El Valencia CF tiene encarrilada la renovación de Uros Racic. Está a punto. Hay buena sintonía entre el club y la parte del jugador, que preserva Igor Gluscevic. No hay nada cerrado todavía, pero están en ello. La temporada de maduración experimentada en Famalicao, el potencial del centrocampista serbio (22 años) y estos primeros pasos -prometedores- en su regreso a la ciudad deportiva de Paterna han impulsado el proceso. El Valencia apuesta por Racic por convincción y revisa su situación por pura lógica: los responsables no podían permitirse el lujo de lanzar a un futbolistas de sus características en el marco de LaLiga con junio de 2022 como fecha de caducidad en su contrato. Esa visión de futuro es clave para anticipar y tener fuerza, más todavía en un mercado donde cada vez es más complicado tener capacidad de réplica.

La idea es que todo quede en línea, fútbol más salario para ordenar las cifras, como corresponde con su rol potencial a corto y medio plazo. Racic llegó al Valencia con ficha de jugador de filial y esa condición está desfasada. Pablo Longoria tuvo luz verde para incorporarlo desde Estrella Roja e invertir 2,2 millones de euros. Es natural actualizar tras su progresión en Tenerife (segundo semestre de la temporada 18/19) y Portugal, donde no tienen dudas de que es un buen futbolista. No por casualidad ha sido seguido por los grandes del fútbol luso -con especial interés del Porto- y en el circuito de las cinco grandes ligas europeas.

Hoy vale más que ayer

La apuesta advierte un contexto de bajo riesgo. Todo ventajas. Todos los pasos se están dando de forma natural y el club sólo puede ganar: Estrella Roja, seis meses en el Mestalla, Segunda División, primera división portuguesa y regreso a una proyecto pensado para recuperar el estatus europeo. Equipo y jugador pueden crecer de la mano, como sucede en otros muchos casos. Tiene potencial de selección serbia y todavía entra en ciclo Sub-21.

Presencia fundamental

Racic es consciente de la oportunidad que tiene. Los técnicos han estado pendientes de su rendimiento, lo han seguido y siempre lo han considerado como un activo de valor doble: hombre mercado o refuerzo. Las necesidades unidas a sus cualidades han alineado los planetas. Racic cuadra para Javi Gracia, que lo ve bien, como una buena alternativa. No parte en primera línea, pero sí tiene ese margen para ganarse al cuerpo técnico día a día. En la recta final del Derbi -Esquerdó debutó como titular- hizo sentir sus cualidades y tuvo un efecto determinante a la hora de propulsar la mejora que cristalizó en el 3-2 y el 4-2. No tuvo el papel de Maxi, Cheryshev o Manu Vallejo, pero fue básico: aportó pierna fuerte, presencia y fue oxígeno puro para Kondogbia. Un remate, seis de siete en pases, tres entradas ganadas (100% en duelos tierra-tierra), una interceptación. Ante el Celta se perfilaba como titular, pero se quedó fuera por un dolor de muelas, terrible. Claro que necesita contexto de seguridad, también partidos e ir paso a paso. El camino vuelve a abrirle la puerta del once titular ante el Huesca.