El Valencia CF terminó la temporada perdido en la indefinición. Defendía en bloque bajo, pero se descosía. Si buscaba alto al rival, se hacía largo. No mordía, no llegaba, no contragolpeaba. Acabó fundido, a todos los niveles. No era fácil cambiar la dinámica y Javi Gracia lo ha hecho, en poquitas semanas. La ideología del míster se ha sentido desde la primera prueba de pretemporada. El giro se nota en la acción táctica y en la intención, individual y colectiva, también en la capacidad de respuesta (mental y física); los jugadores están más frescos y anticipan un cambio de ritmo. El modelo está en implantación, todavía es pronto para grandes juicios, pero los primeros trazos de Javi Gracia se hicieron evidentes en el Derbi. No hay mejor refuerzo para el entrenador que el compromiso del equipo, capaz de manifestar una identidad y un propósito reconocibles.

Los dos goles encajados fueron consecuencia de errores, individuales, en cadena. El Levante tiene defectos y virtudes, pero es un grupo más asentado y consolidado. En el Valencia, el cemento está húmedo todavía, sin fichajes, con varios debutantes y algún jugador clave que ha tenido una pretemporada condicionada, como Kondogbia. Las estadísticas en ataque son interesantes: 22 ocasiones de remate generadas (sólo superado por el Levante, 27), número uno en ocasiones de gol creadas (seis) y futbolistas como Kang In, Maxi o Manu Vallejo destacados en todo tipo de estadísticas stats con el gol, por remate o asistencia. El Valencia golpeó primero a balón parado, después pudo activar el ataque rápido y correr, desplegarse por dentro y por fuera. Sello Javi Gracia. Los cuatro goles permiten al Valencia aparecer como líder, aunque la jornada está incompleta y es una anécdota.

"Bloque mejor armado"

Lo más interesante, sin embargo, sucedió sin balón. El equipo terminó más entero que su rival, a todos los niveles. Las concesiones del primer acto fueron personales: Esquerdo, Kondo, Gabriel, Wass. Como explica Pablo Peña Rodríguez, responsable de análisis e innovación de STATSBOMB (expertos en datos), la muestra es breve, 94 minutos, pero se nota la marca del nuevo cuerpo técnico: "La mejora respecto al año pasado es evidente en distintos apartados defensivos. El bloque está mejor formado". El equipo arrolló al Levante en entradas, en interceptaciones, en duelos aéreos, en despejes. El Valencia ha arrancado como líder en el capítulo 'tackles más interceptaciones' (23), como el Eibar, superando al Cádiz de Álvaro Cervera o al Alavés. Sólo el Granada de Diego Martínez mejora su total en interceptaciones (11 por ocho). Son señales, con un valor. El número de acciones defensivas no tiene una correlación con el rendimiento; depende de la posesión, del tipo de pase del adversario, de la altura a la que se realizan y del impacto en las posteriores transiciones ofensivas. El Levante atacó, pero también atacó el Valencia CF y la brecha en la magnitud defensiva es evidente. El combo es difícil de aunar, pero el salto respecto a hace unos meses, en apartados que ayudan a evaluar la intensidad defensiva, es claro.

Especialistas en el acoso

Otro dato determinante que refuerza la línea abierta por Gracia: el Valencia es el cuarto equipo que más presiones realizó en tercio ofensivo (tras Eibar, Villarreal y Osasuna, bloques de pressing alto). Kang In refleja el cambio de chip; es el líder del Valencia en este apartado en esa zona y en el tercio medio, donde sólo cuatro futbolistas están por encima (Mosquera, Oier, Parejo y Sergio González). Sólo el Huesca de Míchel -entrenador del que se va a hablar- y el Valladolid de Sergio protagonizaron más acciones de acoso al rival. El volumen en tercio defensivo y el mapa de calor de STATSBOMB hacen evidente el nuevo carácter del Valencia, más agresivo para dentellear, más vehemente en la lucha por el balón. La pintura es evidente: el pressing se aplicó en la zona media. Esa zona de recuperación permitió cortar y ganar espacio para correr. Acción e intención.

El zarpazo de Morales a los pocos segundos de arrancar generó convulsión y dudas, al equipo le costó entender la posición de los cuatro centrocampistas, con Campaña (muy fino) y Enis Bardhi conectando desde zonas interiores, con Miramón y Clerc como extremos. También se sufrió en la salida de balón, pero un par de retoques fueron suficientes para ajustar y amortiguar la superioridad númerica. Radoja y Melero (notable) están entre los futbolistas que más pases realizaron bajo presión en la jornada. Otro dato atractivo.

Objetivo: forzar errores

El extra de energía de Cheryshev, Manu Vallejo y Racic marcó la diferencia cuando el duelo se perdía entre ritmos bajos. El Valencia cortó y atravesó al Levante, abierto y sin piernas, en la recta final.

El factor presión forma parte del circuito que fortalece el pressing y el orden a partir del control de las transiciones, que es uno de los objetivos de Gracia; también actúa sobre el ataque organizado del rival y afecta a la propia defensa organizada. Es un todo. No se limita a las acciones que ocurren sobre balón. El objetivo no es tanto la recuperación como secundar y favorecer actuaciones estratégicas como cerrar líneas de pase, orientar la salida de balón del rival hacia zonas concretas, temporizar, forzar decisiones descontroladas, acelerar al rival, forzar errores. El segundo capítulo llega en Balaídos.