El Valencia CF todavía no ha anunciado acuerdo alguno con la plantilla para recortar la carga salarial en caso de que las competiciones no acaben y los ingresos del club se vean mermados en un porcentaje importante. Incluso el New York Times se hace eco de esta información en un extenso artículo en el que el presidente Anil Murthy habla de la experiencia vivida con la irrupción del coronavirus en España, vivido de manera muy directa después de aquella eliminatoria ante la Atalanta en la Champions.

Murthy explica que el club ha mostrado a los jugadores todos los números y lo que hay en juego para convencerlos de que "no estamos tratando de venderles tonterías para reducir sus salarios y aprovecharnos, al final, tiene que ser una situación en la que no es un club contra jugadores y jugadores contra club". El Valencia ha puesto en marcha iniciativas para recortar gastos en todas las áreas, pero la parte que corresponde a la nómina de los jugadores es determinante por su volumen.

El presidente recuerda en esta entrevista que fue el propio Peter Lim el que desde Singapur le advirtió de que debía tomar medidas para prevenir la epidemia del coronavirus. "Él me dijo 'será mejor que tomes cualquier acción posible en este momento porque te viene en camino'", recuerda Murthy que Lim dijo en una llamada telefónica. A partir de ahí, el Valencia CF se puso en marcha para adquirir todos los elementos de protección que semanas más tarde ya era prácticamente imposible encontrar en el mercado. "Intentas comprar una máscara hoy, es imposible...", afirma. Murthy explica que parte de todo ese material ha sido donado al sistema sanitario local.

También el club puso en marcha medidas muy extrictas en cuanto a aislamiento del primer equipo, prohibió entrevistas y ruedas de prensa. Tal como relata el New York Times, "para entonces, Valencia estaba empezando a recibir críticas de los medios locales y algunos equipos rivales por lo que consideraban una reacción exagerada a la amenaza planteada por una misteriosa enfermedad que se había extendido a Europa desde Asia. Ningún otro equipo en España se había atrevido a imponer medidas tan duras".

Aunque Murthy comenta que el primer disconforme con las medidas de precaución fue su propio hijo, al que no dejó asistir en Mestalla al partido frente al Betis jugado el 29 de febrero. "Él no podía entenderlo. '¿Por qué? Si estamos separados, estamos sentados en otro lado'. Pero le dije no, tomemos la máxima precaución".

"No estamos contentos de haber jugado a puerta cerrada", dice Murthy, aunque está convencido de que el fútbol, cuando regrese, será sin aficionados. "Juegas a puerta cerrada, el estadio está vacío, se siente como un partido amistoso de entrenamiento. Una de las mayores ventajas que tenemos jugando en casa es que nuestro estadio es famoso por la intimidación debido a los fans que están detrás de nuestro equipo. Realmente no debería jugarse de esa manera, pero si no terminamos la competición, el impacto será enorme. Al final, el gobierno español tiene que dar el visto bueno, esa es otra gran incertidumbre".