Cuando las cosas van mal siempre hay alguien que termina dando un paso adelante para ayudar a salvar la situación. Es lo que tienen las crisis, depuran y degeneran actitudes y protagonismos y una vez se ha tocado fondo, empieza de nuevo la reconstrucción. Hablar de que el Valencia CF ha logrado parar la caída y que en adelante todo será un exitoso camino de rosas es irreal, pero no es ninguna barbaridad asegurar que podemos estar ante un punto de inflexión. De momento en el vestuario ya ha calado una idea que ha permitido al equipo encajar cuatro puntos en los partidos ante Getafe y Real Madrid contra todo pronóstico: ellos tienen que estar centrados única y exclusivamente en lo futbolístico. Lo dijo Gayà en zona mixta después del partido ante el Getafe y lo dijo Soler en una entrevista a Superdeporte antes del encuentro ante el Real Madrid: «Los jugadores ya hemos hablado con el entrenador, con la gente de dentro del club y nos queremos centrar en el fútbol porque el campo al final es lo que va a marcar hacia donde va el club». Ese cambio de mentalidad en los futbolistas es el germen del posible punto de inflexión.

Para que la posibilidad del cambio se convierta en una certeza habrá que esperar algunos partidos, y esta semana no hay liga porque hay parón porque juegan las selecciones internacionales, pero desde dentro del club nadie ha lanzado las campanas al vuelo, al contrario. Si la palabra de moda en el Valencia CF las dos últimas semanas ha sido compromiso, humildad bien puede ser la siguiente.

De momento la derrota en Elche y en especial la ridícula primera parte tuvo como consecuencia un cambio de poder en el vestuario: Carlos Soler y Gabriel Paulista se asomaron al grupo de los capitanes, entonces formado por Gayà, Jaume y por un Kondogbia que solo pensaba en salir, y les hicieron ver que estaban dispuestos a remar. No era para menos, el equipo había encajado tres derrotas consecutivas: 0-2 en Mestalla ante el Real Betis, 2-1 ante el Villarreal CF en la Cerámica y la de Elche. Y con un calendario que asustaba antes de marcharse al parón: Getafe y Real Madrid. De hecho, y aunque sea jugar al fútbol ficción, si el Valencia CF de Javi Gracia hubiese perdido los dos encuentros, ahora sería decimoséptimo en la tabla con 7 puntos y solo uno más que Levante UD, Valladolid y Huesca que ocupan plaza de descenso a segunda división. Un drama.

La imagen de Gayà respaldado por Jaume, Soler y Paulista no es casual, no nace de manera espontánea, como tampoco es casual el cambio que ha dado un equipo que apenas corrió en la primera parte del encuentro ante el Elche y que el pasado domingo, en palabras de Carlos Soler, «no podíamos más». Previo a ese cambio de actitud hubo un acercamiento del presidente al entrenador y a los jugadores, un acercamiento que llevaba implícita la admisión de no haber estado a la altura en el mercado de fichajes al tiempo que se ponía el acento en un concepto: nadie nos va a salvar, por ellos os ofrecemos toda la confianza del club. De ahí a las palabras en público de Ricardo Arias y sobre todo, a la reunión de los tres embajadores del club, Miguel Tendillo, Miguel Ángel Bossio y el propio Ricardo Arias, con los futbolistas del Valencia CF para transmitirles dos ideas: que estén tranquilos y sobre todo, que confíen en ellos mismos. Significativas son las palabras de Javi Gracia en rueda de prensa agradeciéndoles la visita, «esos detalles son de agradecer» dijo. Lo cierto es que el vestuario del Valencia CF necesitaba que pasaran cosas, y pasaron.