Si de algo presume David Montesinos es de que su abuelo fue, junto a Cubells, una de las primeras estrellas que ha tenido el Valencia CF. Con Montes fue a Mestalla cuando era un niño, "era como una mascletà emocional", y de Montes recuerda lo "ancho y feliz" que iba en su Seat 600 hacia casa cuando el Valencia CF había ganado. Además, David enseña filosofía a adolescentes en plena era del tik tok.

¿Quién es David Montesinos?

—Uno de los numerosos nietos que tuvo Arturo Montes, llamado el Príncipe de Benicalap y una de las grandes estrellas del Valencia CF de los años veinte, probablemente junto a Cubells una de las dos grandes estrellas de aquel Valencia CF, que dio pie al debate entre 'montistas' y 'cubellistas'.

—La primera gran división entre el valencianismo, desde entonces no hemos parado.

—Periodísticamente está bien traído, me imagino que las divisiones posteriores son de otra índole, pero es cierto que en aquella época la famosa disputa entre 'montistas' y 'cubellistas' que acudían primero a Algirós y después a Mestalla, generó rivalidad entre ellos, a nivel casi personal porque en aquella época éramos todavía herederos del espectáculo de los toros.

—Cierto, la rivalidad entre los toreros es algo histórico.

—Yo no soy muy taurino pero tengo entendido que tiene que ver con que todavía no estaba muy vertebrada la idea de equipo y había mucho culto a la personalidad, y los dos grandes ídolos de la época eran los toreros Joselito y Belmonte, y parece que el estilo de Joselito encajaba con la personalidad de Cubells, que era bajito, ratonero, rápido y habilidoso, y el estilo de Belmonte encajaba con la personalidad de Montes. Más tremendista, más irregular incluso. Montes era un jugador extraño en aquella época, porque medía 1,86 y piensa que en aquella época, campos de tierra, defensas durísimos y árbitros muy consentidores, ríete de lo de ahora, tenías que ser fuerte para pelear con aquellos defensas. Había auténticas batallas de barrio o de pueblo, el Valencia CF jugaba contra el Gimnástico y te puedes reír de la rivalidad de ahora, había verdadera violencia entre el público. Había que ser muy duro porque las patadas no las daban gratis.

—Le he preguntado quién es David Montesinos y me ha explicado quién fue su abuelo... Va a ser verdad que viene a la entrevista con una misión que cumplir.

—Mi padre es el tercer hijo de Montes y sus deseos son órdenes, y me dice que si voy a hacer una entrevista con SUPER tengo que hablar del iaio, pero deseos y órdenes de mi padre al margen, yo estoy muy orgulloso de la familia que tengo y de venir de donde vengo. Hablas de valencianismo de pedigrí, pero deja que te cuente una cosa. Mi admirado Rafa Lahuerta, al que le hiciste por cierto una estupenda entrevista, un día, después de un acto del Valencia CF en un homenaje a Cubells, estaba hablando con el nieto de Cubells, y recuerdo que Lahuerta pasó por delante y dijo «ostras, la aristocracia». Me hizo gracia. Pero respecto a quién soy yo, pues mira, soy un valencianista de corazón desde que mi padre me llevó a Mestalla por primera vez con cuatro años, recuerdo que me sentaba al lado de los gemelos de Rafelbunyol. Y la verdad es que el recuerdo que tengo es imborrable. La gente me dice que a mí me viene de familia, pero yo creo que a todos nos viene de familia. Y a la mayoría de la gente nos impresiona esa primera vez en Mestalla, el impacto es tremendo, es como una mascletà emocional. Por eso cuando sacaron hace un tiempo, con el centenario, la idea del sentimiento, que se ha comercializado mucho y es buena idea, también dice una verdad. Ya sé que ser del Atlético, del Sevilla o del Madrid también es un sentimiento, pero yo creo que es otra cosa. Creo que en el Valencia hay algo que vehicula pasiones de una manera a veces irracional. Yo no digo que el Valencia CF sea más que un club, eso que se lo apunten los del Barça, pero yo he visto actitudes alrededor del Valencia, del sentimiento y del corazón, que no son muy racionales, y las he visto con gente mayor, reacciones muy puras e intensas. Recuerdo que era un niño y veía a hombres ya mayores, con el traje y el puro que en aquella época era típico, y veía que le decían de todo al árbitro, y para mi eso, verlo en una persona mayor, era raro. Pero lejos de producirme vergüenza me parecía que estaba delante de la verdad, este es el hombre cuando es apasionado y no ese hombre hipócrita que te esconde sus verdaderos sentimientos. Era algo muy intenso. Aprendí mucho en Mestalla desde el punto de vista de conocer mejor a la gente, conocer mejor a mi padre, a mi abuelo y conocer mejor el valencianismo.

