Ricardo Arias está telefoneando desde el lunes a aficionados del Valencia para animarlos en sus confinamientos en una acción social del club con muy buena acogida en el valencianismo. SUPER también se puso al teléfono con la leyenda banquinegra. El embajador del Valencia CF no está viendo partidos históricos en su aislamiento. «Es momento de estar pendiente de la gente del fútbol, más que del fútbol», dice. Dedica su tiempo a ver series televisivas y levantar la moral del valencianismo con llamadas de teléfono. Algunos no se lo creen. «¿De verdad eres tú?», le preguntan. Aunque el más sorprendido es él. Ver la reacción de los valencianistas, mayores y jóvenes, al escuchar su voz le está llegando al corazón. El agradecimiento es suyo. Así fue la charla con Ricardo.

Entrevista a Ricardo Arias

Entrevista a Ricardo Arias

—¿Cómo lleva el confinamiento?

—Bien, muy bien cuidado, aquí nos matamos a series televisivas.

—¿Viendo partidos de fútbol históricos imagino como muchos?

—Ni uno, ni uno... Vamos a dejar al fútbol descansar un poquito. Es momento de estar pendiente de la gente del fútbol, más que del fútbol, de los aficionados, de la gente del club, de los jugadores que me alegro que hayan dado ya negativo en las pruebas del coronavirus y me alegro de que todo esto vaya volviendo a la normalidad poquito a poquito y muy lentamente. Si Dios quiere saldremos de esta.

—Con personas como Ricardo Arias es más fácil. El Valencia se ha puesto en contacto con los abonados mayores de 75 años para interesarse por su salud y usted ha cogido la bandera de esta acción. ¿Cómo surge la idea y en qué consiste?

—Pues estamos llamando a personas mayores, pero también menores. No hay una edad señalada, ni fija. Es lógico que tengamos mucha más atención a la gente mayor, pero intentamos estar pendiente de todos. Simplemente es una llamada telefónica en la que nos interesamos por ellos, saber cómo están de salud, cómo pasan estos días y darles sobre todo muchos ánimos. Esta es la misión de esta iniciativa que ha hecho el Valencia. Lo más sencilla, lo más directa y de la forma más cercana que se puede lograr.

—¿Qué le dice a la gente en sus llamadas de teléfono?

—Pues además de presentarte y saludarles, intentas que todo sea un poco más distendido. Les pregunto cómo están, cómo se encuentran, en definitiva es una forma de darles ánimos. Nosotros sabemos que para nosotros dedicarles dos, tres, cuatro, cinco minutos o incluso más para nosotros no supone nada y para ellos estar hablando cinco minutos con una persona a la que han visto jugar, con la que han disfrutado... para ellos es importante. Es una forma de recordar, de darles ánimos, de hacerles sentirse vivos.

—¿Y cómo reacciona la gente porque que te llame Ricardo Arias por teléfono no es muy normal?

—Primero se sorprenden porque no se lo creen, la gente no se lo cree. Les tengo que decir que ‘¡Hombre que sí que soy yo, que soy Ricardo Arias!’ porque no se lo creen. Y te preguntan... ‘¿Pero de verdad? ¿De verdad eres tú?’ Yo les digo que sí, que soy yo, les convenzo y la verdad es que se alegran mucho. Se acongojan un poquito (sonríe), es verdad que se acongojan un poco, se les nota porque no se esperan una llamada de ese tipo, pero es una llamada que les hace sentir bien. Durante unos minutos les hace sentir bien y ojalá esa alegría y esos ánimos se les extiendan con el paso de los días porque es la única intención, tanto mía como del club.

—Alguno hasta igual le ha colgado creyéndose que era una broma.

—(Ríe) No, porque con todos los que he hablado ha habido contacto directo previo. La verdad es que todos son muestras de agradecimiento y cariño, ver que de alguna manera les haces felices. No hay nada mejor que ver reír a una persona.

—¿Alguno de los que ha llamado tenía el coronavirus?

—Pues afortunadamente todavía no. Ninguno de momento. El lunes estaba hablando con el socio número uno del Valencia, Don José Benet, y está muy bien. Lo único que tiene en su contra es su avanzada edad -88 años- porque está fresco como una lechuga. Me estuvo hablando de partidos de hace 30 o 35 años y es de elogiar. Es tranquilizante que de alguna manera les refrescas la memoria y les viene bien, se sienten bien, importantes en estos momentos y para nosotros traspasarles esa importancia no nos cuesta nada. Nosotros hemos sido importantes por lo que hacíamos, no por lo que éramos. Nosotros los futbolistas hemos sido lo que hemos sido y hemos gozado de las facilidades que nos ha dado esta profesión gracias a ellos, si ellos no hubieran pagado para vernos nosotros no hubiéramos cobrado lo que en su día cobramos, por lo tanto qué menos que devolverles esa fidelidad y esa lealtad que siempre tuvieron hacia nosotros.

—¿Cuántas llamadas ha hecho y cuál ha sido la más emotiva?

—El lunes estuve hablando personalmente con alguien. Yo voy como siempre como abanderado del Valencia y no me importa llevar el nombre del Valencia por delante en todo, pero el lunes estuve hablando con un chaval discapacitado, Jaume se llama, que me hizo sentir de una manera especial. La reacción que tuvo fue de acojonarte. Me dejó contento y a la vez hecho polvo. Son sensaciones que solo vives cuando hablas con una persona así. Y después el sentimiento que tiene hacia lo que nos une que es el Valencia... Me dio unos minutos muy buenos, me puse muy contento y espero que la mitad de lo que me alegró él a mí, yo pudiera alegrarle a él.

