El vestuario del Valencia CF respira calma tensa. Meriton ha conseguido que se abra una grieta en el único lugar donde no la había: en el vestuario. La relación técnico-jugadores ha quedado tocada después de que Javi Gracia haya querido abandonar al barco a pesar de las súplicas de los capitanes. El técnico dio explicaciones a sus futbolistas y firmó un pacto de compromiso con ellos en un intento de zanjar la crisis. Ahora está obligado a empezar de cero y ganarse de nuevo a la plantilla. Su gestión del grupo y sobre todo los resultados determinarán si esa herida se cierra o se hace más grande. Gracia se aferra al esfuerzo por mejorar, a la idea de jugar como un bloque y al plus que supone la vuelta de jugadores importantes para lograr que el Valencia sea un equipo competitivo en Vila-real. Una de sus grandes esperanzas para conseguirlo tiene nombre y apellido: Gabriel Paulista.

El brasileño estaba llamado a ser una de los pilares del equipo con o sin la llegada de refuerzos para el centro de la defensa. Peter Lim no dio el visto bueno al fichaje de ningún central y la importancia de Paulista se ha multiplicado por dos después del mercado. Si antes era importante, ahora es vital. El Valencia de Gracia -y de la propiedad- ha evidenciado muchas carencias durante las cinco primeras jornadas de LaLiga. La más sangrante, un pasillo central extremadamente frágil que debilita a todas las líneas. El equipo necesita hacerse fuerte por dentro en ataque y en defensa y eso pasa por construir una columna vertebral con jerarquía, experiencia y calidad contrastada capaz de sostener al resto de jugadores y hacerlos crecer. Paulista es todo eso. El brasileño se ha convertido en uno de los pesos pesados de la plantilla después de la salida de jugadores importantes y su presencia en el campo significa un plus de autoridad para manejar situaciones comprometidas. Gracia lo espera con los brazos abiertos porque no se cansó de repetir en sus reuniones con el club que el equipo necesitaba jugadores de experiencia para compensar la juventud de la plantilla. A nivel deportivo firmó dos actuaciones discretas contra el Levante -a pesar del gol- y frente al Celta -ya estaba lesionado-, pero es potencialmente el mejor central de la plantilla y la recuperación del Valencia pasa porque ejerza de verdad como líder de la defensa.

Gracia tiene claro desde que llegó que el equipo tiene que hacerse fuerte desde atrás. En la última rueda de prensa posterior al 0-2 del Betis volvió a insistir en la necesidad de mejorar desde la defensa. Los números defensivos del Valencia son insostenibles. Es el segundo equipo de la competición que más goles encaja (7) solo por detrás del Granada y Levante (8). Y más grave todavía. Es el segundo equipo de primera división que más remates concede: la friolera de 17,4 por partido. Solo mejor que el recién ascendido Elche (19). El regreso de Paulista tiene que ayudar a estabilizar todos estos registros. Hay que detener la sangría. De no ser así, el Valencia está condenado -un poco más- al fracaso esta temporada.

Con Paulista también existe un componente emocional. La vuelta de Gabriel refuerza la autoestima del equipo porque es uno de esos futbolistas que empuja y transmite entusiasmo y convicción en cada cosa que hace. Su puesta en escena en redes sociales después de un mes de lesión es toda una declaración de intenciones: «He vuelto, estoy preparado para todo». Para poder ganar en la Cerámica, antes hay que creérselo y Gabriel lo cree por difícil que sea. Paulista fue uno de los jugadores intocables de Gracia durante la pretemporada. Fue titular indiscutible y marcó un gol clave a la salida de un córner en la victoria de la primera jornada contra el Levante.

El jugador arrastraba problemas musculares desde antes del Derbi. Sin embargo forzó para ayudar al equipo en Balaídos y el músculo le pasó factura. El jugador se sometió a pruebas médicas y el resultado de las mismas revelaron que sufría una rotura en el muslo izquierdo con un tiempo estimado de recuperación de tres semanas como mínimo. Un mes después, con parón por medio, está preparado para volver en La Cerámica. Gracia tendrá que elegir su acompañante entre Mouctar Diakhaby y Hugo Guillamón. Eliaquim Mangala sale también de lesión y necesitará más tiempo de readaptación.