Profesor y valencianista hasta la médula, hace una reflexión pausada de la realidad del Valencia CF y el conflicto con la propiedad. Ha escrito con la colaboración de Salva Raga el libro ‘Bajo palos: los porteros del Centenario’, cuya recaudación destina a causas benéficas.

¿Quién es Albert Cardà?

Soy maestro de primaria de profesión. Socio del Valencia desde el año 94. Me saqué el pase e iba a Mestalla yo solo desde la Vall d’Uxó en mi Ford Escort de cuatro marchas.

¿Por qué iba solo?

Mis amigos son del Barça o Madrid la gran mayoría, y los del Valencia trabajaban en la hostelería y nadie tenía el pase, pero a mí me daba igual irme solo porque es mi ilusión. Soy del Valencia desde que nací. Siempre lo he vivido mucho, y a veces ser del Valencia es un problema. Te pasas noches sin dormir, no sabes cómo decirle a tu hijo por qué ha de ser del Valencia... Porque después del gol de M’Bia no sabes con qué cara mirar a tu hijo, no sabes qué decirle. Yo tengo un vídeo de mi hijo, momentos antes de marcar M’Bia, saltando y cantando en la grada a mi lado, y cuando lo ves salir de Mestalla ese día no sabes qué decirle porque te quedas con cara de idiota, lo ves con los ojos llorosos y se te caen los huevos al suelo. A veces ser del Valencia es muy difícil. Ahora mismo ser del Valencia es muy difícil.

Ese día lo aprendió. Lo entenderá cuando sea mayor.

Yo creo que es necesario para que después viva de la forma que lo vivió en Sevilla el final del partido, que también estábamos los dos. Ese gol de M’Bia es necesario para que pueda darle la dimensión real.

Ha escrito un libro que se llama Bajo palos: los porteros del Centenario. ¿Es un libro de la historia de los porteros del Valencia, o un libro de la historia del Valencia a través de sus porteros?

Mira, yo pienso que tanto ser portero como ser del Valencia es navegar a contracorriente.

Usted ha sido portero.

Yo he sido portero y soy valencianista hasta la médula, y pienso que esas dos cosas hacen al portero del Valencia un tipo muy peculiar. En el libro hay muchas pinceladas autobiográficas. Por ejemplo, la final de Milán, el capítulo de Cañizares lo cuento cuando estaba en Formentera de profesor, lejos de Mestalla.

Un poco La balada del Bar Torino.

Bueno, es complicado estar a la altura de Rafa, es imposible. Escribo sobre mis sentimientos y en eso sí puede tener cierta similitud. Lo que te decía, el capítulo de Cañizares comienzo contando lo que pasa en San Francesc de Formentera, que estoy lejos de Mestalla, lejos de San Siro y lejos de todo, y paso una de las peores noches de mi vida. Esa segunda parte del libro tiene muchas pinceladas autobiográficas.

La primera es historia pura.

Son los porteros que vi con la mirada del niño que fui. Y en los otros cincuenta, la última parte, me daba mucho miedo pero ha acabado siendo la que más me gusta.

¿Por qué?

Porque la tarea de documentación de Salva Raga ha sido bestial. Se ha enterado de todo, de lo que no tenía que enterarse, ha buscado, ha rebuscado, ha trabajado muchísimo. Entonces vamos a contar muchas cosas que no se han contado nunca. Él me pasaba los datos y a partir de ahí hacía literatura.

Se le ha iluminado la cara al hablar de esos 50 primeros porteros.

En los 50 últimos me he descubierto un poco a mí, me ha ayudado a entenderme. Yo con mi padre por ejemplo, he tenido una relación un poco complicada, pero mi padre fue el que me hizo del Valencia CF, y escribiendo sobre él, sobre los porteros del Valencia de aquella época pues he pensado que lo añoro más de lo que pensaba, o pensaba que no lo añoraba y en el fondo sí.

La soledad del escritor.

