Desde su estreno en la Bundesliga, sólo un central ha recuperado más balones: David Alaba, líder del Bayern. El dato advierte la dimensión de Edmond Tapsoba. El defensa de Burkina Faso ha causado un impacto inmediato en el Bayer Leverkusen, donde está impresionando por adaptación, velocidad y personalidad con el balón, por condiciones técnicas y físicas (192 centímetros por 84 kilos). Hace una semana, ante el Bayern (derrota 2-4) se hizo evidente que todavía tiene cuestiones por pulir, pero su potencial es una locura. Hasta enero, estaba en el Vitória de Guimaraes. El salto a Alemania -en la estructura de un equipo con aspiraciones Champions- ha sido como dar un paso, natural... dentro de un ascenso meteórico. Hace muy poquito, sólo un año y medio, estaba jugando con el filial del Guimaraes, en la segunda división de Portugal. El Leverkusen completó una apuesta ganadora. Pese a que había brillado en Europa League, en un grupo con Eintracht, Arsenal y Standard, en la mente de algún director deportivo pesaron más los defectos que su potencial. Tiene 21 años. Hoy, su valor se ha multiplicado por tres... como mínimo.

Hace unos pocos días, el diario L'Équipe le hizo protagonista a toda página. El perfil subrayaba una clave fundamental de presente y futuro: el hombre que guía sus pasos es Deco. La exestrella del Barça es mucho más que su agente; sus consejos son sustanciales para entender su explosión. La relación entre ambos es casi paternal.

La reunión que le cambió la vida

"Lo conocí cuando llegué a Leixoes", ha asegurado Tapsoba. Tenía 18 años y había jugado un puñado de partidos con los juveniles del Leixoes. "Deco quiere conocerte mañana", eso fue lo que le dijeron. "Por supuesto, no me lo creí, pero no tenía nada que hacer al día siguiente, así que fui a la reunión. Y realmente, Deco estaba allí".

"Deco me llama después de cada partido. Hacemos informes por videoconferencia, me envía videos. En la parte superior, hay instrucciones escritas dependiendo de la acción", describe Tapsoba. El central intenta retener todo. Trabajo, trabajo, trabajo. "Deco me dice a menudo: 'No dudes en despejar cuando te sientas amenazado. No hay nada de que avergonzarse'". Competir y pulir es básico para un jugador cuya mezcla de atributos le permitiría encajar en cualquier equipo, con cualquier entrenador.

El idioma del fútbol

De África Occidental al norte de Portugal. En unos pocos meses, Tasoba ya se hacía entender. En Alemania, pese a la diferencia cultural y el confinamiento ha encajado de lujo. Central en línea de cuatro, en defensa de tres... siempre impone su rollo. Lukas Hradecky (portero) todavía no lo entiende. "Es una máquina, no sé dónde la encontraron", ha confesado entre risas. Pocos futbolistas de su generación son tan dominadores, menos en una posición de tanta exposición y responsabilidad.

Visión de juego

Tapsoba llegó a Portugal desde la Salitas Football School de Uagadugú, en 2017. Podía haberse abierto camino desde cualquier otra posición, pero es defensa central desde que juega en la calle. Le gusta jugar detrás porque le parece interesante ver todo desde esa perspectiva y salir jugando bajo presión. Por delante tiene ahora la pelea por las cuatro primeras plazas en la Bundesliga, la final de Copa ante el Bayern y la próxima Champions. En cuestión de meses ha pasado de la órbita del Dijon o del Estrasburgo a tener presencia en la agenda de los mejores equipos del mundo. El Lille de Luís Campos también hizo una oferta al Guimaraes en invierno, pero pudo más el Leverkusen.

Como describe L'Équipe, cada partido que juega Tapsoba está un paso más cerca de su sueño: Jugar un día en uno de los clubes más grandes del mundo, ganar la Copa Africana de Naciones con Burkina Faso. Por supuesto, todo bajo la tutela de Deco.