Protegido y acorazado. Uros Racic está renovado. La oficialidad no puede tardar: en la agenda del club y de la parte del futbolista había cita cerrada para la mañana del jueves. Como indicó SUPER, todo estaba preparado. Igor Gluscevic acudió a las oficinas del Valencia CF SUPER acompañado por sus asesores y a la salida confirmó el final feliz. Siempre ha habido sintonía y el agente no tuvo problemas en ratificarlo, Racic está «muy contento». No puede ser de otra manera. El club ha ajustado contrato y relevancia del jugador, que tenía condiciones salariales de filial. Es una apuesta de futuro conjunta; el guion contempla extender su contrato dos años (hasta 2024, terminaba en 2022) y multiplicará su cláusula. Todo pensado para tener al jugador controlado, para crecer de la mano.

La sensaciones que desprende Racic son positivas. Claro que tiene cuestiones por pulir, pero la llegada de un mediocentro no cambia la hoja de ruta. La competencia está asegurada. También la tuvo en Famalicao -aunque a otro nivel- y se impuso. Tras una temporada de crecimiento, en este curso 20/21 la prioridad es el asentamiento, en un marco de exigencia superior como LaLiga y el Valencia. Todo lo que venga a partir de ahí, puede considerarse top. En Portugal siempre han hablado bien de él y dentro del equipo hablan bien; tiene madera de buen futbolista. Si crece en ritmo, en agresividad en los duelos y en la toma de decisiones con balon, perfila un techo más alto que sus 193 centímetros de altura. La mano del cuerpo técnico también se siente y eso es muy bueno; refuerza ese margen de mejora activo.

La referencia del Derbi

La línea en competición la marca la recta final ante el Levante, donde jugó 20 minutos de pierna fuerte, posición y sentido con balón, incluso se atrevio con un disparo de media-larga distancia, una de sus especialidades. Racic tiene el valor añadido del gol. En ese tramo dejó claro que el paso por Portugal, donde ha peleado por una histórica clasificación para la Europa League y en unas semifinales de Taça, se siente en su fibra. Su presencia en el once titular estaba prevista para el choque ante el Celta, pero un dolor de muelas le dejó fuera de combate... pese a las ganas y la oportunidad que suponía. Una semana después, el equipo le necesita. Ante el Levante fue importante entrando desde el banquillo, pero sería una sorpresa que no estuviese desde el inicio, acompañando a Kondogbia, con el que puede mezclar sin problemas. El serbio ha jugado a distintas alturas y en distintos sistemas, como mediocentro o interior, con distintas responsabilidades. Lógica y blindaje... para la sala de máquinas, con lo que eso significa a nivel equilibrio. La otra alternativa la experimentó Javi Gracia en Balaídos, con Rendall Correia en el lateral y Daniel Wass acompañando a Kondo. En cualquier caso, las acciones de Jason Remeseiro cotizan al alza en cualquier ecuación.