La madurez es un parámetro difícil de identificar precisamente porque es demasiado amplio. Se da en distintos ámbitos y en distintas medidas, por lo que afirmar que una persona ha madurado no es algo sencillo. Los futbolistas no escapan a esta dificultad que se presenta para poder determinar si alguien ha madurado o no, porque habría que definir exactamente a qué nos estamos refiriendo. Se entiende por maduro a alguien sensato, con prudencia y buen juicio, por lo que un jugador maduro es aquél que interpreta bien el juego, toma buenas decisiones y transmite seguridad. Pero el jugador de fútbol no es SÓLO jugador de fútbol sino que TAMBIÉN es jugador de fútbol. Y esta última oración es importante porque antes se es persona y luego futbolista, no al revés. Con esto, lo que quiero decir es que también es importante que esa persona que juega al fútbol, sea madura fuera del terreno de juego, que lleve una higiene de vida acorde a la profesión que escogió y sepa identificar bien los momentos de cuándo y también cómo hacer las cosas. Algunos lo entienden antes, otros después, y otros no lo llegan a entender nunca.

Ya han pasado muchos años desde que Marcelo Bielsa llamó a sus jugadores del Athletic de Bilbao «millonarios prematuros», Esa frase quedó en el recuerdo colectivo porque logra expresar el sentir de la gente con respecto a muchos futbolistas que alcanzan la fama y el dinero muy temprano en sus carreras y no logran gestionar de la forma esperada el cambio radical que eso causa en la vida de una persona y terminan teniendo carreras por debajo de las expectativas que algún día generaron. No estoy diciendo que esa sea una tarea fácil, pero es esencial para el deportista y en muchos casos ha sido la línea que separa al exitoso del que no lo es.

Si hay alguien que ha sabido vivir su vida y su carrera de forma consecuente con las exigencias y expectativas que se le han presentado, ha sido Yangel Herrera. En un país donde las alegrías están extraviadas desde hace un buen tiempo, el deporte ha fungido como bálsamo esporádico de una población que prácticamente ha olvidado lo que significa celebrar. Yangel ha sido el líder indiscutible de una generación que a pesar de ser muy joven todavía, ya le ha regalado unas cuantas alegrías al país, especialmente durante la Copa del Mundo sub-20 de 2017, donde fueron subcampeones.

Yangel Herrera es un tipo que impone respeto dentro y fuera de la cancha por su forma agresiva pero noble de jugar y su manera intachable de ser. Si no tuviera la cara bonachona que tiene, pensaríamos que tiene mucha más edad. Bajo mi punto de vista, expuesto en el primer párrafo, es imposible no afirmar que es una persona y un jugador maduro, que además se ha dejado asesorar y ha hecho de su carrera deportiva (corta todavía) un constante progreso. Valencia pareciera ser el escalón ideal para seguir consolidándose en la élite del fútbol mundial. Estoy seguro que quedarán igual de fascinados con Yangel Herrera de lo que hemos quedado aquéllos que nos hemos ido cruzando con él por el camino.

(Fernando Aristeguieta es un futbolista venezolano internacional con su selección. Actualmente juega como delantero en el Mazatlán Fútbol Club de la Liga Mexicana)