Sí que le debo cosas. La principal, que me hiciera valencianista, y para mí eso es un orgullo infinito. Respecto a los 50 primeros es que hay historias muy ‘heavys’.

Ha habido un renacer de gente queriendo hacer historiografía del Valencia en los últimos diez años.

Además tenemos mucha suerte. Rafa Lahuerta, José Ricardo March, Sergi Calvo, los de Últimes Vesprades a Mestalla, Salva Raga también con la Editorial Vinatea... Han creado un clima literario alrededor del Valencia CF que me parece espectacular. Muchos otros clubs que se consideran grandes no lo tienen, y eso es lo que nos hace grandes, que es lo que dicen los de Tardor, que tampoco tienen una canción como la que hizo Tardor para el Centenario. Somos un club especial para muchas cosas y en el aspecto cultural también. El otro día comenté en redes sociales, qué maravilla que alguien de Puma ha visto un cuadro de Sorolla y ha dicho que esto hace especial València y hay que plasmarlo en una camiseta

La luz de Sorolla, Mediterráneo.

Es lo que nos hace únicos, esa luz que cae sobre Mestalla cada domingo a las cinco que comienza el partido. Es súper importante, no es solo ganar títulos, llenar el campo, vender camisetas, no, el Valencia tiene una dimensión muy grande.

Ha empezado diciendo que ser del Valencia es difícil y la dimensión del Valencia va más allá de 90 minutos.

Hablando de dimensión, muchas veces se hacen comparaciones con Barça y Real Madrid. No son SAD, pero sí son marcas. Cuando vas al Gamper, por ejemplo, en la grada son todo guiris a los que se les ha vendido una marca a través de publicidad, patrocinador, giras por Japón...

Mestalla tiene sentimiento.

Yo digo que en Mestalla estamos esperando el Trofeo Naranja, oler Mestalla, porque te mueres de ganas.

Tiene ‘mono’ de Mestalla.

Los que vamos a Mestalla en el Trofeo Naranja somos los socios, no son los guiris que están de paso.

Esa reflexión está muy bien.

Es que es así. Mira, se me pone la piel de gallina, yo quiero ir con mi hijo a ver las caras nuevas, a oler Mestalla, a verlo...

Ese olor a césped mojado...

Es tu primer día en Mestalla del curso. Y es algo especial que esos equipos han vendido, porque el Gamper lo han vendido, lo han convertido en un escaparate para turistas, pero nosotros no, nosotros somos diferentes, nosotros hemos vendido el club pero no esas cosas, no están en venta, y por eso quien lo ha comprado debería saberlo.

Buena reflexión.

No podemos ser como Barça y Madrid, con muchas cosas buenas, pero tenemos muchas cosas mejores que ellos, y eso debería saberlo quien gestiona el club.

Yo soy capaz de recordar ese momento de entrar a Mestalla, como la primera vez que escuché a Extremoduro, no se olvida. Y el olfato también te lleva ahí. Es algo tan personal, pedimos demasiado a Lim y Murthy.

Es que no le pedimos eso realmente. No le puedes pedir a alguien que entienda una pasión que es imposible de explicar incluso para los que la sienten. Yo no sé explicar qué es el Valencia, y lo quiero con todas mis fuerzas. ¿Cómo voy a explicarle yo a Peter Lim? A Peter Lim sí le pedimos cosas...

¿Qué le pedimos?

Le estamos pidiendo cosas más concretas, mucho más sencillas y mucho más en la línea de lo que dijo que iba a hacer. Ahora la gente está muy quemada porque se ha regalado a Parejo, medio regalado a Coquelin, vendido a Rodrigo...

A Rodrigo y a Ferran.

Pero es que aquí llega Lim y después de decir que viene a hacer un equipo campeón, acabar el campo y tal, el primer año que va muy bien ya te vende a Otamendi. Es que esto no viene de ahora, pero claro, mientras las cosas van bien, ese año después de vender a Otamendi

Sacó la patita pronto.

