Algunos días lo hicieron mejor, otros peor, pero Javi Gracia y sus jugadores se están partiendo la cara para dignificar el escudo del Valencia y llevarlo tan alto como puedan esta temporada. La plantilla tiene pocos recursos. Los futbolistas son los que son. Faltan jugadores de calidad contrastada y de mayor jerarquía para aspirar a algo más que esa octava o novena posición de la que hablaba resignado el entrenador. Por suerte, dentro de ese vestuario liderado por Gracia y capitaneado por José Luis Gayà sobran ganas, hambre, esfuerzo, compromiso y capacidad de trabajo. La competición dirá hasta dónde llegan, pero este equipo tiene la voluntad de seguir ganando y creciendo con o sin fichajes. Hay interés y ambición por mejorar y ser cada día más competitivos. Desgraciadamente esa actitud y ese afán del equipo por ser mejores después de cada partido y cada entrenamiento choca con la pasividad de la propiedad en matería de fichajes y la indiferencia de Meriton hacia todos los mensajes de auxilio que salen del vestuario. No hay ganas de escuchar, ni tampoco urgencias por fichar visto lo visto. El equipo quiere más, el club de momento parece que no.

[Sigue el Valencia - Betis]

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Gracia no tiene comunicación con la propiedad en materia de fichajes. Con quien sí habla y mucho es con sus jugadores. La plantilla se aferró a la figura del entrenador desde el primer día y ahora es Gracia quien también se agarra a ellos en medio del caos de Meriton. Los apoya y les agradece su esfuerzo. No hay mejor noticia que esa en el Valencia. «Los jugadores están teniendo un comportamiento ejemplar a todos los niveles: juego, trabajo y con su comportamiento en estos momentos delicados por el Covid».

Juntos consiguieron un triunfo contra la Real Sociedad que llegó en el momento perfecto. El Valencia viajó a San Sebastián con el saco de dudas del empate ante el Huesca y la incertidumbre de saber si el equipo podría estar al nivel que exigía el Reale Arena. Ganar casi un año después lejos de Mestalla y volver a dejar la portería a cero fue una inyección de moral y autoestima para el técnico y los jugadores. El equipo salió reforzado de Donosti, se siente fuerte y quiere más a pesar de sus limitaciones. El objetivo es aprovechar el «impulso» del martes, como dice Gracia, prolongar la dinámica positiva y seguir dando pasos adelante como equipo. «Ganar a la Real ha sido un impulso y una dosis de ánimo muy buena para el equipo y para poder preparar el siguiente partido ante el Betis. Nos ha reforzado en nuestras ideas, en nuestro trabajo, en la ilusión por seguir en esta buena dinámica y tratar de alargarla lo más posible». Por empeño no va a ser.

El Valencia llega al parón de selecciones encaramado en la segunda plaza y con un más que notable racha de 7 de 12 puntos en las cuatro primeras jornadas. Lo bueno es que nadie en el vestuario se conforma. El objetivo es redondear los diez puntos contra el Betis y aprovechar las dos semanas sin competición para continuar puliendo los errores. Repetir la puesta en escena del Reale Arena es casi una obligación en casa. En la cabeza de Gracia y su plantilla está la necesidad de hacerse fuerte en Mestalla. Y más después de las dudas del empate con sabor a derrota ante el Huesca. Hay que parecerse al Valencia de San Sebastián y no al de aquel día.

Gracia introducirá cambios para refrescar el once, pero la idea inicial es no tocar la estructura central que tan buenas sensaciones dejó el martes. El Valencia encontró el equilibrio perdido con Daniel Wass por dentro y el plan es repetirlo teniendo en cuenta el buen rendimiento de un Thierry Correia que cada vez que juega es mejor. Gonçalo Guedes y Jason Remeseiro podrían volver alas alas, mientras Kevin Gameiro se postula como acompañante de Maxi Gómez para ganar presencia en el área. Delante estará un Betis de Manuel Pellegrini sin gol arriba, vulnerable en defensa y lleno de dudas por la goleada encajada (3-0) en Getafe. ¿Y por qué no? El Valencia se lo cree. Quiere más.