José Bargues entró en zona mixta con unos cuantos tonos de voz menos, pero su discurso fue claro: «Nos han pegado con el mazo y con la misma fuerza que lo hemos recibido les hemos dado». El míster subrayó la capacidad competitiva del equipo, la capacidad para levantarse de los golpes y reaccionar: «Eso es superimportante, las futbolistas no han perdido la fe. Hacía tiempo que no lo veíamos». El Real Madrid encontró el 0-1 en el minuto 21 (en un saque de esquina) y dos minutos después, el Valencia encontró el empate, también en un córner. En la primera jornada, ante el Sporting de Huelva, costó un poco más, pero el guion fue similar. Las valencianistas comenzaron perdiendo y terminaron llevándose los tres puntos en un campo donde no es fácil salir con vida.

[Crónica del Valencia CF - Real Madrid]

La Primera Iberdrola volvió al Puchades siete meses después. No hubo afición en la grada, pero sí se sintió parte de ese espíritu. El inicio es de nota alta. Bargues insistió en el valor de los números y de las emociones: «Las sensaciones son muy positivas, estamos viendo resultados bastante impredecibles porque la liga está bastante igualada; en Huelva creo que no va a ganar mucha gente y el Real Madrid está llamado a estar con los grandes, arriba, y venía con ganas después de perder. Estos cuatro puntos significan algo más, hemos remontado dos veces, valen algo más que cuatro puntos». Después de tanto tiempo, el Valencia enlazó dos partidos consecutivos sin perder, victoria más empate, pero, sobre todo, compitiendo.

El partido y el plan de partido

«Queríamos que combinaran por dentro, queríamos el partido por fuera, sabíamos que iban a sufrir las laterales, pero iban a tener la ayuda de los extremos, el Real Madrid ha tenido ocasiones, pero hemos tenido sensación de control porque sabíamos lo que estaba pasando y lo que podía pasar», analizó el míster. Fue un partido de entrenador y de jugadoras, bien planteado y bien leído en el durante. El ejercicio táctico, el sacrificio y la resistencia marcan una línea de juego, una identidad. «El partido fue lo que nos esperábamos», subrayó. El Madrid pudo ganar, pero también lo pudo hacer el Valencia, con Flor, con Júlia... con esas últimas jugadas en las que faltó un punto más de claridad en el cansancio. Puede que la historia hubiera sido distinta con el extra del Puchades cargado de afición, pero se están dando los pasos en el camino adecuado para que la afición pueda disfrutar cuando la COVID lo permita. Para Bargues, el ejercicio advierte la evolución del ADN: «El panorama cambia sin afición, el Valencia no es el mismo, pero este equipo es muy combativo, no le pierde la cara a nadie y la afición se merece disfrutar de esto. Este Valencia está muy en sintonía con lo que le gusta a la gente».