—¿Pero iba a Mestalla con su abuelo Montes?

—Claro, claro. Mi abuelo tenía el pase de honor en tribuna, y yo solía ir con otro pase que le daban a mi abuelo, mi padre y yo nos sentábamos en otro sitio. Muchas veces iba a la tribuna con mi abuelo que en aquella época tenía sillas de madera. Era la época del marcador dardo...

—O lo de Kripxe, Kripxe, Kripxe...

—También me acuerdo. El caso es que mi abuelo lo vivía con cierta intensidad, y era muy crítico, lo recuerdo, pero era una persona muy seria y al mismo tiempo, cuando el Valencia ganaba, subía a su Seat 600 y lo veías feliz, y eso para mí era bonito, me parecía que era importante lo que pasaba en Mestalla.

—¿Era consciente de que su abuelo no era uno más?

—Eso me lo hacía ver la gente, no mi abuelo, porque lo trataban con mucho respeto. Hablo de finales de los 70 y en Mestalla lo trataban como si fuese una persona importante.

—Porque lo era.

—Sin duda, pero fíjate la idea que un niño se puede hacer de su abuelo pensando que lo están tratando con un respeto especial, no solo es una idea de amor y respeto a tu familia que por supuesto te llena de orgullo, y eso cuando eres un niño te hace pensar que esto del fútbol es una cosa importante. Tuve que cumplir 20 años para entender que tampoco hace falta llegar al extremo de llorar con cada derrota, que es lo que hacía yo de adolescente.

—Estaría todo el día escuchándole hablar de Montes...

—Déjame que diga una cosa, en este caso no es de mi padre, la digo yo. Yo creo que con Montes ha pasado una cosa que hay que explicar. Mi familia en el año 82 quedó un poco resentida por la despedida que le dio el club a mi abuelo cuando falleció. En mi familia se consideró que enviar simplemente un ramo de flores al entierro y que no acudiera nadie, era muy poca cosa. Era una época en que en el Valencia CF empezó a ponerse de moda una idea yo creo que equivocada, que era la de dejar marchar a su gente con unas despedidas frías, como por ejemplo de Albelda. Y eso pasó en el caso de mi abuelo con su fallecimiento. La familia se quedó con la idea de que el Valencia nos debía algo. Yo creo que mi abuelo tuvo un problema fundamental. Lo sé porque lo he investigado y porque gente que ha hecho arqueología de ese 'paleoValencia' de los años veinte tiene muy claro que la figura de Montes es tan relevante dentro del campo como la de Cubells, sin ningún tipo de rencor hacia Cubells, que conste, que además conozco a su familia y me llevo muy bien con ellos. Pero creo que ha terminado pasando más a la historia del Valencia CF Cubells porque su figura se institucionalizó, porque siguió en el club y fue uno de los grandes entrenadores de la época dorada de la Delantera Eléctrica. Pero Montes desapareció, y en ese sentido, como figura y personaje del club no tengo dudas de que Eduardo Cubells es más importante que Arturo Montes, pero en lo que es el fútbol de los años veinte las dos figuras son similares. Es más, me atrevo a decir algo que quiero que quede claro que es una afirmación mía, yo creo que Montes es el máximo goleador de la historia del Valencia CF. Sé que a algún partidario del gran Mundo no le gustará esto, pero tengo motivos para decirlo: marcó más goles que Mundo siendo delantero del Valencia CF, lo que pasa es que no tienen la oficialidad de cuando después se subió a primera división. En aquellos años la liga empieza en 1928/29, y el Valencia CF empieza en segunda división y sube a primera en el 30/31. Hasta ese momento lo que teníamos eran los campeonatos regionales, que eran muy emocionantes e interesantes, y la gente iba mucho a verlos, de hecho se construyó Mestalla por el atractivo de los campeonatos regionales, y por el atractivo que generaban aquel equipo y sus estrellas, Montes y Cubells. La cantidad de goles de Montes no la ha marcado después nadie, pero claro, está el tema de la oficialidad. En cualquier caso, en Ciberche, que tiene muy controlado el tema de las estadísticas, se puede demostrar lo que digo. Con esto no digo que Montes fuera mejor que Cubells o mejor que Mundo, digo que fue una figura trascendente, y yo tengo que agradecerle al Valencia CF que haya puesto su imagen al lado de la de Cubells, porque para mí ahí se produce un desquite. Me he quedado muy tranquilo con el Valencia CF después de esto. Estoy muy orgulloso de que la foto de mi abuelo aparezca ahí.

