No hay mucho para analizar. El resultado es merecido. El Valencia volvió a repetir un partido malo. No me gustó para nada ante un Leganés que con mucho corazón y con un orden táctico tremendo; impulsado por su entrenador Javier Aguirre hizo un partidazo, con una estrategia fenomenal y con un 5-4-1. El Valencia no supo aprovechar el hombre de más durante la segunda parte. Kang In reactivó el uno contra uno y esos centros para Maxi. Con un delantero como el uruguayo no es necesario ganar siempre línea de fondo, tienes que centrar desde tres cuartos. Lamentablemente, la derrota duele. Veremos que opciones hay en las dos últimas fechas. El penalti es otro golpe anímico y emocional para Dani Parejo, pero el capitán tiene la experiencia y la jerarquía para venirse arriba y tomar el timón. Al Leganés todo le vino bien: hacer faltas tácticas, perder tiempo, se jugó a lo que quiso.

El Leganés tiene una plantilla corta, no tiene tanta calidad, perso sí orden. De inicio, Aguirre se dispuso en bloque medio, volviendo con mucho futbolista, en zona presionante, que se activó cuando un jugador del Valencia recibía el balón. Así dejó sin eficacia a Parejo y a sus mejores jugadores. El penalti del 1-0 estuvo bien cobrado, sólo se puede reprochar la falta de atención en zonas peligrosas. Aguirre llevó el Valencia a su terreno, a su ritmo, a su intensidad. El Valencia casi nunca encontró ese plus. El partido fue muy táctico, muy cerrado, producto del cansancio físico. El Lega lo tiene complicado para salvar la categoría, pero en todos los partidos ha dejado detalles.

Hubo muchos cambios

Sorprendió la posición de partida de Coquelin, que no funcionó. Voro está dándole confianza a Diakhaby, pero insisto en que el pibe Hugo Guillamón todos los partidos que jugó lo hizo bien. El Valencia necesita atacar, ser más decarado, utilizar la verticalidad. Se extrañan los desdobles de los laterales, el uno por uno de Ferran o Gonçalo Guedes; no es un problema sólo del Valencia, es del fútbol mundial. La posibilidad de sacarse un jugador de encima con esa potencia, esa habilidad y ese desparpajo es fundamental. Eso es muy desequilibrante. Hay que ser mucho más profundo por las bandas, revitalizar los pasillos laterales es elemental en el 4-4-2. Cuando un equipo está apático y bloqueado, dormido, hay que activar otro tipo de plan. Tener esa confianza en el uno contra uno ofrece un extra; es preferible fallar a no intentarlo.