Ante la grave crisis institucional en el Valencia CF generada por la gestión de Peter Lim, el valencianismo es consciente de que su mayor influencia, sin contar con el dominio accionarial, reside en la capacidad de movilización de su numerosa masa social, cada vez más involucrada en la voluntad de rescate de su club. Por ese motivo, el plan convocado por Juan Martín Queralt para aglutinar toda la fuerza opositora nacida en las protestas y concentraciones de los últimos meses, tiene la intención de añadir a la mayor cantidad posible de colectivos vinculados a la entidad, después de la primera reunión, desvelada por Levante-EMV, en la que se reunió a la Agrupación de Peñas, a la Tertulia Torino, a Viachers, a Libertad VCF y a Espíritu del 86. La intención es recabar la mayor adhesión para que el músculo opositor sea el mayor posible y aúne todo tipo de sensibilidades de una entidad con una realidad social tan transversal como la del valencianismo.

Pero al Valencia CF no le sobra tiempo y no se podrá salvar solo con buena predisposición. También serán necesarios planes de actuación y ya se está forjando una primera iniciativa para negociar de manera pactada la salida de Peter Lim del club de Mestalla. El plan, todavía por madurar, pasa por ofrecer al máximo accionista un total de 200 millones de euros, a pagar en el espacio de una década. La finalidad última no pasaría por cambiar de propietario sino por devolver el club a su masa social. De esa manera, la propuesta pasaría por garantizar a Lim el pago de al menos 20 millones de euros anuales generados a partir de la propia gestión del club a cargo del nuevo equipo de dirección que nazca de dicho traspaso accionarial.

En un panorama con ausencia de inversores por la falta de liquidez inducida por la pandemia del coronavirus, la fórmula escogida sería imaginativa desde el punto de vista financiero, aunque puede topar con las reservas del máximo accionista, ya que se le propondría traspasar el club con la gestión de recursos que permanecen bajo el control de Lim.

En todo caso, se asume que la carrera será larga, pero que la ocasión también es crucial, y no se quiere desperdiciar al estar en riesgo la propia supervivencia del club. Desde Meriton Holdings las señales de inclinación hacia una venta son pocas y solo cobran fuerza por la evidente necesidad de corregir cuanto antes un modelo de club fallido que está llevando a la entidad hacia el colapso.

Batzine

Sin embargo, en las escasas intervenciones recientes de Anil Murthy, siempre en declaraciones escritas o difundidas por el club, se niega la posibilidad de un proceso de venta. Ayer, de hecho, la publicación Batzine, el agresivo fanzine de propaganda por el que ha optado Meriton para expresar su opinión institucional, sacaba pecho del reinado de Lim. A partir del espaldarazo público de la defensa controvertida que Javier Tebas, presidente de LaLiga, hizo del magnate singapurés, Batzine recordaba ayer que el Valencia hoy "probablemente no existiría" de no haber sido salvado «de la bancarrota» por parte de Lim en 2014. «Lim salvó el club cuando lo compró, inyectando 220 millones de euros para reducir la deuda del club». «Son muchos ceros», apostillaba con el recurrente tono arrogante el tuit de Batzine, que constataba como ejemplo de «xenofobia» contra el empresario singapurés la propagación de la etiqueta #LimGoHome.

En todo caso, a pesar de las escasas señales de cordialidad con el entorno y hacia unas acciones de protesta muy rebajadas por la imposibilidad de asistir como público a Mestalla, la determinación social del valencianismo no tiene visos de frenarse. Esa conclusión se extrajo de la reunión del pasado lunes, de la que formaron parte varios de los colectivos más activos y representativos del panorama social valencianista. En un cónclave telemático, el catedrático de Derecho Financiero y Tributario Juan Martín Queralt, primer presidente de la Fundación del VCF y tesorero del Valencia CF, reunió a Fede Sagreras, como presidente de la Agrupación de Peñas, que engloba a 380 colectivos de aficionados. Libertad VCF estuvo representada por José Antonio Pérez y Espíritu 86, representada por Pablo Delgado. La peña juvenil Viachers, muy numerosa en su censo, estuvo encabezada por Manuel Rios y Adolfo Porcar, mientras que la Tertulia Torino, que ha tomado la iniciativa para aúnar todas las distintas sensibilidades, estuvo representada por Joserra García-Fuster, Manolo Ríos y el propio Juan Martín Queralt.