—Montes y Cubells son la dos primeras estrellas del Valencia CF.

—Metafóricamente hablando, Montes y Cubells construyen Mestalla. Lo afirmo categóricamente, Cubells, Montes y Peral. La polémica entre Montes y Cubells alimentaba que la gente fuese al estadio.

—Le voy a decir una cosa, yo he leído la historia del Valencia CF y recuerdo que siendo niño me quedó la sensación de que Montes era el malo y Cubells el bueno.

—Montes fue una figura hasta cierto punto oscura. Y hay que decirlo todo, mi abuelo no era persona fácil. Yo creo que no era tan listo como Cubells. Lo digo porque los dos salen del Valencia en el año 29 porque se considera que ya están mayores, porque quieren cobrar más.

—Entonces ya pasaba...

—Sí, en aquella época se cobraba poco pero ya pasaba. Montes era muy orgulloso, discutió con la directiva del Valencia CF de aquella época y salió de malas maneras. Solo volvió como aficionado. Cubells fue más listo, evitó un enfrentamiento gordo y se quedó en el club, que me parece bien y elogiable. Luego tú piensa que viene una guerra civil y todo parece que se difumina. Entonces Montes se desvincula y se difumina del Valencia CF.

—¿Es usted profesor de filosofía?

—Sí, desde hace 27 años, en Secundaria.

—¿Cómo se enseña filosofía a los adolescentes en la era del tik tok?

—Es buena pregunta. Pasa que estamos atravesando un momento delicado por una serie de televisión que se llama Merlí...

—Claro, el profesor de filosofía.

—Y esto al menos ha ayudado a que los profesores de filosofía no parezcamos el típico aburrido.

—Alguno de esos me tocó...

—Ya, ya, de los que te hacen aprender Hegel de memoria. Siempre he tenido claro que la función de una persona cuando estudia una carrera o cualquier tipo de estudios, aparte de enriquecerse y buscar un futuro laboral, tiene que intentar aportar algo a la sociedad. Y a mí me parece que a través de la filosofía se puede aportar algo, y más con la época tan complicada que vivimos ahora con el tema del Covid. No solo estamos en una pandemia, vamos hacia una recesión económica pavorosa. Y en ese contexto tenemos que intentar inyectar en la gente algo de luz a la esperanza, esto no es un problema solo del Valencia CF, es un problema de la sociedad española y globalizado. Y, después, me gusta estar con la gente joven porque son sinceros, y muchos son del Valencia CF, que también está bien.

—Me pasa muchas veces que ante situaciones me paro a pensar y digo... ¡esto es Kant!

—Kant es un filósofo esencial para entender la modernidad. Es el gran filósofo que sistematizó la idea de la libertad y la autonomía moral. Por decirlo a lo bruto, Kant te está diciendo, 'colega, no hay dioses que te digan lo que tienes que hacer, no hay mandarines, no hay iglesias, tienes que hacértelo tú, y tus valores serán buenos o malos en la medida en que tu razón los fundamente. No tienes más remedio que alcanzar tus propias convicciones'. De alguna manera te está diciendo que se ha acabado ser niño, somos mayores, esto de la Edad Media ha pasado, tienes que ser tú.