Sí, claro. Pero como tampoco es un tipo que explique el por qué hace las cosas... Marcelino y Mateu, yo soy de ellos a muerte porque me han hecho recuperar la ilusión en un equipo que venía de cuatro años haciendo el ridículo. Dos tíos que te han llevado a Champions, que te han ganado una Copa. Pero yo no estoy dentro del día a día del Valencia para saber si Marcelino y Mateu son unos ángeles o unos demonios. Lo que sí sé es que a nivel deportivo lo que han hecho es un empastre.

Es mala noticia que el Valencia pierda y no pase nada. Es una buena noticia que el Valencia vaya mal y la gente diga estamos hasta las narices, pero está claro que la protesta, el origen es deportivo...

¿Sabes cuál es para mí el principal problema, aparte del deportivo o despachos? Que el que ha de dar la cara por todo esto está a millones de kilómetros y no aparece nunca. Y al que ha puesto para que lo haga, aparece en una foto con un cuchillo en la mano para clavarlo en el escudo del Valencia, diciendo que te calles o riéndose de cualquier tontería... Es un menosprecio. Tú has comprado una entidad que no es una empresa al uso, es un sentimiento para mucha gente, y a esa gente la estás ninguneando. No estás dándole una explicación y encima pones a un tío que interpreta el papel de bufón no sé por qué y lo único que hace es exaltar más a la gente y cabrearla. Ahí es donde está patinando Lim.

Quería sacarle de lo deportivo, que es el germen de la protesta.

Pero es que hay muchos gérmenes. Por ejemplo, lo que pone la hija de Peter Lim en redes sociales. Una tía que ha abierto Mestalla porque, evidentemente, es suyo, tiene la mayoría de acciones y tiene las llaves de Mestalla, y la tía se pasea por Mestalla para tomar el sol en la grada. Claro, es que no son así las cosas, no has comprado una nave de una empresa que se dedica a fabricar yogures.

Para esta metáfora de la hija de Lim se puede aplicar la diferencia entre propietario y máximo accionista.

Sí, es diferente. Pero más que eso, si tú te clasificas para la Champions, si tú ganas cosas y si el equipo va bien, si la hija de Peter Lim se pasea, tú fuera tiras tracas para que se lo pase mejor. El problema es cuando tú haces el empastre que haces, cuando no explicas por qué actúas como has actuado en muchas ocasiones y cuando pones a un tío que lo único que hace es enervar más a la afición. Es que el problema es ese. Tú puedes comprar el PSG, porque el PSG es un club que ha nacido en una época en la que ya prácticamente es una marca. De hecho, los aficionados del PSG tienen un perfil muy particular, todos jóvenes, es un sentimiento diferente. Ellos siempre lo han visto como una marca, entonces tú compras ese club y puedes actuar de una forma determinada. Te llorarán cuando pierdan una final de Champions, pero no es lo mismo que aquí, que te están destrozando algo por lo que tú sientes mucho. Es como si te secuestraran a tu hijo. Yo quiero mucho al Valencia y esta gente puede hacer que el Valencia acabe desapareciendo.

No sea bruto.

Yo soy optimista, creo que todo esto pasará, pero esta gente puede hacer que el Valencia desaparezca.

¿Por qué?

No sé. Lim en el último año creo que ha perdido 700 millones de patrimonio en la crisis del COVID-19.

¿Le asusta?

Me asusta. Pienso que no nos está haciendo ningún favor que pierda patrimonio. Y él lo ha comprado como una empresa, le da igual que sea un sentimiento para ti o para mí.

¿Y por qué decía soy optimista?

Porque siempre he sido optimista. No se puede ser del Valencia sin ser optimista. Siempre hemos ido al campo diciendo... qué haremos hoy, pero en el fondo siempre vas pensando que vamos a ganar.

Pero el optimismo traducido al momento Meriton que vivimos...