—Además de la iniciativa del club hay que decir que Ricardo está llamando a la gente de forma voluntaria es un gesto que le honra.

—Sí, con los que de alguna manera personal y directamente me solicitan hablar, me lo piden, me piden si dispongo de dos minutos para ellos, y si disponemos de algo ahora mismo es de tiempo. No me importa. En absoluto. A mí me han aguantado muchas más cosas. Yo no tengo que pagar para responderles y satisfacerles, ellos tenían que pagar para verme, por tanto, qué menos que hacer esto por ellos.

—¿Es la forma de darles las gracias por todo el apoyo que le dieron?

—Sí, totalmente, creo que es la única forma y de la más directa de devolver a la gente todo el cariño que me dieron. Hay mucha gente que va al estadio y que le cuesta mucho renovarse los pases. Parece que no, pero es así y hay que reconocerlo. La gente sacrificaba muchas cosas de su vida para tener el pase anual del Valencia y ver a su equipo cada domingo y esos sacrificios por desgracia no todos los sabemos ver ni valorar cuando somos futbolistas y nunca es tarde para devolver esos favores. Yo soy valenciano, a mí me han tratado en un principio regular, luego mal, después bien, después muy bien, después extraordinariamente bien, pero hay que saber devolver los favores, los favores se pagan y no cuesta nada perder cinco minutos de tu vida para arreglarle la vida a otro.

—Es curioso que una persona llama a otras personas para aportarles y al final acaban aportándote casi más a ti que tú a ellos.

—La verdad es que a mí me sorprende más porque las reacciones que tienen te llegan al corazón directamente, ver las reacciones te llega, yo he hablado con gente más joven, porque José Benet es más mayor y me ha visto jugar, pero yo he hablado con chavales que no me han visto jugar. Que saben quien soy porque les han dado referencias o porque siguen la historia del club que es algo digno de mencionar. Y eso te enorgullece porque piensas ‘He hecho algo importante’. Me conocen, me respetan, me tiene admiración, me devuelven el cariño y eso le gusta a cualquiera. Ver que lo que has hecho ha hecho más feliz a la gente que infeliz, eso me halaga, me llena de orgullo como valenciano y como valencianista.

—¿De esas llamadas se desprenden muchas ganas de que vuelva el fútbol y que vuelva el Valencia?

—Sí, la verdad es que se está notando mucho, pero no solamente los aficionados, también la gente que nos dedicamos a esto o estamos en el entorno, se echa de menos, llega un momento de la temporada en la que estás cansado de ver tanto fútbol cada día, cada dos horas, pero la verdad es que lo echas de menos y todos con los que hablo están locos porque esto se reanude cuanto antes porque además el fútbol te ayuda a olvidar. Meterte en un sitio como Mestalla, en un sitio donde el único motivo es ver y disfrutar te ayuda a dejar colgados los problemas cotidianos en una percha y es algo que ya es difícil.

—A la gente mayor esta pandemia le ha golpeado duramente. Quizás esto nos sirva para aprender a valorar a los mayores y a la experiencia y quizás la sociedad no lo estaba haciendo mucho.

—Esta enfermedad está haciendo mucho daño a las personas mayores que lógicamente tienen pocas defensas, que van arrastrando enfermedades anteriores y les afecta mucho más. Hay que cuidar a los mayores, entre los que me incluyo, por supuesto, a mí también me están cuidando excepcionalmente, pero hay que cuidarlos. Hay que cuidarlos porque llegará un momento en el que los vamos a echar de menos y es preferible cuidarlos ahora y no echarlos de menos. La vida siempre te pone al lado personas mayores de las que se puede aprender. Yo siempre he estado próximo o cercano a gente mayor. Son los que más me han enseñado y lo que más me han querido. Las personas mayores son los catedráticos de la vida. Escucharlos es una universidad diaria.

—¿Quiénes son los mayores del fútbol que más le han enseñado?

—Todos los entrenadores que he tenido, sobre todo Alfredo. Con Alfredo (Di Stéfano) me hice mayor, me hice futbolista, me hice persona, me hice todo lo que soy. Pero sobre todo los compañeros que tuve mucho más mayores que yo. Yo entré en el vestuario con 19 años y tenía gente con 31, 32 y 33 años. Estamos hablando de generaciones diferentes y si tienes la suerte de que te arropen como a mí se aprende mucho más fácil. Yo cuando llegué al Valencia yo no era jugador de primera división y en tres meses, viendo a unos, oyendo, escuchándolos e intentando imitar lo que hacían, cada uno con sus virtudes, yo me hice jugador de primera.

—¿Cómo está su amigo Ciraolo?

—He hablado con él dos veces, una hace muy poquito y le hicimos llegar lo que todos sentimos, lo mucho que lo queremos y lo preocupados que estamos por él. Sabemos que está mejorando y ahora le queda otra pelea mucho más grande que sabemos que la va a doblegar y vencer, no hace falta llamarle siempre porque él es lo suficientemente fuerte para vencer a esta situación. Estamos ahí para lo que necesite.