—Todo está en tu cabeza, depende de tus categorías.

—Absolutamente, la idea de la autonomía. La razón nos hace libres, y verás el mundo a través de tus condiciones, tus categorías.

—Ha insinuado que esto también vale para el Valencia CF.

—Creo que estamos no solo en una crisis financiera y deportiva, estamos en una crisis de identidad. Me parece que es importante hacer un esfuerzo de memoria, porque la fundación de un club puede ser una cosa más o menos casual, puede pasar que un día un señor tira una moneda, pero me parece que es importante que si queremos saber dónde vamos...

—Quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos.

—Para saber a dónde vamos tenemos que saber quiénes somos y de dónde venimos. Este club ha pasado por situaciones muy complicadas. Sobrevivió a la guerra civil que fue un desastre para la sociedad española y también para el Valencia porque el fútbol era lo de menos. Sobrevivió a una gran inundación. Yo tengo una imagen de una asamblea de Mestalla que se hizo unos días después de la riada para ver qué hacían con el estadio que estaba ruinoso y en situación de catástrofe. Y salen en la imagen los socios para ver cómo sacan el club a flote. Después el descenso, que yo lo viví. Fue trágico y muy desagradable por muchas razones. Y hemos sobrevivido a las tres cosas.

—Y antes del proceso de venta, que el club estuvo en KO técnico.

—Es cierto, lo decía por recordar que antes hemos vivido momentos difíciles. Y es verdad que este es muy especial. ¿Por qué? Mira, voy a utilizar una palabra terrorífica, pero es que creo que vamos al abismo. No digo que el abismo sea irremediable, lo que digo es que el camino que lleva el barco es el del abismo. ¿Qué abismo? Si somos cortoplacistas podíamos pensar que la temporada se nos puede hacer peligrosamente larga y no quiero hablar de segunda división porque creo que no va a suceder. pese a todo tenemos un equipo con posibilidades, no de ir a la Champions ni a nada más, pero con un entrenador serio como tenemos, creo que se puede tirar adelante. El problema lo veo más a largo plazo y más con la cuestión de la venta del club. No me manejo con términos financieros, pero sé llevar las cuentas de mi casa y últimamente las de la finca porque ahora soy el presidente, y me llega para entender que 500 millones de deuda, que parecen menos por lo que te deben a ti, después el estadio nuevo y todavía quedan cosas como Porxinos... Uf, ¿esto quién lo compra? Muchas veces en SUPER leo, me gusta a más leer los artículos de fondo que las noticias, y a veces veo sobre los artículos intervenciones en redes sociales. Recuerdo a una persona que siempre responde con signos de admiración 'Peter vende ya', otro le respondió, ¿pero vas a comprarlo tú? A ver, yo también quiero que venda, porque es lo mejor que nos puede pasar, pero la pregunta es cómo lo hacemos, y he venido a la entrevista con la idea de que me vas a preguntar si veo alguna solución y claro, es que no lo sé. Dicho esto, me vas a permitir que cite a un filósofo italiano, Antonio Gramsci, que dijo una cosa que siempre recuerdo en los momentos malos de la vida, y ahora con lo que sucede en el Valencia lo he recordado porque tengo miedo. Lo reconozco, tengo miedo a lo que le pueda pasar al Valencia porque no me hago a la idea de vivir sin el Valencia, puedo vivir con un Valencia mediocre si quieres, he aprendido a vivir sin Kempes, pero vivir sin el Valencia CF... Gramsci decía que era pesimista de la realidad, pero optimista de la voluntad. Si analizas la realidad del Valencia CF me lleva al pesimismo. Creo que tenemos una gestión nefasta, es un desastre continuo y hasta tengo la sensación de que hay cierto espíritu de venganza no sé muy bien contra quién.

—Hay revanchismo.

—Lo dijo Lahuerta en la entrevista que le hiciste. Es curioso. Son gente de la economía, financieros y piensas que harán las cosas con frialdad... Siempre he pensado que sin ser Lim del Valencia,por mucho que su hija se pusiera la camiseta, en el fondo siempre he pensado que lo importante era que Lim entendiera que si al Valencia le iba bien, a él le iba bien.