Pero es que Meriton a mí me da igual. Bueno, no me da igual pero sí. A mí lo que me importa es el escudo de mi equipo. Mira, yo me he calentado mucho la cabeza para elegir una opción entre las tres de los pases. He leído mucho en redes sociales y es que incluso han llegado a enfrentar a la gente en algo como eso. Que si eliges la opción número uno eres un no sé qué, si es la tres no sé qué... Mira, yo te lo voy a decir bien claro lo que me importa a mí Meriton, yo tengo un hijo que hizo ayer 12 años, Raúl, es valencianista hasta la médula, lo siente mucho. Y ahora por ejemplo la temporada va más o menos bien, llegamos al mes de abril, te toca una semifinal de Copa con la vuelta en Mestalla y la semana de antes Sanidad dice que se puede ocupar un tercio de los campos de fútbol. Pues yo quiero tener preferencia para llevarme a mi hijo al partido.

¿Cree que un día Meriton será una anécdota en la historia del Valencia?

El Valencia tirará hacia adelante y estará vivo muchos años. Es que podría ser, por ejemplo, que este año... Mira, con dos cosas tendría suficiente Peter Lim, una sería cambiar al presidente, porque es evidente que un equipo de fútbol necesita a su masa social y ese tío no conecta por muchas razones, no puede estar ahí más tiempo.

Ayudaría a rebajar el clima.

Eso, y hacer una temporada medianamente buena...

Quedar... ¿el quinto?

Yo es que soy del Valencia y el Valencia no es para quedar quinto, pero bueno, estar luchando por la Champions hasta última hora, llegar lo más adelante posible en la Copa del Rey, que Gracia te ilusione con sus planteamientos de cara al futuro... Con eso Meriton tendría suficiente para que todo se calmara.

Y se quedaría más tranquilo?

No, no, no. Estaría más tranquilo por el clima que hay, pero Meriton dijo que venía a acabar el campo, dijo que venía a sanear el club, y de momento llevan aquí seis años y no ha hecho ninguna de las dos cosas.

¿Cree que pueden reconducir la situación?

Peter Lim está a tiempo de darse cuenta de qué es el Valencia y actuar en función de eso, no es una empresa normal y no es tampoco un club de fútbol normal.

En el Valencia hay cosas que en otros sitios pasan desapercibidas y aquí son caso de vida o muerte, o una guerra civil cada día.

Somos peculiares para lo bueno y para lo malo. Aquí hemos silbado a Kempes, a Mendieta, a Angulo, hemos silbado a Farinós, hemos silbado a todos los que han dado un rendimiento terrible, terrible en lo bueno claro. Les hemos silbado a todos. Los primeros partidos de Farinós recuerdo que yo me hubiera dejado el fútbol. Y fue un tío que habrá actuado bien o mal yéndose, pero te ha dejado 3.000 kilos de la época.

Pero no tiene pinta de que estén intentado reaccionar.

Es que lo primero que deberían hacer es decirle a Anil Murthy que usted no puede gestionar el club de esa forma. Tú no puedes aparecer en una foto con un cuchillo apuntando al escudo del Valencia. Tú no puedes hacer eso. Es que no, no puedes hacerlo. O decirle al público que se calle.Al pobre Jaume Ortí no le dejamos hablar en una presentación, y el hombre tuvo temple.

«Dejadme hablar por favor».

Sí, pidiéndolo por favor. Y el tío este poniéndose el dedo en la boca. No jodas. Aunque no lo tires, pero hacerle ver que debe cambiar, es la imagen visible de Meriton aquí, no puede actuar de esa manera.

Le escucho hablar expresando lo que es el Valencia con tanta claridad, es imposible que lo entiendan...

Ni lo entenderán.

Y me hace ser pesimista.

Bueno, a ver la salida a todo esto, hay muchas salidas, actualmente...

Dígame tres.

Actualmente ninguna, me refiero a la larga. Yo no estoy viendo a Meriton irse del Valencia ahora mismo.

Es la realidad que en SUPER hemos contado y nos ha costado cierto rechazo, pero, ¡es que no se van!

