«Otra vez hemos reaccionado ante la adversidad, pero ahora hay que trabajar para evitarla». Bargues dejó una reflexión con dos direcciones, pero con una lectura: el equipo tiene carácter y tiene apartados por estabilizar todavía. Las Gaunas tuvo un punto de ruleta rusa que conviene rechazar. Los dos goles de Jade Boho tienen como origen desajustes que el Valencia no se puede permitir. Jade castigó el centro de la defensa con sus desmarques y su definición, pero el desequilibrio original estuvo en el centro del campo, menos rotundo que en partidos anteriores, puede que por el despliegue físico que exigió el Athletic. Chini y Tavlo-Petersson tuvieron tiempo y espacio para poner la asistencia. Ahora, toca hacer buenos los dos últimos empates ante el Santa Teresa, próximo sábado en el Puchades.

Hay cuestiones positivas en las que insistir. Ojo al Logroño, finalista de Copa de la Reina Está destinado a ganar puntos cuando el calendario le permita respirar un poco. El Valencia golpeó primero: a los 17 segundos. Saque de centro, balón atrás para Cubedo y pase tenso en profundidad que atravesó el campo de área a área, Carro intentó prolongar y Carla rompió en velocidad a la espalda de la defensa local. Tercer gol y gran definición de la manchega. De la pizarra al marcador en uno de los zarpazos más rápidos de la historia de la sección, seguro. Bargues montó un ataque pura velocidad y movilidad con Carla, Júlia y Flor. Las tres intercambiaron posiciones. El plan era buscar la velocidad y el ataque rápido, pronunciar la verticalidad. El Logroño dominó territorialmente, pero siempre encontró la respuesta de Bea, Paula (de nuevo lateral), Cubedo y Pujadas, determinante al final. Siempre tuvo respuesta...hasta que Chini y Jade conectaron. El 1-1 fue más golazo que error. El Valencia reaccionó y estuvo cerca de clavar una contra de manual en la última jugada de la primera parte. Carla recibió en medio campo y se revolvió para poner un pase a la carrera de Júlia, que no supo liquidar en el mano a mano. El Logroño siguió dando pasos al frente. Bea no pudo entrar en el segundo tiempo por un golpe y se notó. Bargues movió el ataque, ahogados. Recién incorporada, Candela mordió sobre la espalda de la defensa tras gran pase de Anna Torrodà, pero el control le quedó largó. No falló Jade. El equipo nunca perdió la fe y encontró en Pujadas a la líder perfecta para resistir y golpear. Tremenda en la salida, en el minuto 92 arrancó y encontró a Jansen. Golazo. Pura fe.