La confianza auténtica marca la diferencia en el fútbol y en la vida. La consigna marca el paso en el destino de Pedro Chirivella (València, camino de su 23 cumpleaños). El centrocampista, criado en la ciudad deportiva de Paterna, va a cerrar etapa en el Liverpool para desembarcar en el Nantes. La apuesta es firme y la negociación debe tener final feliz en los próximos días. Esa es la última hora, según ha podido saber SUPER.

El salto es tremendo, en todos los sentidos. Los grandes eventos deportivos en Francia no están previstos hasta septiembre, pero la nueva temporada se abrirá ante Chirivella con el escenario que llevaba años esperando, con la oportunidad de competir y demostrar que es competitivo, de trabajar con el objetivo de entrar en el once titular cada jornada, de afrontar el día a día con el rol de futbolista importante en una posición importante. Todo, en el marco de un gran campeonato y de un buen club, proporcionado a sus condiciones actuales y al momento, ideal para avanzar y reivindicar su fútbol.

El Liverpool, desde dentro

Chirivella termina contrato con el Liverpool al finalizar el curso. La experiencia ha sido enriquecedora, ha entrenado a las ordenes de un genio como Jürgen Klopp, ha convivido con auténticos cracks y ha vivido desde dentro la explosión de un proyecto campeón, en Europa y en la Premier. Todavía con 22 años, ese recorrido ya lo lleva en la mochila. Como su salida del Valencia CF, sus cesiones en Países Bajos o la frustrante experiencia que vivió en el mercado de invierno 2018/19, cuando se quedó en el limbo y no pudo ser inscrito por el Extremadura.

El Liverpool es mucho Liverpool y participar tiene un mérito enorme. Esta temporada ha tenido más partidos que nunca entre League Cup y FA Cup, ha disfrutado, ha dejado buenas sensaciones (junto a jovencitos como Curtis Jones), le ha ganado un derbi al Everton -siendo figura- y se ha puesto el brazalete de capitán, un momento especial que el tiempo se encargará de revalorizar todavía más.

Responder al desafío

Su papel en Nantes va a ser diferente, completo. Le va a tocar convivir con otro tipo de responsabilidad, de presión y de expectativas, también de objetivos. Chirivella está pensado para tomar el timón de la sala de máquinas, para complementar a centrocampistas tipo Abdoulaye Touré y producir un salto respecto a lo que está temporada han ofrecido Mehdi Abeid o Rene Krhin. Puede y debe imponerse en una demarcación fundamental, aportando una dimensión mayor al rol de referencia en la construcción, donde existe una carencia evidente.

La plantilla actual tiene una buena mezcla de juventud y veteranía; Pedro puede sumarse a dos chicos realmente interesantes como Ludovic Blas e Imran Louza, si las ofertas no lo impiden. La dupla interior promete e introducir el nombre del valenciano en la ecuación resulta estimulante.

La Ligue 1, como cualquier otro campeonato Top-5, supone un paso muy importante para Pedro. Si es capaz de asentarse y rendir bien, dará otro bote todavía más importante. Ese es el desafío. El fútbol español siempre estuvo entre sus preferencias, ha estado sobre la mesa de Levante UD o Granada, pero, como destino donde coger impulso, mejor Francia con garantías que un dorsal en LaLiga sin la seguridad de poder afianzarse a través de la regularidad y estabilidad, que son las prioridades.

Proyecto y contrato

Pedro va a cambiar de idioma y de vestuario, nunca es pan cómido, pero tiene la experiencia del Willem II, donde le fue realmente bien. La apuesta es deportiva, pero va en línea con el estatus económico de su ficha. Una alineación que refuerza su standing como fichaje de prestigio, con un contrato proyectado con mucho sentido desde su agencia (Promoesport), pensado para seguir creciendo, de la mano del Nantes, a medio plazo. Siempre es un buen sitio donde acudir a ver fútbol. Allí encontró Monchi a Diego Carlos.

Una buena ciudad (Nantes), una región preciosa (Pays de la Loire), un club con historia -que ha sido campeón y que ha alumbrado a celebridades como Deschamps, Desailly, Karembeu, Makelele o Loko-, un estadio donde siempre es bonito jugar (La Beaujoire), un club con aspiraciones...

Si la negociación no se tuerce, Christian Gourcuff será el encargado de abrirle las puertas de la Ligue 1 a Chirivella. El míster tiene buena fama. El centrocampista tiene que exprimir todo eso, asumir el reto con la mentalidad precisa y aprovechar la oportunidad.