Los capitanes, Javi Gracia y Anil Murthy ha intervenido en el caso Kondogbia durante las últimas jornadas para buscar normalidad en un momento de enorme trascendencia en la temporada. El equipo se juega mucho a corto plazo -empezando desde el domingo ante el Getafe- y lo que suceda ahora puede hipotecar el futuro. Desde la responsabilidad, el vestuario le pidió a Kondogbia que se replantease su situación para centrar el foco, por completo, en lo importante. Eso es lo que ha buscado el Valencia durante dos semanas. Ok de Kondogbia. Por responsabilidad y por respeto a sus compañeros, el centrocampista le trasladó a Javi Gracia que vuelve a los entrenamientos. Sin embargo, el gesto no cambia lo sustancial: en su cabeza está dejar el Valencia... pero el Atlético tiene que dar el paso que corresponde. De otra manera, sólo hay un camino, tragar saliva y cambiar de chip. Esperar el mercado de invierno, por duro que suene para todos.

La posición del club está clara. El futbolista no sale cedido, sólo sale traspasado, por la oferta adecuada. Kondogbia es un jugador importante, siempre lo ha sido y como tal se espera que ejerza en un momento en el que los capitanes -en nombre del vestuario- le han pedido que eche una mano. El entrenamiento del sábado tiene peso y veremos qué explica Javi Gracia, si entra en la convocatoria para el partido del Getafe o toca esperar. El futbolista viene de estar parado, con la cabeza totalmente fuera. No son las condiciones ideales. El primer paso para ayudar está en continuar con la línea que emprendió el viernes: ser uno más.

Un poco de sentido común

El Valencia tiene claro que la situación no puede prolongarse en el tiempo, no puede estropear la previa. Toca esperar a las próximas horas, con ese límite en el tiempo del miércoles-4 de noviembre- a las 23:59 para que el Atlético haga un all in o deje de marear. Toca cerrar, para bien o para mal. El Atlético está obligado a reaccionar después del paso que ha dado Geoffrey. No más situaciones e intereses individuales por encima del Valencia CF. Esa es la condición que nace de los líderes del vestuario. No más culebrón. No más distracciones. Hay un mínimo y el camino pasa por dos innegociables como el compromiso y la profesionalidad. Kondogbia ha quedado expuesto y eso es algo que no escapa a nadie, a los capitanes, al entrenador y al presidente. ¿Hay vuelta atrás? No es sencilla... Kondogbia, empoderado como tercer capitán en verano, ha tenido una actitud no reconocible, lejos de los valores que siempre ha transmitido desde que cambió el Inter por el sueño de Mestalla. Las formas hace tiempo que depredaron el fondo: una oportunidad mejor a nivel deportivo y económico. No es el primer futbolista que fuerza al límite para marcharse en la historia del Valencia CF y no sería el primero que se lo replantea, que se queda y termina ofreciendo un rendimiento igual o mejor. Esa es la esperanza de todos.

Por la situación del centro del campo, por el tipo de plantilla y por su trayectoria, Kondogbia es un elemento supernecesario y así se lo trasladaron los pesos pesados. Su intervención ha sido decisiva para poner un poco de lógica. La imagen del francocentroafricano sobre el césped de la Ciudad Deportiva es un mensaje de fuerza interna. Kondogbia decide si se suma a la causa, si hace borrón y cuenta nueva. El Atlético también sabe lo que hay: esto se ha terminado o se tiene que terminar porque el daño está siendo demasiado en un momento de alto voltaje en competición. El final sigue abierto, pero el paso al frente de la plantilla está dado y los códigos se han fijado. Los resultados y el rendimiento no se están dando, pero los futbolistas ha vuelto a tomar la bandera y han apostado por convertir esta situación de crisis en una oportunidad para crecer en fuerza, en confianza.