Diogo Leite es sinónimo de equilibrio y entendimiento del juego. Sus condiciones físicas son importantes (ronda los 190 centímetros de estatura), pero su principal característica es que es un chico muy inteligente. Desde esa virtud se impone, con y sin balón, en una zona del campo no fácil, de máxima exposición. Con 21 años, no llega a los 20 partidos oficiales con el primer equipo del Porto y es la cuarta opción para Sergio Conceiçao, tras Pepe, Marcano y Mbemba, pero conviene no prejuzgar la apuesta. La situación sí advierte una realidad: está en fase inicial, reclama confianza y tiempo. Por supuesto, hay que darle un contexto adecuado para que progrese y pueda alcanzar un rendimiento máximo, pero su mezcla de cualidades admite poquitas dudas. Con Diogo Leite estamos ante un proyecto de central

Sin balón, Leite destaca por su buen timing, casi siempre toma la decisión adecuada. Es un defensa de pocos errores; lee bien cuando toca asegurar la posición y cuando toca ir al suelo para realizar una entrada y desarmar al adversario. Busca soluciones prácticas. Su base física le concede margen de mejora en el cuerpo a cuerpo y margen para aumentar su capacidad de intimidación. En el juego aéreo, domina el espacio y se hace fuerte en las dos áreas, de hecho, ya ha dejado algún buen gol de cabeza en acción a balón parado.

Mirada al frente, salida limpia

Buen juicio para los desarmes y un comportamiento notable a la hora de manejar el balón. Leite no tiene problemas en asumir la construcción del juego. Esa condición es un plus. No hay tantos centrales jóvenes en el mercado con sus atributos y -además- es zurdo. El portuense tiene mucha calidad de pase, tanto corto como largo. Sale con la pelota controlada, mirada al frente, y no tiene problema con la presión del rival porque es un chico tranquilo.

Si tiene la suerte de tener un buen entrenador, que invierta y lo ayude a crecer, Leite va a ser un central importante y completo. Tiene la personalidad y el liderazgo necesarios. ¿Cómo se mueve con su altura y su cuerpo? No es el central con más velocidad del mundo, pero se puede permitir ese lujo por como se ordena y se posiciona. Tampoco hay que equivocarse, Leite es rápido, tiene buena zancada; en proceso defensivo siempre mantiene la estabilidad y la coordinación... No necesita esa punta o esa agilidad máxima para hacer su trabajo. No es el típico central impetuoso o mordedor en los marcajes, lo suyo es anticipar y contemporizar. En ese sentido, Leite es más un Garay que un Gabriel Paulista.

El Porto tiene que hacer caja

¿Por qué no juega en el Porto? El club portugués es consciente de que tiene un grandísimo proyecto de central entre manos, lo sabe Conceiçao y lo sabe la directiva que comanda Pinto da Costa, pero ha faltado un plan para potenciar su asentamiento. La temporada passada, Leite sacrificó la Eurocopa Sub-19 para hacerse con el puesto y arrancó como titular junto a Felipe, conquistó la Supertaça, pero... el fichaje de Eder Militao le dejó sin opciones. Ya tenía ofertas de Alemania y de Inglaterra, clubes como el Gladbach que pagaban los 15 millones estipulados por su libertad. Sin embargo, decidió renovar, hasta 2023 con una cláusula de 40 millones. En invierno, volvió Pepe. Tampoco fue dramático, debutó en Liga de Campeones, celebró su primer gol y conquistó la Youth League -la Champions juvenil- redondeando la trayectoria de una generación tremenda, con los Diogos (Leite, Costa, Queirós y Dalot, traspasado al Manchester United en 2018), Tomás Esteves, Vítor Ferreira y los Fabios, Vieira y Silva. Este verano, regresó Iván Marcano. Burdeos y Ajax tocaron a la puerta. Leite sólo ha jugado en las copas portuguesas y ese protagonismo limitado es lo que hace que una operación tan importante sea posible.

El Porto necesita hacer caja, faltan por evaluar cuestiones de mercado ligadas al impacto de la crisis del Covid-19 -como la apertura y cierre o la distensión del Fair Play Financiero, pero los Dragones están en dificultades económicas y no les sobran futbolistas con los que sacar una buena cantidad, limpia. Sin duda, parece un buen momento para apostar, fuerte.

La selección le está esperando

Hay otra cuestión imprescindible en el análisis. Diogo Leite es jugador de selección portuguesa y advierte una progresión rápida. Si empieza a jugar, con un nivel medio-alto, va a ganar ese estatus, de un salto. Portugal no tiene tantos jugadores de la categoría y la proyección de Leite en la posición de central. Sigue José Fonte y han sido citados Domingos Duarte (Granada) o Rúben Semedo. Carriço, Ferro, Luís Neto, Pedro Mendes... Hoy, la única garantía es Rúben Dias. El estandarte de Benfica marca el camino. En cuestión de meses pasó de promesa a realidad, tomó el eje de la zaga encarnada, multiplicó su valor, llegó a la selección... El Valencia es consciente porque le sucedió algo parecido con Dalot, lateral derecho del Porto que se esfumó en dos partidos de Champions. Diogo Leite está en esa estación anterior que puede hacer posible su fichaje. El movimiento no es sencillo y va a exigir igual una obra de ingeniería, un buen montón de euros.