El ayuntamiento de València aprieta al Valencia CF, pero de momento no ahoga. Anil Murthy, acompañado por el consejero José Luis Zaragosí, acudió a la cita en el consistorio para exponer las dificultades que en estos momentos tiene el club para cumplir los hitos y plazos de la ATE de Mestalla, proyecto que incluye básicamente la construcción del nuevo estadio, la urbanización de la parcela del actual así como la construcción de un polideportivo en el barrio de Benicalap. Son aproximadamente 150 millones de euros los que necesita la sociedad para cumplir el compromiso adquirido con la ciudad que el Valencia CF no tiene y que debían salir de la venta de la parcela que ocupa ahora Mestalla, una situación que no se ha producido, que provocó en 2009 la paralización de las obras y que tampoco ha sido capaz de solucionar Meriton en los casi seis años que lleva en el Valencia.

Apenas una hora duró la reunión entre los representantes del Valencia CF y el ayuntamiento, con el alcalde Joan Ribó y los vicealcaldes Sandra Gómez y Sergi Campillo, en la que Anil Murthy solicitó como había hecho el día anterior en la cita con Ximo Puig una prórroga de la Actuación Territorial Estratégica que ampara legalmente toda la operación. Sabía el presidente cuando llegó que la postura del consistorio es contraria a prorrogar los plazos, decisión que es competencia de la Generalitat aunque cualquier acuerdo sobre la misma es impensable sin el consenso de las tres partes, el club y las dos instituciones. Y eso es exactamente lo que le dijeron. Dentro de un espacio de comprensión por la situación de la economía que afecta ahora a muchos sectores productivos, hay que poner en marcha el proyecto aunque evidentemente no será al ritmo que marca la ATE, según el cual el Valencia debería iniciar la temporada 2021/22 en el nuevo estadio y en 2025 acabada la urbanización de la zona del Camp de Mestalla junto a la avenida de Aragón con siete torres residenciales y una galería comercial.

Desde el fracaso de la operación con la cooperativa ADU Mediterráneo en el mes de marzo, en pleno estado de alarma, tanto Joan Ribó como la vicealcaldesa Sandra Gómez vienen exigiendo gestos que inviten a confiar en que el Valencia CF quiere y puede llevar a cabo el traslado de estadio. En la reunión de este miércoles esos gestos quedaron plasmados en medidas concretas que el club deberá cumplir sin excusa en los próximos meses. Son básicamente dos y no admiten interpretaciones, no valen palabras ni buenas intenciones. Así lo expresaba el alcalde, que al referirse a la necesidad de encontrar una solución inmediata para acabar el Nou Mestalla, pide a Anil Murthy «gestos que indiquen que ese es el camino que toma a partir de ahora el València CF. Tiene dos buenos ejemplos para mostrar esta voluntad de avanzar: que soliciten todos los trámites para la licencia de obra del nuevo estadio y que empiecen a trabajar en las obras para hacer el polideportivo en el barrio de Benicalap a que se comprometieron en 2007».

Insta por tanto al Valencia CF a ponerse en marcha y no dejar durante más tiempo en segundo plano el problema a pesar de la difícil coyuntura económica actual. Hay una ATE, que es un compromiso entre el club y la ciudad, cuyos términos se deben cumplir y cuya prórroga, según la opinión de Joan Ribó, «es difícil de justificar, a no ser que se avance en el nuevo estadio y en el polideportivo de Benicalap. Yo no soy partidario de eternizar una situación que es mala para la entidad deportiva pero sobre todo para la ciudad de València y el barrio de Benicalap, con una infraestructura inacabada en una de las entradas más importantes de la ciudad, que da una imagen que no nos gusta a nadie». Así, queda claro que las dos prioridades del ayuntamiento son acabar el Nou Mestalla y dotar al barrio de esa instalación deportiva que esperan desde hace años, más allá del retraso que pueda sufrir la actuación urbanística sobre el estadio actual. Aunque Murthy simplemente declara que «es importante que haya comunicación», aquí lo único importante y lo que cambiará de opinión de los responsables municipales es que el Valencia demuestre con hechos que tiene un plan, y no es fácil porque en estos momentos no lo tiene. De la posibilidad de que sea el propio Peter Lim el que financie el proyecto mediante la compra de la parcela, en vista de la complicada situación en que quedaría la sociedad si se anula la ATE, ni rastro. Y mañana viernes, sobre la mesa de la a la junta de gobierno municipal, la anulación de la reparcelación del actual estadio, que obligará a comenzar con un nuevo proyecto y dilatará todavía más la urbanización de la misma.

Para Sandra Gómez, la prioridad es el estadio: «Desde el ayuntamiento vamos a trabajar para que este proyecto sea prioritario y se desarrolle rápidamente,pero es necesario que el club empiece desde ya a presentarnos ese proyecto para trabajar sobre él. Los compromisos siguen vigentes con el marco de la ATE, que se tiene que ir cumpliendo». Ribó, además, entiende la culminación de este proyecto como dar carpetazo a la época de «los símbolos de un pasado de obras faraónicas para acabar, o que están judicializadas, o que nos han costado a los valencianos unos sobrecostes imposibles de justificar. Acabar el estadio del València CF sería dar por acabada esa etapa del pasado».