—Eso se rompe con lo de Mateu.

—Es absurdo y ridículo, sobre todo porque no soy partidario de la teoría de que hay algo deshonesto, creo que Lim no ha hecho otra cosa que perder dinero. Quien ha hecho dinero es Mendes. ¿Por qué Lim se ha comprado un club de fútbol? Me moriré sin saberlo, pero realmente no sé qué pretende, lo que tengo claro es que nos ha dejado.

—Tu frase de que tengo miedo a vivir sin el Valencia CF... Uf.

—Vuelvo a lo de Antonio Gramsci. A ver, el pesimismo de la realidad se basa en que ahora mismo no tenemos claro cómo se puede salvar el club, no veo un plan de viabilidad financiera. Piensa que estamos pendientes de un nuevo estadio, ahí lo tenemos, el ayuntamiento presionando...

—Una caricatura de la actualidad.

—Sí, en ruinas. Yo adoro Mestalla y no puedo soportar la idea de que algún día lo hundamos pero claro, llegar a la situación actual de que no lo hundimos porque no podemos derribarlo porque no vendemos el terreno porque la economía no lo permite...

—¿Y cómo se puede ser optimista de la voluntad?

—La voluntad se basa en la idea de que a pesar de todo hay un sentimiento de valencianismo, de escudo, brutal. Tú trabajas en un periódico pero a lo mejor no lo detectas tanto con los niños, por ejemplo. Yo creo que es imposible que un sentimiento tan extendido y tan intenso desaparezca. ¿Qué puede haber detrás de eso? Yo no creo en una extinción definitiva. O se salva el Valencia de alguna manera que no sé ahora mismo cuál es porque se advierte que hay mucha gente dispuesta a llenar un campo de fútbol y que perder esto es un error, o vamos a un escenario de refundación que yo he empezado a plantearme, y hay gente que está pensando en ese tema. A mí me gustaría no llegar ahí y espero que no se dé, pero en algún momento será necesario tener esa bala en la recámara preparada mientras el camino por el que vamos sea un disparate continuo.

—El optimismo de la voluntad es un reafirmarse en el sentimiento.

—Pero ojo, el sentimiento se tiene que articular, también lo dijo Rafa Lahuerta en la entrevista, él hablaba de articular una resistencia inteligente hacia Meriton, y yo creo que de alguna manera tenemos que unirnos y tener claro qué somos y qué queremos, y evidentemente hará falta dinero, pero primero tendremos que superar este Covid, poder reunirnos en Mestalla y de alguna manera, a través de los medios, por ejemplo a través SUPER, ver qué es exactamente lo que queremos los valencianistas porque somos muchos, muchos más de los que vamos a Mestalla. Mi optimismo es muy irracional, esto no puede morir, es demasiado fuerte como para pensar que vaya a morir.

—Tono Errando dice que lo más potente del Valencia es ese componente irracional. Luego Meriton nos da en los morros con la ley mercantil.

—Es que, como diría Gramsci, hay una realidad y es evidente que Meriton puede hacer lo que quiera, ahora se ha puesto de moda decir que Meriton dice que el Valencia es suyo pero suyo solo son las acciones. Vale, pero es que tener las acciones es tener el Valencia CF.

—Volvamos al optimismo de la voluntad. ¿Seríamos menos valencianistas pero más unidos y sabiendo quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos?

—Recuerdo un artículo tuyo en el que decías que toda esta movida terrorífica tiene algo bueno, que está uniendo al valencianismo. En la entrevista de Lahuerta él eludió un poco eso, y lo eludió porque él cree que no es momento de frentismos, que casi mejor pasarlo por alto. Yo voy a decirlo de otra manera, siempre ha habido frentes en València y todos lo sabemos, y no es un invento de la prensa. En vez de pensar que no hay frentes, es mejor pensar que por primera vez tenemos la oportunidad de que todos los valencianistas estemos en la misma línea, y es que no podemos consentir que el Valencia no sea nuestro, y ahora no es nuestro a ningún efecto. Ahí sí que sería yo partidario de unirnos. Y también reflexionando respecto a lo que hemos hecho mal en el pasado, venderle el Valencia a Lim fue una decisión que tomamos nosotros, nadie nos puso una pistola en el cuello.

