Casualidad o causalidad, el último partido que el Valencia CF ha jugado hasta la fecha en esta Liga es un calco del primero, aquel empate a un gol frente a la Valencia CFReal Sociedad. Uno con Marcelino y otro con Celades. El Derbi del viernes contra el Levante es la gota que colma el vaso del equipo que más puntos ha perdido en los últimos instantes de los encuentros. En ese lapso de tiempo que nace a partir del minuto 90, los blanquinegros han dejado de sumar siete puntos, una cifra que bastaría para asentarse a estas alturas en la zona Champions.

Sin embargo, el problema endémico del Valencia no se queda ahí. Con la llegada al banquillo de Albert Celades. El gol de Melero cerca del minuto 98 significó alargar hasta nueve la cantidad de encuentros sin dejar la portería a cero. El mismo Celades admitió en la rueda de prensa previa al Derbi que sin mejoras defensivas sería imposible alcanzar los objetivos. De hecho, toda esta debilidad en campo propio ha generado que hayan volado del casillero del Valencia hasta 18 puntos en partidos que parecía tener controlados. Duelos de Liga en los que se había adelantado frente a rivales, en su mayoría, más débiles sobre el papel, o el jugado en Mestalla contra el Getafe, en el que se desperdició una ventaja al descanso de dos goles.

La serie comenzó contra la Real Sociedad. Una falta en la frontal, con más de diez minutos por encima de 90', terminó con un penalti por manos de Francis Coquelin, que estaba incrustado en la barrera. Oyarzabal batió a Cillessen para empatar a un gol, igual que hizo Melero el viernes. Aquel día, como en el Derbi, los valencianistas desperdiciaron claras ocasiones de gol para ampliar la renta... Gameiro mandó un lanzamiento de penalti a las nubes en el minuto 95. En definitiva, los dos primeros puntos que se esfumaron de un total de ocho encuentros en los que el Valencia perdió el botín cuando lo tenía en su poder.

Partidos en los que el Valencia perdió puntos habiéndose adelantado o con una renta superior a un gol como en la visita del Getafe

Más preocupante resultó lo vivido un mes más tarde en el debut de Celades en el banquillo de Mestalla. El Valencia lideraba el partido con el modesto Leganés tras un gol de Parejo a los 21 minutos. En el 35' empató Óscar Rodríguez y, con poco menos de una hora por delante, el equipo fue incapaz de llevarse ante su público los tres puntos.

Solo tres días más tarde llegó el alocado 3-3 con el Getafe en un duelo en el que Munuera Montero pasó por alto un penalti de Cucurella por manos en la línea de gol. Ese día el árbitro perjudicó al Valencia, pero el Getafe había revivido bastante antes para acabar igualando la contienda de forma inesperada en la segunda parte. Los valencianistas ganaban 3-1 al final de la primera mitad. Dos tantos de Maxi Gómez y uno de Kang In habían dado la vuelta en solo nueve minutos al gol inicial Jaime de Mata.

Los problemas del Valencia para gestionar las ventajas, personalizados esencialmente en la figura del entrenador, son de índole colectiva y van más allá de fallos individuales -el último de Diakhaby- e incluso al polémico VAR. Resulta más que evidente que los blanquinegros se ponen piedras en un camino de por sí ya minado con ese tipo de obstáculos. Jaime Latre, por ejemplo, ni siquiera dudó unos segundos antes de expulsar con roja directa a Rodrigo por un golpe con el brazo a Estupiñán cuando los valencianistas se imponían a Osasuna en Pamplona (0-1) gracias a una acción del hispano-brasileño. A partir de ahí el equipo se evaporó y encajó tres goles rojillos.

En noviembre, el Betis, Joaquín y Canales. El cántabro anotó el segundo de falta directa en el minuto 94 con la ayuda de Jasper Cillessen. Todavía un minuto más tarde empató Karim Benzema en Mestalla a mediados de diciembre, pese a que instantes antes Albert Celades había apostado por dar entrada a Diakhaby para acumular tres centrales junto a Garay y Gabriel.

El Valencia ha regresado de la pandemia sin subsanar sus pecados. Días antes de declararse el Estado de Alarma, en Vitoria, Edgar (Alavés) neutralizaba cerca de la recta final el 0-1 de Parejo, de preciso lanzamiento de falta, aprovechando como Laguardia se impuso a Paulista en un balón aéreo. Tres meses después, ha sido el Levante el que ha sacado tajada.

La idea: defender con balón

El problema es grave, pues por el momento tiene durante toda la temporada al Valencia fuera de su objetivo Champions. Por ello, en la 'pretemporada' por el Covid-19 se trabajó en gestionar y defender con el balón. «No es únicamente el penalti», reconocía Celades a la conclusión del Derbi. «Es cómo se ha producido la jugada. Una falta a balón parado sin rematador y de ahí se ha convertido en un penalti que nos ha costado el empate. No hemos gestionado bien esos últimos minutos, y la idea no era esa, era la de tener el balón y estar más altos sobre el campo, pero no hemos podido hacerlo», concluyó.