La juventud volverá a ser protagonista una temporada más en el Valencia Mestalla. El filial blanquinegro ha acometido una remodelación de la plantilla dando cabida a muchos jugadores que llegan desde el juvenil y algún fichaje de mayor veteranía para ayudar al equipo aclimatarse a una competición que va a exigir regularidad desde el primer día. El encargado de dotar de competitividad a esta amalgama de futbolistas, sin perder de vista la vertiente formativa de todo filial, será un técnico de sobrada experiencia como el valenciano Óscar Fernández. El entrenador vuelve a casa tras grandes experiencias en la cantera del Atlético de Madrid, en la que se destacó como un auténtico especialista en la gestión de jóvenes talentos que buscan proyectarse hacia la élite. Tras su frustrada experiencia en Almería, donde no llegó ni a debutar a causa de un cambio en la propiedad del club andaluz, Fernández ‘baja’ una categoría por el reto que le supone volver a entrenar en su casa. El pedigrí del preparador valenciano está más que acreditado y su perfil de entrenador-formador le convierten, a priori, en la figura idónea para el cargo y las circustancias.

A sus órdenes tendrá tanto talentos emergentes como varios futbolistas experimentados como los fichajes Unai Etxeberría, Eduardo Mingotes, Kevin Sibille, Facu García -con bagaje en Segunda B y el fútbol chipriota a pesar de sus 20 años-, Stéphane Emaná o el regreso de Fran Navarro. Del buen maridaje entre ambos dependerá el rumbo del equipo. En el banquillo tendrá a su principal referente, al primer líder, pero sobre el verde también se espera el paso al frente de algunos futbolistas con talento por moldear y asentar.

Guillem, Koba, Carlos Pérez

En la portería el ascenso de Cristian Rivero sitúa a Emilio Bernad ante su gran oportunidad. En defensa Guillem Molina cubrirá -a nivel de ascendencia dentro del equipo- las bajas de Javi Jiménez y Hugo Guillamón. El polivalente jugador catalán viene de dos temporadas irregulares en participación en las que ha mostrado sus credenciales y en esta tercera campaña se espera que se postule como un pilar fundamental. En el centro del campo, por otra parte, además del crecimiento de Carlos Pérez -que fue de menos a más el pasado curso- será Koba Koindredi el que debe acabar de explotar. La pasada temporada hizo gala de su calidad y su proyección, que le sitúa en la élite a medio plazo, pero este debe ser el año de su consagración como líder en la zona ancha, máxime cuando las necesidades del primer equipo pueden dejar fuera de convocatoria a Esquerdo de forma recurrente situación análoga a la de Yunus Musah, que es el futbolista de más talento con el que puede contar el Mestalla. En la delantera, por otra parte, el hombre gol será Fran Navarro tras su infructuosa cesión a la liga belga.

Jesús Vázquez y Gozálbez

En cuanto a los juveniles que dan el salto hay que marcar en rojo los nombres de Jesús Vázquez y Pablo Gozálbez. Ambos vienen de ser auténticos líderes en el Juvenil de División de Honor y su rol apunta directamente a luchar por un puesto en el once todas las semanas. El lateral zurdo ha sido el principal elegido para suplir a Adrián Guerrero y el mediapunta ya debutó el año pasado a las órdenes de Chema Sanz, llegando a ir convocado con la primera plantilla.

El plus de Joseda

En la segunda línea habrá otra serie de futbolistas nacidos en los albores del siglo XXI que a priori tendrán menos responsabilidad, pero que quieren opositar a futbolista revelación. Son los casos de los internacionales Xavi Estacio y Joseda Menargues -que cuenta con un físico muy desarrollado y el plus de jugar de central y lateral diestro-, además de otros como Hugo González -bien valorado por los técnicos a pesar de ser de la generación de 2003-Nacho Muñoz, David Ruiz, Noha Ndombassi o Fran Pérez.

Política de facilidades cero

A partir de aquí el Atzeneta de David Albelda será la primera piedra de toque en un campeonato al que este equipo deberá acoplarse más rápido que nunca si quiere acabar el año aspirando a jugar en la nueva Segunda ‘B’ alias Primera División RFEF el curso que viene. Albelda dejó claro el guion: partido exigente, duro... para que el talento de los jóvenes no pueda imponerse en la guerra de guerrillas. El espectáculo está servido.