Empezar bien, con una victoria, es importante. Parece de cajón, pero la perogrullada guarda una carga trascendental, primordial en esta fase de construcción y conexión. Más todavía después de la rueda de prensa de Javi Gracia, en la que el míster hizo sentir la autoridad que se ha ganado para evidenciar la discordancia entre trabajo de mercado y ejecución. Javi Gracia apuntó hacia la parte alta de la pirámide de mando. El resultado del Derbi no es definitivo, pero tiene acceso directo a la cimentación del proyecto 20/21; a corto plazo es lo único que puede suavizar la primera gran colisión. El efecto -fortificante- de los tres puntos será confianza, serenidad, menos tensión y más espacio para el análisis del juego. Cruces del destino, la carrera empieza donde terminó la temporada pasada.

Principio por final, en sentido estricto y metafórico. El panorama ahora es distinto, las dificultades son otras, pero la situación de colapso que atraviesa el club tiene mucho que ver con las particularidades de la propiedad, con la herencia de los errores y con lo sucedido a partir de los últimos minutos del último Valencia-Levante, jornada 28, la primera tras el confinamiento. Tres meses han pasado y la mordida del Derbi sigue sangrando, por profundidad y por las consecuencias deportivas, económicas y sociales que está arrastrando. El descuido de Diakhaby (penalti y gol de Melero) se tradujo en un no resultado que quebró la última oportunidad de sostener el frágil ecosistema en el que maniobra el club desde la voladura de la estructura levantada por Marcelino y Mateu Alemany. No perfecta, pero sí razonable en términos de gobierno aplicado al fútbol. El golpe de Gracia llega en el aniversario del despido del entrenador asturiano y en la antesala de otro Derbi.

El VAR y la última ‘vida’

El empate del Levante hizo un daño tremendo a nivel emocional. Las diferencias se dispararon. Los detalles... son la brecha entre el éxito y el fracaso. En esta ocasión, el tiempo ha demostrado que no es una exageración. El propio Rodrigo insistió en el trastorno de aquella jornada: el equipo se había preparado para volver fuerte tras el lockdown (todo lo fuerte que podía volver), convencido de que podía engancharse a la lucha por las plazas europeas, de que empezar ganando era subirse al tren de la supervivencia en Champions. Ese era el discurso público y privado.

Todo se vino abajo a partir de la pena máxima de Diakhaby, rubricada desde el punto de penalti por Melero, minuto 98. La desgracia desencajó a muchos futbolistas y al entrenador (consciente de la trascendencia de no ganar, después de una actuación suficiente), en caliente, se saltó el guion e hizo responsable al central francés. El equipo -agonizante desde la entrada de 2020- entró en barrena. El desapoderamiento Maxi-Celades, la indiscreción de Pichi Alonso, la sacudida de Kondogbia... El último soplo de vida se perdió en Valdebebas, tras el descanso y una primera parte notable en la que el Valencia zarandeó al Real Madrid y no marcó por la polémica intervención del VAR con la posición de Maxi en el gol de Rodrigo. Osasuna fue un espejismo, Eibar fue el trago de realidad definitivo. El vestuario compareció muerto a Vila-real. Sucumbió Celades, dimitió César Sánchez y entró Voro, que no pudo obrar el milagro. El desplome -espiritual, táctico y físico- era irreversible. Pese a las facilidades concedidas por los rivales (que sí aprovechó el Granada), ciao a las plazas europeas.

Impacto deportivo-financiero

El panorama habría sido difícil en Liga de Campeones, habría sido muy difícil en Europa League y la realidad es demoledora.De nuevo, el club pulsó el botón de autodestrucción en plena carrera, proclamando el final de ciclo antes de cerrar la temporada. El qué hubiera pasado si el Derbi hubiese terminado en el minuto 95 queda para el terreno de la figuración, pero a la vista está lo que ha sucedido después. Había muchas decisiones tomadas, pero algunas se precipitaron; otras se han llevado o se están llevando al extremo: nuevo entrenador, jugadores significativos eliminados (Garay, Parejo, Coquelin), cargos con peso excluidos, responsable de la sección fútbol suprimido y todo lo que tenía que ver con la planificación -que llevaba en marcha desde antes del confinamiento- condicionado. Un Derbi siempre tiene valor extra, algunos, incluso son capaces de cambiar el curso de la historia.