Con la deriva de resultados que arrastra el Valencia CF que hace que pensar en lograr el objetivo mínimo de la temporada sea en estos momentos una quimera, poco se puede prever de las decisiones que pueda tomar el club en los próximos días. La derrota en Eibar deja al descubieto al Valencia CF como equipo de fútbol, y cuando un equipo de fútbol no sabe a lo que juega el responsable es el entrenador, pero resumir los problemas del conjunto de Mestalla a la figura de Celades y su trabajo es un ejercicio de simpleza que deja el análisis muy lejos de la realidad. El fútbol profesional tiene códigos que son inmutables sea cual sea el origen del problema que en el caso valencianista está en las decisiones en forma, fondo y tiempo que tomó el propietario del club, Peter Lim, el pasado verano. Prescindió de Marcelino sin contar con el director general Mateu Alemany, que suponía prescindir de ambos de facto. Y apostó por un entrenador joven e inexperto que, solo, porque el club no tiene estructura visible, no ha podido, o no ha sabido, comandar la nave. La Champions se ha escapado casi definitivamente, y el 'casi' solo es una cuestión matemática, pero lo que es peor es que peligra hasta la participación en Europa League. Una debacle.

El fracaso de Celades va más allá de la puntuación que tiene ahora mismo su equipo que, cosas del destino, es la misma hoy después de 31 jornadas que la temporada pasada. 46 puntos tiene el Valencia CF de Celades, otra cosa muy distinta es la distancia que le separa de los puestos de Liga de Campeones, que por definirlo de una manera, en 2020 está más caro que en 2019, sin que esto sirve de atenuante de nada. Entonces estaba a cuatro puntos del Getafe y hoy a siete del Sevilla pero con más rivales de por medio. Demasiados rivales de por medio.

El fracaso de Celades va más allá de los puntos y de la distancia respecto a los puestos de Champions porque, básicamente, ha perdido el control del vestuario. Se trata, evidentemente, de un fracaso colectivo que también engloba al propietario Peter Lim, al presidente Anil Murthy y a todos los futbolistas, pero el fútbol es fútbol y ahora, en lo que respecta a la inmediatez del equipo, la figura más discutida es la del entrenador.

Teniendo en cuenta la dificultad de hacer previsiones en este tipo de situaciones, de momento hay una certeza: la previsión es que Celades termine la temporada. Qué sucederá después con él es la gran pregunta que posiblemente el club aborde en unas semanas, cuando los resultados ya sean inapelables en un sentido o en otro. La realidad en estos momentos es que Celades se sentará en el banquillo del Estadio de La Cerámica este domingo 28 de junio a las cinco de la tarde, hora en que el Valencia CF se mide al Villarreal de Javi Calleja, equipo que también lucha por estar la temporada que viene en Europa. Es otro todo o nada para el entrenador... y para el proyecto. A ambos ya solo les queda aferrarse a las matemáticas y a la idea de que el fútbol no es una ciencia. Otra forma de apelar a la fe, que no está demostrado que gane partidos.

Quizás por ello el club ha vuelto a dar muestras de sus intenciones en una nueva publicación en redes sociales en la que ya pone el foco en el partido ante el equipo castellonense: "Las cosas no salieron como esperamos, pero no nos rendimos. Este equipo y club han demostrado que son capaces de reponerse a las mayores dificultades. Quedan siete finales y seguimos luchando por nuestros objetivos. Empezamos ya a preparar la primera, con el Villarreal-Valencia".

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