—A lo mejor somos injustos si solo culpamos a Meriton de todo.

—El problema cuando pactas con el diablo, y lo digo como el pacto de Fausto de vender el alma al diablo, ya no tienes derechos, tienes que asumir las consecuencias que no sé si lo ha hecho el valencianismo. No digo esto por apuntarme un tanto, pero yo no me explicaba la popularidad de Amadeo Salvo. Me sentó muy mal la salida de Albelda porque para mí era un santo y seña, según mi manera de entender el Valencia CF. Yo no tengo dudas de que la popularidad de Salvo fue decisiva para inclinar la balanza en favor de Lim, no sé si había mejores o peores ofertas, no soy experto, lo que digo es que vender el Valencia a capital asiático, a un financiero extranjero, con un personaje como Mendes cerca, me generaba desconfianza. Pensaba que él pensaría que si al Valencia le va bien a él le va bien, pero no nos engañemos, voy a hacer un poco de Pepito Grillo, ¿te acuerdas del día en que le zarandearon el coche a Héctor Cúper con su mujer dentro, un entrenador que nos ha llevado a dos finales de Champions? Podían ser una minoría, pero yo he escuchado en Mestalla lo de «Cúper vete ya». También me sentó como un tiro el día que Jaume Ortí tuvo que decir aquello de deixeume parlar. No hay derecho a eso, acabábamos de ganar una Liga, habíamos pasado treinta años sin ganarla, la anterior era la de Valdez y Antón, que fue una Liga extrañísima. Yo besaba por donde pasaba esta gente. No entendía esa injusticia. Aquí se ha dicho vete ya a gente digna, Quique Flores nos hizo terceros de la Liga varias veces y se decía que lo hacíamos con la gorra, pues a lo mejor no era tan fácil. Emery, pues a lo mejor no era tan malo. A lo mejor lo que pasa es que en València nos entra demasiado una manía pirotécnica y megalómana que nos hace olvidar de dónde venimos. Soy partidario de la ambición, pero la ambición tienes que hacerla desde la humildad. Yo no quiero al Tito Floren con el talonario, quiero un equipo luchador y canchero, y es así como hemos sido campeones, desde la humildad. Y sobre ese mecanismo que nos hace seducirnos fácilmente por la gente del dinero, mira, me vas a permitir que me defina claramente como 'tuzonista'.

—Ni que fuera pecado.

—No lo sé, pero me ha pasado alguna vez decirlo delante de gente, y me parece que la gente todavía se acuerda de que Tuzón no quiso fichar a Romario. Pues hizo muy bien, porque Romario era un cara. Y porque querían sacarle el dinero al Valencia, y Arturo fue lo suficientemente sensato para no caer en el despilfarro en el que se cayó después, pero esto un adolescente es difícil que lo entienda.

—Josep Bosch puso el acento en que ganamos una Liga y en el partido de Mestalla de Supercopa de España no había nadie.

—Lo recuerdo. Creo que hay dos maneras de entender el Valencia CF, una es la de Tuzón, porque creo que solo somos capaces de hacer un Valencia CF potente cuando arrancamos de la humildad.

—Por eso lo de Josep, no fuimos humildes en aquella Supercopa. Y recuerdo a Tono Errando decir que él no entiende a los valencianistas que quieren ser como el Madrid y el Barça, él dice '¡yo no quiero ser como el Madrid y el Barça!'.

