Hugo ha sabido aprovechar la oportunidad; ha sabido tener paciencia, esperar su momento y estar preparado. Celades le dio la alternativa y el central ha sido capaz de imponer sus virtudes en un contexto muy difícil, que se ha comido a otros jugadores, más expertos y más exuberantes. El acuerdo para la renovación de su contrato -por tres temporadas más- llega sobre la bocina y es posible gracias al empeño del futbolista, que podía haberse comprometido con cualquier otro equipo desde enero. Es una apuesta de club, que no podía permitirse el lujo de promocionar su proyecto de cantera y después dejar marchar a un chico como Hugo, cuyo potencial se ha hecho evidente en los cinco partidos y medio que ha jugado, sus primeros minutos en LaLiga. La muestra es escasa todavía, pero las sensaciones han sido buenas y los números, cristalinos.

Claro que Hugo tiene cuestiones por pulir, pero desde su debut en el Reale Arena ha impuesto su personalidad y ha hecho cundir sus puntos fuertes, que es lo más complicado cuando rompes el cascarón y tienes 20 años. No era sencillo en un equipo que se estaba derrumbando. Guillamón cierra el curso desde una posición dominante en algunos apartados estadísticos, algunos directamente relacionados con sus cualidades distintivas: la salida de balón, el entendimiento del juego, el pase y las soluciones prácticas. En porcentaje de pases buenos (precisión), Hugo es líder con un 91,2% en la entrega. Es el único jugador de la plantilla por encima del 90% y mejora a Coquelin. En 495 minutos de acción ha cometido pocos errores y sólo se ha desequilibrado ante el Villarreal. En Valdebebas, ante el Real Madrid, ofreció una primera parte de altísimo nivel, evitó un gol hecho de Eden Hazard y poco pudo hacer ante la genialidad final de Benzema, cuando el equipo ya había sido superado por los de Zidane. Sólo Parejo ha cerrado el curso con una media de pases por partido más alta (64 del cosladeño por 53 para el de l’Eliana); Hugo ha asumido la responsabilidad desde la personalidad y la naturalidad, exponiéndose en una posición de riesgo -donde los fallos cuestan goles- y pese a estar bajo la lupa. Nada de esconderse. Su promedio de desplazamientos en largo (cuatro) también es interesante, aunque aquí sí tiene margen, como en los duelos aéreos. Con una buena pareja en el eje o con un mediocentro especializado en la batalla aérea que lo complemente, Guillamón tiene fútbol para mejorar, para sumar, para abrirse paso y para consolidarse en la élite y en el marco del fútbol español, donde resisten defensas menos brillantes.

Rendimiento y proyección

El siguiente paso (internacional) puede ser reencontrarse con Eric García en la Selección Sub-21, juntos ya fueron campeones de Europa Sub-19 hace un año. No hay tantos centrales jóvenes asentados en el primer escalón. La potencia y la agresividad no parecen sus puntos fuertes, pero ha quebrado a los escépticos y ha machacado las dudas desde la solidez, las ideas claras, la solvencia (hay está su media de despejes, la segunda más alta tras Mangala) y la puntualidad. Hugo es un jugador inteligente.