Gobierno considere que no supone ningún riesgo para la salud. Mientras tanto, hay que seguir trabajando diariamente por si acaso y eso es precisamente lo que intenta hacer Celades desde su confinamiento particular. Esto no tiene nada que ver con unas vacaciones. La actividad de equipo sigue a todos los niveles: físico y mental.

El plan de trabajo del preparador físico no solo se reduce a unas instrucciones. En la misma línea de Celades de proteger la idea de grupo trabaja Javier Miñano. Es habitual que el preparador físico y los jugadores realicen videollamadas para tener un contacto visual, resolver dudas y corregir todos y cada uno de los ejercicios. En este sentido, los jugadores también tienen línea directa con los servicios médicos y el psicólogo del club. José Carrascosa ya envió por escrito unas pautas de comportamiento a la plantilla para intentar controlar la estabilidad de todos después de semana y media de confinamiento.

En contacto con César y Corona

El director deportivo César Sánchez y el secretario técnico Miguel Ángel Corona están en permanente contacto con Celades. El técnico es conocedor de los perfiles -lateral derecho, central, delantero y '8'- que busca el club en el mercado.