—Mira, mi mujer es alicantina y mi suegro es del Madrid. Cuando empezamos a salir me dijo, «no entiendo cómo puedes ser de un equipo que pierde siempre». Claro, a ojos de un madridista el Valencia es eso, ganas de sufrir. Con el paso del tiempo mi suegro me respeta sobre todo porque respeta a mi abuelo, y mi mujer ha cambiado de opinión y en alguna ocasión me ha dicho, 'tenías razón, el Valencia mola', pero porque esto no va de ganar ni de tener a Cristiano Ronaldo, es otra cosa. La derrota es hermosa. Mi mujer, que no es aficionada al fútbol, me ha dicho, 'te he visto con amigos del Valencia, te he visto en el estadio, y creo que he entendido la realidad'. Creo que tenemos que pasar por encima del hecho de que a lo mejor vienen años de hierro y nos tiramos sin ganar nada, pero lo que queremos es que el Valencia sea nuestro, y nos podamos identificar con él. A fin de cuentas hemos pasado épocas muy difíciles pero la situación actual es la que no queremos, porque tenemos la sensación de que no es nuestro el club.

—Yo tengo familia en Madrid y recuerdo que a menudo dicen, 'es que para vosotros el Valencia CF es muy importante'. Lo detectan.

—El Valencia ha tenido un futbolista madrileño y madridista seguramente, que es Dani Parejo, y recuerdo cuando ganamos la Copa, que él estaba impresionado. Recuerdo que contaba que él y sus compañeros habían hecho felices a miles de personas. En la Avenida del Cid la gente ya los esperaba, y eso no estoy seguro de que pase en otros sitios, excepto en Bilbao. Y recuerdo cómo Parejo cantaba el himno y decía que estaba impresionado por cómo la gente lo sentía. Yo creo que fue la primera vez que Parejo se sintió parte, hubo como una implicación espiritual, y esto tiene que ver con la manera en que los valencianistas vivimos el club.

—Por eso cosas que en otros sitios pasarían desapercibidas, aquí son de vida o muerte.

—Somos pirotécnicos, y la pirotecnia implica quemar la falla. Alguien decía que el valenciano es un pueblo pirotécnico, yo creo que somos pirómanos. La impaciencia también es una característica nuestra, muy mediterránea. Y la bipolaridad. Pero nos están dando tanta caña últimamente, y es tan doloroso, que igual escarmentamos.

—Explíquese.

—Pues que dejemos trabajar al entrenador, no empecemos a pedir su cabeza el primer día, cuando un jugador tarda en rendir pero ves que se deja la piel, no pitarle, eso de que Mestalla se pone nervioso... El club ha de madurar y la gente tiene que acostumbrarse a que las cosas cuestan, que no siempre se puede fichar a golpe de talonario, que a veces hay que tener paciencia con Paterna... Yo no soy del Athletic pero me parece un ejemplo en el sentido de que eso lo entienden perfectamente. Creo que el fútbol tiene que volver a mirar a la canteras, no entiendo esa política de diez extranjeros porque no nos lleva a ningún sitio, y si entendemos que están criándose jóvenes que van a ser futbolistas de mucho nivel, creo que deberíamos apostar por ese futuro. Si salimos de esta, que no lo sé, tenemos que asumir que esta política de fichajes continuos, y no es solo del Valencia, no es buena para el fútbol.

Meriton

—Sí, pero el problema del que pierde la credibilidad es que, primero, lo que dice no te lo crees, y luego, si es verdad, ¿con qué intención? No estoy hablando de fabricar a Yunus pensando que en dos años lo hemos colocado, yo no quiero colocarlo. Pero mira, pasan cosas en Paterna, no es mala generación la que viene, pero claro, no podemos hacer que el equipo dependa de un niño de 17 años. Hay que seguir unos pasos, puede que tengamos por ahí un futuro pero no para vender los jugadores, o no para venderlos a los 20 años.

—Antes de la entrevista me ha dicho que ve tristeza.

—Sí, veo a la gente muy apagada. Sobre todo porque creo que el estado de la indignación llega un punto que deja lugar a la depresión, y la sensación que tiene la gente es que no es tenida en cuenta, que no se le escucha. Y entramos en depresión cuando sentimos impotencia, que es el escalón posterior al de la furia o la indignación. Tienes la sensación de que ni siquiera podemos protestar, ves que la gente no es que piense que no va a funcionar, eso podemos soportarlo, es que no te hacen caso. Es más, si montamos una manifestación, que es un derecho muy democrático y los que lo han hecho en su momento pidiendo la venta a Lim lo hicieron en la calle, a mí me parece muy respetable, pero tenemos la sensación de que se vuelva en nuestra contra.

