Pronto se ha colmado la paciencia de Tiago Mendes, entrenador novel de 39 años, con el Vitória de Guimarães, club al que llegó un par de días después de que Javi Gracia asumiera las riendas del Valencia CF. Desde entonces y hasta hoy, el destino cruza los nombres de ambos entrenadores. El exjugador del Atlético, representado por Jorge Mendes, estuvo muy presente en la cabeza de Peter Lim, pero el hecho de no contar con licencia para dirigir en el extranjero evaporó AtléticoPeter Limla posibilidad de que se hiciera cargo del Mestalla. Como Gracia, Tiago ha pasado el verano en conflicto con los mandos de su club por discrepancias en cuanto a la confección de la plantilla. Incluso, los dos coincidieron en un objetivo a coste cero sin éxito final. Adrien Silva

Entre la noche del jueves y la mañana del viernes Tiago Mendes, cuya experiencia antes de estrenarse en la Liga NOS se limitaban a ser el segundo de Simeone en el Atlético y de la selección sub-20 de Portugal, consumó su dimisión como entrenador del Vitória de Guimarães. Solo tres jornadas después de un inicio de competición portuguesa en la que el Vitória está en mitad de la tabla con una victoria, un empate y una derrota, y con un gol tanto a favor como en contra.

La reacción del club no se hizo esperar, contestado con dureza al entrenador que está en pleno proceso para sacarse la licencia que le permitirá dirigir a un equipo en otra liga europea. Sin demasiados rodeos, le llaman inseguro. «La decisión de Tiago Mendes rompe el trabajo de meses entre la estructura del fútbol y el entrenador. Teniendo en cuenta que todas las decisiones tomadas en relación con el equipo principal contaron con la participación y acuerdo del entrenador, y que siempre tuvo total autonomía para ejercer su liderazgo, la Administración cree que un puesto de esta naturaleza, aún al inicio de temporada y en una semana en que el entrenador asiste al curso UEFA Pro, solo puede recibirse como una manifestación de inseguridad que es incompatible con el Vitória SC».

Tiago, a diferencia de Javi Gracia, no ha tenido que pagar la liberarse de un proyecto directivo en el que no cree. Las salidas de jugadores como João Teixeira, al Feyenoord, y Pepe, sin recambios de altura, precipitaron su decisión de irse de un Vitória con el que aspiraba a la parte alta de la liga lusa. Hubo fichajes, pero nada de lo que pidió, por ejemplo, un objetivo en común con Gracia, Adrien Silva. El centrocampista, que esperó al Valencia, se fue gratis del Leicester a la Sampdoria.