A ver, somos una afición muy visceral, y yo hará tres o cuatro años que escucho en Mestalla ‘Peter vete ya’. Peter no se tiene que ir de ningún sitio, es el máximo accionista del Valencia, Peter no es como un entrenador que para que lo echen dices ‘Unai vete ya’. Peter no se va, Peter ya está en su casa, ha comprado el Valencia y es el dueño. El problema es que ya lo han vendido, que aquí no hay nadie que lo quiera comprar e igual él tampoco quiere vender. Yo no soy pesimista porque, a larga, no te estoy diciendo que se vaya Meriton pero sí que se reconduzcan las cosas, al final va acabar siendo malo para él y para nosotros.

Nos desquiciamos mucho.

Sí. Ganar, ganaríamos nosotros. Nosotros tenemos el sentimiento y el Valencia sin nosotros no sería nada. En una lucha frontal, en una guerra abierta, yo pienso que ganaríamos nosotros. Ellos sin nosotros no son nada.

¿Qué es una guerra abierta?

Una guerra abierta es lo que mucha gente ya está intentando hacer, cuando ves que hay gente que no coge la opción del pase, están planteando una guerra a Meriton. Se está comenzando una guerra en la que no solo están Meriton y la afición, se está dividiendo a la gente e muchos aspectos, es complicado y triste.

La afición dividida no es nuevo.

No, lo ha sido siempre. Pero que ellos tengan la capacidad de dividirla me jode. Que la dividan Cubells y Montes, vale; el blanco o el blanquinegro, vale; la Senyera o el rojo o el naranja, vale...

Carboni o Quique...

Carboni o Quique, vale. Pero no estos hombres. Estos hombre no, no deberían tener el privilegio de dividir a la afición del Valencia CF.

Está psicológicamente preparado para...

No, para una catástrofe no. No lo está nadie. Para que vaya a mejor, sí.

No, no, para aguantar cuatro o cinco años más de Meriton.

Yo he aguantado a Emery.

No compare.

Te estoy hablando de fútbol ahora, y a mí Emery me quitó la ilusión por el fútbol. Yo iba a Mestalla sabiendo que contra Madrid, Barça y Atlético de Madrid ibas a palmar.

Nunca matábamos un elefante.

Es que era un fútbol muy random, es que sabías cómo iban a quedar. Sabías que ibas a quedar cuarto pero sin ningún tipo de emoción, y en la Copa sabías que te iba a tirar el primero que te pillara por banda, y el Valencia no somos eso.

Me ha llamado mucho la atención la cara que ha puesto cuando ha dicho «para una catástrofe no».

No, porque mucha gente piensa que el Valencia puede desaparecer. Yo no estoy preparado. Ni yo ni nadie de los que queremos al Valencia, ¿tú lo estás?

Calla, calla...

No estamos preparados nadie, pero eso pienso que no pasará, es imposible que pase.

¿Y cuando escuchas que es mejor bajar a Segunda o refundar?

Esas soluciones son inviables. Es como el ‘Peter vete ya’, eso no es una solución. Con eso no se puede ir a ningún lado. Aquí somos muy viscerales, de soltar lo primero que se nos pasa por la cabeza. Aquí se han de hacer las cosas pensándolas mucho y bien hechas.

¿Cuántas camisetas tiene?

Unas 150.

Diga la verdad, ¿cuántas veces ha estado su mujer tentada de tirar a usted y a las camisetas fuera de casa?

No, porque sabe la ilusión que me hace y tampoco son como las camisetas de tienda, que tú te compras hoy la camiseta de este año y el año que viene vale una tercera parte. Las que yo tengo las han utilizado los propios jugadores en los años 80, en los que había un juego o dos para toda la temporada, pues esas se supone que con los años se revalorizan.

Me está vendiendo la moto como a su mujer, y yo no soy su mujer (risas).

Si el Valencia desapareciera aún subirían más.