Durante el siglo XXI los duelos entre Valencia y Villarreal han traspasado los límites del Mediterráneo para convertirse en un clásico de la Liga, al mismo tiempo que los amarillos conquistaron una parcela de terreno entre los pesos pesados de la competición. El 10 de abril de 2011, el intenso y joven historial de derbis entre los dos equipos valencianos terminó con la noche más feliz de la temporada para la afición de Mestalla. Los blanquinegros, entrenados por Unai Emery, consolidaron la tercera posición -primera de la liga de los mortales detrás de Madrid y Barça, solía decirse entonces- después de imponerse por 5-0 al Submarino. Un resultado no conseguido en la Liga por el Valencia en casa desde la campaña 1998/99 frente al Deportivo Alavés.

A lo largo de aquel 2011 el Valencia superó la cifra a finales de año con un abultado 7-0 al Genk en la Champions 11/12. Sin embargo, ese 'siete' endosado a los belgas, finalmente, no serviría más que para caer como terceros de grupo tras el Chelsea, campeón el 19 de mayo en la final de Múnich, y el Bayer Leverkusen. Por ello, la 'manita' a un Villarreal de valiosos futbolistas como Cazorla, Nilmar, Valero, Marchena o Rossi dejaría un sabor muchísimo más dulce en los paladares del valencianismo. Después del recital de juego y goles protagonizado por Mata, Pablo, Soldado y Banega, en aquella jornada 31 el Valencia amarró por segunda temporada consecutiva la clasificación para la Liga de Campeones de la mano del vasco Unai Emery. Los pupilos de Juan Carlos Garrido quedaron a seis puntos y el Sevilla, que había empatado a dos goles en Mallorca, nada más y nada menos que a 14.

El Valencia se presentó en el derbi valenciano con dos importantes bazas a su favor: la fragilidad defensiva, agravada por la lesión de Gonzalo Rodríguez, y el cansancio físico del rival. Pocos días antes, el jueves, el Villarreal había goleado al Twente holandés en la ida de los cuartos de final de la UEFA Europa League ( 5-1). Bajo este contexto, el Valencia de Unai no tardó en aprovechar sus depósitos de energía más cargados. Roberto Soldado, goleador voraz, abrió la cuenta dañando a Capdevila y Kiko Olivas, al sector izquierdo de la zaga grogueta. El joven defensa volvía a aparecer en la escena para revivir la pesadilla a la que en enero de 2010 le sometió David Villa. El primer acto terminó con el solitario tanto del '9' valenciano, pese al intercambio de ocasiones en un partido de frenético ritmo y el penalti de Marchena a Mata que reclamó toda la grada.

El Villarreal trató de reaccionar, pero César -el 'abuelo' de la Liga volvía a ser titular tras el fallecimiento del padre de Guaita- respondió con la agilidad impropia de un portero de 40 años. Mata y Pablo intercambiaron las bandas desarbolando al Submarino y regalando un fútbol eléctrico y vertical al público. Mata marcó con la derecha, muy sobrado, tras lanzar una pared con Banega, el hábil ingeniero trescuartista. El 3-0 posterior sentenciaría la partida. Banega liquidó el gol gracias al pase de la muerte de Pablo Hernández.

Todo ya estaba roto. Garrido sentó a Borja Valero y Rossi... No eran necesarios. La derrota amarilla era inevitable, sólo restaba el colofón. Los dobletes de Mata y Soldado. Un dos para uno de Pablo y el asturiano con Diego López en el cuarto, y el quinto, una magnífica vaselina del killer valenciano.

Ficha técnica:

Valencia: César, Miguel, Stankevicius, Topal, Ricardo Costa, Mathieu, Pablo, Banega (Albelda, m.77), Tino Costa (Dealbert, m.30), Mata y Soldado (Aduriz, m.78).

Villarreal: Diego López, Mario, Mussachio, Kiko, Capdevila (Ruben, 57), Marchena, Bruno Soriano (Joan Oriol, m.65), Borja Valero, Cazorla, Nilmar y Rossi (Wakaso, m.70).

Goles: 1-0, m.14: Soldado. 2-0, m.55: Mata. 3-0, m.63: Banega. 4-0, m.72: Mata. 5-0, m.75: Soldado.

Arbitro: Muñiz Fernández (comité asturiano). Amonestó por el Valencia a Pablo y por el Villarreal a Mussachio y a Kiko.

Estadio: Mestalla, València, ante 45.000 espectadores.