—Que le pregunten a las peñas...

—Ese tema me parece deprimente porque merecen un respeto.

—El Valencia y su presidente tienen que estar por encima de eso y saber que las peñas hacen valencianismo.

—Muy triste. De todas maneras, precisamente porque somos un pueblo muy mediterráneo y bipolar, cualquier día la cosa cambia y salimos de la depresión. Ya veremos si es para volver a la furia o a la ilusión, pero vuelvo a lo de Antonio Gramsci, queremos al Valencia, es nuestra voluntad positiva. Queremos que vuelva a ser nuestro.

—Está obsesionado con que le pregunte por la solución.

—Seguramente porque antes de saber que me ibas a entrevistar, cosa que te agradezco porque es un honor, llevaba tiempo pensando si esto tiene solución. Y ahí entramos en lo de la realidad, y me gustaría encontrarme a alguien que me dijera que es posible.

—Me he encontrado con valencianistas que no quieren escuchar que Lim no quiere vender. Es como cuando Roberto Saviano decía que España no le quería escuchar cuando decía que ETA traficaba con cocaína para conseguir armas, porque una cosa es negociar con una banda por un problema político que lo soluciona a tiros, y otra negociar con narcotraficantes. Tenemos tantas ganas de que Lim no esté aquí que no aceptamos la posibilidad de que no se vaya mañana.

—Aristóteles creó un sistema de falacias, y hay una que se llama Ad Baculum, y yo me la encuentro mucho en el valencianismo. Viene a decir que es un argumento falso porque una cosa es demasiado insoportable como para que sea real. El báculo se basa en que no existe porque no puedo soportar esa posibilidad. Yo soy partidario de plantearnos la posibilidad de que Lim esté aquí más tiempo, pues tendremos que plantearnos cómo hacemos para que se vaya. En el 86 se decía que es imposible que el Valencia baje a segunda, y mira, bajó.

—Ahora veo tan necesario y sano un partido en Mestalla en el que el valencianismo se pueda manifestar, contra Lim, Anil o quien sea...

—Sí, sí, tenemos que reunirnos. Hay que ir a Mestalla, notar el contacto con la gente. Hace falta, ya no es cuestión de que Murthy escuche a Mestalla, es que esto tiene que salir fuera de València y tiene que saberse, tenemos que sentirnos...

—¿Vivos?

—Sí, vivos, porque da la sensación de que somos un zombi, y vamos a ver si podemos vivir. Tengo ganas de entrar a Mestalla, hacer una pitada espectacular, que nos ganen 1-2 y que en los minutos finales un gol de Gayà y 3-2 y Mestalla feliz. Eso es el Valencia CF. Si no entendemos que eso es el Valencia CF, no entendemos nada. Y Murthy no lo entiende, pero bueno, yo creo que tú y yo sí lo entendemos...

—Amén. Y Amunt.

Puedes leer en estos enlaces las ediciones anteriores de Las Charlas del Bar Torino.

Rafa Lahuerta: "Tenemos que ser capaces de articular una resistencia inteligente contra Meriton".

Sergi Calvo: "Mi temor es que Meriton deje caer el Valencia CF".

Marcos Colomer: "¿Cómo nos va a tener en cuenta Meriton si no nos necesita?".

Josep Bosch: "Meriton es y será una anécdota, el Valencia CF tiene 101 años de historia".

Albert Cardà: "Me jode que Meriton tenga la capacidad de dividir a la afición del Valencia CF".

Pedro García: "El valencianismo tiene que estar preparado para cuando Peter Lim decida vender".

Salva Raga: "Si alguien quiere despatrimonializar al Valencia CF, será por encima de nuestro cadáver".

Carlos Medina (Drakul): "Peter Lim no es una elección del valencianismo, es la única solución que hemos tenido".

Tono Errando: "Peter Lim tiene que estar arrepentidísimo de haber venido al Valencia CF".

Paco Lluís: "Cuando se pueda, tenemos que hacer en Mestalla la pitada del siglo contra Meriton".