Tres jornadas: un partido alentador El equipo necesita fichajes, tiene bajas y le faltan mimbres. Está claro. Sin embargo, las sensaciones que deja el paso del Huesca invitan a una reflexión mayor. Míchel le dio un repaso a Javi Gracia desde la pizarra; quedó claro lo que quiso hacer desde el primer segundo. No se puede decir lo mismo del míster valencianista. Los brotes verdes ofrecidos ante el Levante se han diluido tras una tarde de involución, en todos los sentidos. El Valencia ha perdido intención -que fue lo más interesante del Derbi- y volumen de acción.

Las tres jornadas guardan varios problemas en común, casi todos relacionados con el centro del campo. Hubo una mejora con la suma de Kondogbia más Racic, pero insuficiente. El equipo no generó nada, con los extremos metidos en campo propio y los dos puntas aislados. La salida de balón volvió a ser muy confusa. A partir de ahí, nadie pudo asociarse o progresar con fluidez. Fue horrible. Todo lo contrario que al Huesca, un equipo con limitaciones, pero con una personalidad marcada (como Eugeni Valderrama advirtió en la previa de SUPER). Míchel trabajó alto sobre el primer pase, a través del despliegue tremendo de Jaime Seoane y la dinámica constante de una primera línea con Juan Carlos Real, Okazaki, David Ferreiro y Rafa Mir, que llevó al límite a Guillamón.

Contratiempos y soluciones

Otra jornada más, el rival fue superior en la sala de máquinas. Javi Gracia no ha sido capaz de resolver el problema, aunque tampoco le ha ayudado el contratiempo de Carlos Soler o el dolor de muelas de Racic para Balaídos. Cuestión de mercado... y de pizarra. El equipo necesita un seis, un organizador y ante el Huesca echó de menos la figura de un tercer centrocampista para asociarse con el 9 y activar las bandas, un mediapunta... Kang In. El surcoreano fue clave ante el Levante y estuvo mejor de lo que la discusión por la tirar la falta ha dejado ver tras Vigo. El equipo echó de menos un escalón intermedio, con doble función, ataque y defensa: conectar con Maxi y contener a Mosquera.

Maxi-Manu Vallejo: cero remates

Javi Gracia no lo tiene nada fácil y las señales -de sufrimiento- desde la banda son claras. Tras años pidiendo un jugador para dar oxígeno y competir con Parejo y la plantilla se ha quedado sin Parejo y sin esa alternativa B. Kondogbia puede morder, robar y lanzar, pero no es un organizador. Tampoco lo es Racic. El contexto de pressing alto que impuso el Huesca hizo evidentes las grietas y la ausencia de un enlace, de un contector... lo que era Rodrigo, lo que parece que puede hacer Kang In. Ahora mismo, el equipo necesita al 20 (aunque claro que tiene cuestiones que moldear) y está echando de menos a Carlos Soler.

Gracia apostó por Manu Vallejo junto a Maxi para aprovechar su energía, sus movimientos y su carrera, su verticalidad, pero estuvo incomunicado. No le llegaron balones, como al uruguayo. Cero remates. Kang In entró sin margen (minuto 85). Al otro lado, el Huesca gobernó el partido y jugó como quiso vía Mosquera, su organizador, liberado. Nadie lo taponó, nadie lo marcó, ni Maxi ni Manu, tampoco Gracia. Faltó una pieza para eliminar ese eje, un tercer centrocampista, un Kang In o un Carlos Soler.